Se estima que en España entre 1500 y 2000 muertes anuales se deben a la exposición al gas radioactivo radón, una fuente de radiación natural que puede darse tanto en ambientes laborales como en domicilios. Siguiendo las directrices marcadas por la UE, España se prepara para aplicar nuevas medidas de seguridad para proteger a los ciudadanos frente al radón.
La UE pone cerco al Radón
El gas radón tiene su origen en la profundidad del subsuelo, a partir de la desintegración radiactiva del uranio, que, de forma natural, puede encontrarse en suelos y rocas.
En su camino hacia la atmósfera, donde rápidamente se diluye, este gas, clasificado como carcinógeno, puede topar con los cimientos de las edificaciones y colarse, a través de grietas o juntas, hacia el interior de los edificios, donde puede alcanzar concentraciones elevadas, nocivas para la salud.
Más concretamente, este gas es un importante factor de riesgo para desarrollar cáncer de pulmón, especialmente en las personas fumadoras. La acción sinérgica del radón y el tabaco hace que el riesgo de cáncer por exposición al radón para un fumador sea veinticinco veces mayor que para un no fumador.
Este es un problema conocido desde hace décadas, al que la Directiva europea 2013/59/ Euratom quiere poner solución, obligando a los Estados Miembros a que pongan en marcha planes nacionales de actuación contra el radón, antes del 2018.
En España todavía no se han emprendido acciones coordinadas para elaborar un plan con el alcance que requiere la directiva, aunque se están desarrollando varios elementos necesarios para ello.
¿En qué punto se encuentra el Plan Nacional contra el Radón?
La exposición ocupacional al radón está regulada en España de forma genérica desde 2001 por el título VII del Reglamento de Protección Sanitaria contra Radiaciones Ionizantes (RPSRI) . No obstante, hasta 2011 no se emitió legislación específica (Instrucción IS-33 del CSN) que aclarase y facilitase la aplicación de este título en la práctica.
Los requisitos relativos al radón de la Directiva 2013/59/ Euratom, en fase de transposición a la legislación española, suponen ampliar enormemente el alcance y el nivel de protección del actual marco regulador.
Por ejemplo, para la exposición ocupacional, la Directiva reduce el nivel de referencia a 300 Bq/m3, mientras que el actual nivel de referencia es de 600 Bq/m3 .
También, en el caso de la exposición doméstica, la Directiva exige a los Estados Miembros tomar medidas activas y habilitar instrumentos para proteger a sus habitantes contra los efectos adversos del gas. Por ejemplo, aplicar medidas para identificar aquellas viviendas donde el promedio anual de concentraciones de radón supere el nivel de referencia, también de 300 Bq/m3, y fomentar las medidas necesarias para reducir la concentración de radón en los hogares.
Reducir los casos de cáncer debidos al radón
La obligación de poner en marcha un plan nacional contra el radón en España, coordinado por el Ministerio de Sanidad Asuntos Sociales e Igualdad, se recogerá en el mismo Reglamento de Protección Sanitaria contra Radiaciones Ionizantes (RPSRI), actualmente en revisión.
El objetivo principal de este plan es el de reducir el número de cánceres debidos al radón en la población. Y es que este gas se considera responsable de una proporción del 3-14% de casos de esta enfermedad por país, en función de la concentración media nacional de radón y de la prevalencia de consumo de tabaco del país.
Para abordar este problema es necesario un enfoque integral, que incluya todos los escenarios de exposición; las viviendas, los lugares de trabajo y los edificios de uso público, asi como un esfuerzo de coordinación a nivel estatal, autonómico y local para implantar politicas de apoyo, informar y concienciar a la población y fomentar el cumplimiento de la legislación.
Identificar las zonas más expuestas al radón en España
Desde finales de los años ochenta, el Consejo de Seguridad Nuclear, ha financiado diversas campañas de medida de radón en viviendas. A partir de estas medidas y de una metodología que incorpora información geológica y de tasa de dosis ambiental, el CSN ha desarrollado el mapa de potencial de radón de España. Con este mapa se identifican, con un criterio homogéneo en todo el territorio nacional, las zonas más expuestas al radón, uno de los requerimientos establecidos en la Directiva.
Informar y concienciar a la población
Otro de los aspectos que recoge la Directiva es la información y concienciación sobre el problema del radón. El grado de concienciación de la población sobre el riesgo asociado al radón ha aumentado en los últimos tiempos en España, gracias a un mayor interés mediático por este tema. El CSN, asociaciones, universidades y también el CSICT ofrecen información específica sobre el radón y están ejerciendo una importante labor de divulgación técnica.
Garantizar la fiabilidad de las mediciones
Una pieza fundamental del plan nacional contra el radón es garantizar la fiabilidad de las mediciones que, tanto en el ámbito de cumplimiento obligatorio como en el voluntario, se hagan en las viviendas y lugares de trabajo.
Para ello, el CSN publicó ya en 2010 la Guía de Seguridad 11.1, en la que se establecen los requisitos fundamentales que deben cumplir los laboratorios y servicios de medida de radón en el aire. Estos incluyen requisitos generales relativos a la gestión, basados en la norma ISO/IEC 17025, y requisitos técnicos específicos a la medida de radón.
La Guía 11.1 se completó con otra específica sobre la metodología a seguir en los estudios de exposición al radón en los lugares de trabajo: la Guía 11.4.
Aunque por el momento estas guías solo tienen carácter recomendatorio, en la nueva legislación se requerirá acreditación de ENAC a los laboratorios de análisis, además de una autorización específica en este ámbito, a las unidades técnicas de protección radiológica que intervengan en la estimación de dosis ocupacionales.
El radón y el Código Técnico de la Edificación (CTE)
En España, el Código Técnico de la Edificación (CTE) regula los aspectos fundamentales de seguridad y habitabilidad de los edificios. Los requisitos relativos a la salubridad se desarrollan en el Documento Básico HS, que está previsto ampliar para incluir una nueva sección dedicada específicamente a la protección contra el radón.
En esta nueva sección, se fijará la exigencia reglamentaria de que la concentración de radón en los recintos habitables no supere los 300 Bq/m3, como establece el artículo 74 de la directiva 2013/59/Euratom. La sección se complementará con un documento de apoyo, en el que se definan las soluciones constructivas que permitan cumplir esa exigencia en función del riesgo asociado al terreno de construcción o de la concentración de radón medida en el edificio a rehabilitar.
Se espera que estos cambios se tramiten a lo largo de 2017.
Fuente: Marta García-Talavera San Miguel: Avances en el Plan Nacional contra el Radón, Revista de Salud Ambiental (SESA)
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