Desinfección en la pandemia: análisis del incremento de exposición humana a los productos viricidas

Desinfección en la pandemia: análisis del incremento de exposición humana a los productos viricidas

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La desinfección de superficies y de las manos se considera una de las medidas más efectivas para contener la propagación del coronavirus SARS-COV-2. Aunque la desinfección es necesaria para combatir la pandemia, al desinfectar es importante tener en cuenta que la sobreexposición a los desinfectantes químicos puede dar lugar a riesgos para la salud humana. Un nuevo estudio analiza este efecto no deseado.  

 

 

La desinfección se recomienda como una de las medidas para prevenir la transmisión de la Covid-19 a través del contacto con fómites, ya que el SARS-CoV-2 puede permanecer viable en superficies duras como plástico, acero inoxidable y cartón durante horas e incluso días. 

Para ello, las autoridades sanitarias de muchos países han publicado documentos de orientación y listas oficiales para recomendar productos desinfectantes con eficacia viricida. (Por ejemplo, en España así lo ha hecho el Ministerio de Sanidad con el Listado de virucidas autorizados en España para uso ambiental (PT2), industria alimentaria (PT4) e higiene humana (PT1), que se actualiza periódicamente.

Los ingredientes viricidas típicos de estos productos incluyen alcoholes, sales de amonio cuaternario, compuestos fenólicos, dioles y biguanidas. Si bien todos ofrecen eficacia viricida,  difieren sustancialmente en estructura, propiedades y comportamiento ambiental. 

Estos desinfectantes se pueden agregar en jabones de manos líquidos que se enjuagan, o en desinfectantes de manos sin enjuague. También se pueden usar en toallitas o aerosoles para desinfectar superficies impermeables de muebles u objetos con un contacto alto en hogares u oficinas, como mesas, encimeras, escritorios, lavabos, juguetes y teclados.

Incremento de la exposición a los viricidas

La pandemia ha incrementado muy significativamente y de manera global el uso de químicos desinfectantes y, paralelamente, la exposición humana a estos productos, tanto de forma accidental debido a un uso indebido o inadecuado, como durante y después del uso correcto de los desinfectantes.

Los autores del artículo Evaluating consumer exposure to disinfecting chemicals against coronavirus disease 2019 (COVID-19) and associated health risks, publicado en la revista Environment International, han utilizado un modelo para evaluar la exposición humana y los riesgos para la salud asociados con el uso adecuado de 22 ingredientes activos en productos desinfectantes, recomendados por agencias gubernamentales, contra el SARS-CoV-2.

En el estudio se estiman las tasas de uso de productos químicos desinfectantes en dos escenarios de aplicación:  la desinfección de superficies y objetos interiores ("aplicación de superficie") y el lavado de manos ("higiene de manos"), aunque  los autores señalan que es muy amplia la variedad de patrones de exposición para los diferentes desinfectantes y grupos de edad. 

En el caso del lavado de manos, los productos químicos desinfectantes penetran en la epidermis de las manos y entran en el sistema circulatorio. La exposición se considera muy limitada si los jabones de manos se enjuagan tras el lavado, debido al corto tiempo de contacto, o algo más considerable si se utilizan desinfectantes de manos sin enjuague.  

Sin embargo, la mayor preocupación es, para los autores, la exposición a desinfectantes  través del contacto con superficies desinfectadas, especialmente en niños pequeños.

Los desinfectantes permanecen en las superficies duras u objetos desinfectados durante todo el día, ya sea como residuos sobre la superficie o adheridos al polvo asentado. Al tocar o frotar las superficies duras tratadas, los desinfectantes se transfieren a las manos y  posteriormente pueden transferirse también a la boca al tocarnos la cara.  La exposición por la boca se considera de especial preocupación en el caso de los bebés y los niños pequeños, incluso si se desinfectan las superficies solo una vez al día, ya que exploran el entorno llevándose los objetos a la boca. Este contacto puede derivar en efectos no deseados, como irritaciones o una mayor incidencia de problemas de asma, lo que debería ser considerado como un riesgo secundario al que representa la pandemia. 

Es muy importante destacar que del estudio no se puede concluir de ningún modo una recomendación de no desinfectar. Y asi lo expresan explícitamente los autores.

Sin embargo, a pesar de todas las limitaciones metodológicas en los modelos utilizados, este trabajo apunta a la necesidad de ampliar la investigación sobre la exposición, el destino y la toxicidad de los viricidas químicos empleados en los casos estudiados. Una comprensión mejor de las posibles consecuencias para la salud en determinados escenarios de exposición permitiria determinar mejor la seguridad de los productos en determinados usos, y analizar la compensación riesgo-beneficio en cada caso.

Dado que el incremento del uso de desinfectantes, de uso por el público en general y de uso profesional, es un hecho generalizado que probablemente se mantendrá durante un largo período de tiempo, es importante considerar el estudio de las potenciales consecuencias sobre la salud.

 

Fuente: Evaluating consumer exposure to disinfecting chemicals against coronavirus disease 2019 (COVID-19) and associated health risks.

 

 

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