Los plaguicidas son una herramienta útil y valiosa dentro de un Programa de Control Integrado de Plagas Urbanas. Sin embargo, si no se aplican o almacenan correctamente pueden resultar peligrosos para la salud y el medio ambiente. Vamos a ver algunos consejos para un uso seguro de los plaguicidas de la mano del entomólogo Ian Williams, colaborador de la revista Pest Control Technology.
Uso seguro de los plaguicidas
Insecticidas, rodenticidas y otros tipos de plaguicidas son biocidas que tienen su lugar dentro de un programa de control integrado de plagas urbanas. En ocasiones el uso de estos productos químicos es necesario para mantener el control de organismos nocivos, pero, debido a su potencial toxicidad, un uso o almacenamiento incorrectos pueden entrañar riesgos.
Tener en cuenta tres cuestiones básicas nos ayudará a una gestión segura de los plaguicidas. La primera es la profesionalidad, que implica conocer los productos que se utilizan y sus requisitos de seguridad. La segunda es la protección del medio ambiente, de forma que se garantice una exposición mínima en especies no objetivo y se mantengan los productos fuera de áreas ambientales sensibles. Y la tercera es la protección de las personas, manejando y aplicando los plaguicidas de forma que no representen un riesgo para clientes, público, compañeros de trabajo o el propio técnico aplicador.
Y aqui van los consejos de Ian Williams:
Formarse en el uso de biocidas
La mejor herramienta para proteger la salud humana, la seguridad en el lugar de trabajo y el medio ambiente frente a la exposición a plaguicidas es la formación: conocer y aplicar las mejores prácticas para un uso uso seguro y sostenible de estos productos.
Leer y entender las etiquetas y las Fichas de Datos de Seguridad
En ambos documentos se nos informa sobre las características del producto que estamos utilizando y sobre su uso correcto y seguro. Asi que siempre hay que leerlos con detenimiento.
La Ficha de Datos de Seguridad es un documento más extenso que nos informa sobre los peligros identificados en el producto y los riesgos para la salud y la seguridad derivados de su uso. No hay que confundirla con la Ficha Técnica del producto, que es una presentación comercial del plaguicida. Aquí podeis encontrar más información sobre las Ficha de Datos de Seguridad.
Usar los productos menos peligrosos
Siempre que sea posible, utilizar productos que sean eficaces para controlar la plaga pero tengan un perfil toxicológico lo más bajo posible.
Podemos conocer el nivel de toxicidad del plaguicida mediante las indicaciones de la etiqueta y de la Ficha de datos de Seguridad.
Utilizar los Equipos de Protección Individual (EPI) adecuados
El EPI debe ser la última línea de defensa. Su uso está especialmente recomendado cuando existan riesgos evidentes que pongan en peligro la salud de los trabajadores y no puedan ser controlados sin la ayuda externa de un elemento. El objetivo debería ser adoptar medidas de prevención que reduzcan el riesgo antes de llegar al EPI, por ejemplo, sustituyendo los plaguicidas más tóxicos por otros productos menos tóxicos u otras soluciones no químicas.
Es importante utilizar los EPI adecuados para disponer de barreras físicas que eviten la exposición del cuerpo a los plaguicidas; por ejemplo, guantes, ropa de manga larga, máscaras o gafas.
Si los EPI no se usan correctamente, la exposición a los plaguicidas puede ocurrir de forma aguda o crónica. En el primer caso, suele ser un evento único de exposición (via dérmica, inhalación, oral o de los ojos) en el que una cantidad tóxica del producto tiene consecuencias graves. Mientras que la exposición crónica ocurre a partir de pequeñas dosis repetidas de un ingrediente activo durante un período más largo de tiempo, que pueden resultar en trastornos nerviosos, tumores, trastornos sanguíneos u otras patologias.
Es importante poner atención a los respiradores; realizar pruebas de ajuste antes de usarlos, asegurarse de que los cartuchos son adecuados para los productos biocidas que se utilizan, y saber limpiarlos y reemplazarlos.
Por último, es importante conocer los guantes correctos que se deben usar para usar, manipular o almacenar plaguicidas. Los guantes deben estar clasificados para uso químico y estar fabricados con el grosor adecuado.
Practicar situaciones críticas, como los derrames, antes de que sucedan
Antes de que suceda un derrame real, es importante practicar esta situación para que todos los involucrados estén familiarizados con los procedimientos a seguir, incluida la limpieza adecuada posterior al derrame.
Almacenamiento y eliminación adecuados de los plaguicidas
Los plaguicidas deben mantenerse en cuartos cerrados con acceso controlado, a una temperatura controlada y ventilación adecuada. En el momento de transportarlos en los vehículos de servicio, todos los productos deben estar correctamente asegurados para evitar derrames y/o mezclas indeseadas.
Para desechar correctamente los productos y los envases de plaguicidas es necesario leer y seguir las instrucciones de las etiquetas.
Atención a los plaguicidas inflamables
Algunos productos plaguicidas contienen aerosoles y propulsores a base de aceite que son inflamables. Al utilizarlos, es vital hacerlo correctamente para evitar incendios o explosiones y proteger al trabajador y al cliente.
Es importante mantener estos productos alejados de fuentes de ignición, como luces piloto e interruptores eléctricos, y tener un plan para verificar que no haya fuentes de ignición cuando se usan estos productos.
Fuente: pctonline.com