Se estima que en 2010 se produjeron más de 200 toneladas métricas de nanopartículas de cobre utilizadas, entre otros, como agentes antibacterianos y antiincrustantes en numerosos productos comerciales e industriales. La nanotecnología, la revolución tecnológica del siglo XXI, tiene un potencial de innovación sin precedentes. Sin embargo, algunas de sus aplicaciones, como el azole de cobre para tratar madera en contacto con el agua, representan un riesgo para el medio ambiente.
Antibacterianos y antiincrustantes con nanomateriales de cobre son nocivos para los entornos acuáticos
¿Son peligrosos los nanomateriales? Queda mucho por saber de los efectos ambientales y sobre la salud humana asociados a las muchisimas y dispares aplicaciones de esta tecnología, que nos acompañan en nuestro dia a dia cada vez más.
No en vano la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el trabajo (EU-OSHA) cuantificó, en 2013, en 20 años el desfase entre el conocimiento en las aplicaciones de la nanotecnología, tanto en la industria como en los productos y servicios de consumo diario, y el de su impacto en la salud. Podría decirse que la seguridad, tanto en salud humana como ambiental, no es una variable integrada en la I+D nanotecnológica, sino que es algo que se realiza en una etapa post-mercado.
También dentro del sector biocidas la nanotecnología está encontrando aplicaciones, en el desarrollo de productos como fungícidas, bactericidas o antiincrustantes, para el tratamiento del agua, de la madera, etc., que no estań exentas de posibles riesgos. Por ejemplo, las micro-nano partículas de cobre (CuNPs) utilizadas para el tratamiento de la madera en contacto con el agua.
En el ambiente acuático, el cobre disuelto se ha utilizado desde hace mucho como biocida en pinturas destinadas a prevenir incrustaciones en embarcaciones y otras superficies sumergidas. En los ultimos años, nuevas formas nano de cobre se han ido introduciendo en el ambiente acuático, aumentando la probabilidad de contaminación del mismo. Las micro-nano partículas de cobre se mezclan en formulaciones con azoles fungicídas e alguicidas, y se introducen en las células de la madera a tratar, para extender las propiedades antimicrobianas y fungicidas del cobre.
Como resultado de la creciente popularidad de las CuNPs en muchos productos de consumo, se estima que ya en 2010 se produjeron más de 200 toneladas métricas de estas partículas.
Aunque se han realizado estudios sobre las nanopartículas de cobre en si mismas, se tienen pocos datos sobre su comportamiento cuando están incrustadas en productos de consumo. Y esto es especialmente cierto en el caso del bentos marino, es decir las comunidades de organismos que habitan en el fondo de los ecosistemas acuáticos. Por ejemplo, moluscos, bivalvos, equinodermos, cefalópodos, los corales o las algas.
Un estudio realizado en EEUU y Australia, publicado recientemente en la revista Environmental Toxicology and Chemistry, ha analizado la toxicidad del azole de cobre micronizado (MCA) en los ambiente marinos.
Para ello, expusieron comunidades marinas bénticas, meiofauna (más pequeña) y macrofauna, recogidas en el mar a sedimentos tratados con azole de cobre micronizado, utilizando un nuevo método que permite trasladar núcleos bénticos intactos desde el mar hasta el laboratorio y exponer a los organismos contenidos en ellos mediante la aplicación superficial de sedimentos.
La pruebas incluyeron controles de campo y de laboratorio con tres sedimentos distintos: MCA bajo (51.9 mg/kg sedimento), MCA alto (519 mg/kg sedimento) y Sulfato de cobre CuSO4 (519 mg/kg sedimento). Además se realizaron pruebas individuales por especies, tanto con el azole de cobre micronizado como con el sulfato de cobre.
Los resultados mostraron que las mezclas de meio y macrofauna marina expuestas a un alto contenido de MCA y CuSO4 difieren significativamente, tanto de los controles de laboratorio como de las mexclas expuestas a un bajo contenido de MCA.
En la macrofauna las diferencias se caracterizaron por la disminución de tres especies de ostrácodos Podocopa, los bivalvos Gemma gemma y los poliquetos Exogone verugera y Prionospio heterobranchia, en relación con los controles de laboratorio. Las diferencias en la comunidad meiofaunal fueron producidas, en gran medida, por los nemátodos.
También se comprobó que los resultados de las pruebas realizadas con la comunidad bentónica fueron más sensibles que los resultados obtenidos en las pruebas con una sola especie.
Los resultados de esta investigación indican, según los autores, que las nanopartículas de cobre representan una fuente de riesgo para las comunidades bentónicas marinas comparable a la del cobre disuelto.
Fuente: Effects of micronized and nano-copper azole on marine benthic communities, Environmental Toxicology and Chemistry