Piretroides: de insecticidas ideales a contaminantes pseudo-persistentes
Enviado por editora el Mié, 05/06/2015 - 16:45
El uso de insecticidas piretroides se ha extendido masivamente a nivel mundial, sustituyendo a otros biocidas por presentar una menor persistencia y toxicidad. Sin embargo, el uso indiscriminado de estos compuestos hace que estén presentes constantemente en el entorno. Un estudio del CSIC ha documentado una alta bioacumulación piretroide en peces comestibles de varios ríos peninsulares.

Diversas son las causas que se asocian a la preocupante desaparición de las abejas, una de ellas el uso de insecticidas en la agricultura. Un estudio ha descubierto que estos insectos se sienten atraídos por el néctar que contiene insecticidas neonicotinoides, que actuarían sobre su cerebro creandoles adicción, de manera similar que la nicotina lo hace en el cerebro humano.
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud ha evaluado la carcinogenicidad de estos cuatro insecticidas organofosforados. El malatión y el diazinón fueron clasificados como probables carcinógenos para los seres humanos (Grupo 2A) y el tetraclorvinfos y el paratión como posibles carcinógenos para los seres humanos (Grupo 2B).
La exposición a los insecticidas piretroides, incluida la deltametrina, puede ser un factor de riesgo para desarrollar un Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Un estudio vincula a los piretroides con alteraciones en el desarrollo del sistema nervioso y pone de manifiesto la necesidad de utilizarlos de forma correcta y segura.
Un estudio realizado en Holanda, establece una relación entre el uso del imidacloprid y el descenso de las poblaciones de aves insectívoras. Los insecticidas neonicotinoides, entre ellos el imidacloprid, también tienen, según estudios realizados recientemente, efectos adversos sobre invertebrados no diana, como las abejas melíferas, y son potenciales neurotóxicos para el sistema nervioso humano en desarrollo.
Los insecticidas neonicotinoides acetamiprid e imidacloprid pueden afectar el sistema nervioso humano en desarrollo. La
El olor corporal de la persona proviene de cientos de compuestos presentes en la piel, muchos de ellos emitidos a través del sudor y otros producidos por bacterias. Mientras que algunos de ellos atraen a los mosquitos por el olfato y les permiten detectar a sus victimas, otros les dejan indiferentes. Científicos en EEUU estudian la posibilidad de utilizar estas sustancias para hacernos "invisibles" ante estos molestos insectos.


