Disponer de una variedad de sustancias activas insecticidas con distintos modos de acción se considera clave para que el control químico de insectos plaga sea eficiente y altamente específico. Sin embargo, el número de sustancias activas y su diversidad en términos de modo de acción han disminuido drásticamente en Europa durante los últimos años, debido a los estrictos procesos de autorización para proteger la salud y el medio ambiente.
Sustancias activas insecticidas y diversos modos de acción
Aunque en el sector del control de plagas la tendencia de futuro es el control integrado, en el que el uso de biocidas es muy puntual, estos productos siguen siendo necesarios en determinadas situaciones para proteger la salud humana y animal, los alimentos, los edificios y una gran diversidad de bienes comerciales y culturales.
Sin embargo, debido a que el uso de biocidas puede entrañar riesgos para la salud y el medio ambiente, la normativa europea (Reglamento 528/2012) establece un estricto y complejo proceso de evaluación de las sustancias activas biocidas, en base a la cual se autorizan, se restringe su uso o se prohiben dentro del mercado europeo. Una vez aprobadas la sustancia, todo producto que contenga esa sustancia activa debe ser autorizado para cada formulación específica (p. ej., aerosol autopresurizado, líquido, spray, etc.), uso previsto (por ejemplo, control de garrapatas o mosquitos) y categoría de usuario (por ejemplo, usuarios profesionales o el general
público).
En el caso de las sustancias activas insecticidas, la aplicación del Reglamento de Biocidas ha supuesto una gran disminución en su diversidad, lo que puede llegar a ser un problema para el control químico de insectos nocivos.
Las sustancias activas insecticidas tienen diversos modos de acción sobre los insectos, y mantener esta diversidad es muy importante para un uso efectivo, específico y sostenible de los insecticidas. Estos modos de acción se clasifican en diversos grupos, por ejemplo las sustancias insecticidas que afectan letalmente a los nervios o músculos del insecto, al desarrollo del crecimiento del insecto, a su respiración, a su sistema digestivo o las que tienen un efecto letal en un punto no específico o desconocido. La rotación o la alternancia de los distintos modos de acción se considera una de las estrategias principales contra la resistencia a los insecticidas.
imagen: Biocides for Europe
Preocupante disminución de la diversidad de insecticidas
La asociación Biocides for Europe, representante de la comunidad empresarial europea de biocidas, pone la atención en este problema en su dossier "Sustainable use of insect control products".
Según Biocides for Europe, antes de la entrada en vigor del Reglamento de Biocidas en septiembre de 2013, existían 104 sustancias activas insecticidas en la Unión Europea para controlar plagas no agrícolas. Solo 61 de ellas (el 58 %) recibió apoyo de la industria para participar en el programa de revisión de productos biocidas de la UE, que originalmente estaba previsto que durara 10 años, pero que se ha ampliado dos veces y actualmente se supone que finalizará en 2024.
Actualmente, 39 sustancias activas insecticidas están aprobadas, 12 aún están en evaluación, 8 no están aprobadas y 2 ya no cuentan con soporte. Por otra parte, en los últimos 20 años, solo se han lanzado al mercado 5 sustancias nuevas.
En este escenario, hoy en dia sólo 13 modos de acción diferentes estarían representados en los insecticidas comercializados en la UE, y no todos ellos estarían están disponibles para controlar las mismas especies objetivo.
La mayoría de las sustancias aprobadas o todavía en evaluación son piretroides (18), neonicotinoides (5) o Bacillus spp. (4), mientras que el resto se divide entre otras 10 clases con solo 1 o 2 compuestos por clase, y posiblemente menos una vez que se complete la evaluación.
A esto hay que sumar que debido a las propiedades inherentes de las sustancias, vinculadas a sus rendimientos esperados (eficacia y residualidad), las sustancias insecticidas pueden cumplir ciertos criterios PBT (Persistentes, Bioacumulativos, Tóxicos), lo que las convierte en candidatas a la sustitución. De las sustancias aprobadas para el control de insectos, 11 cumplen actualmente estos criterios de sustitución y es posible que se eliminen del mercado europeo en algún momento.
Esta situación se prevé que reducirá aún más la cantidad de soluciones disponibles en el mercado, y la capacidad de los usuarios finales de rotar productos insecticidas que tengan diferentes modos de acción para obtener un resultado sostenible y eficaz.
"Sustainable use of insect control products", Biocides for Europe, 2023