Este mes de octubre ha sido nefasto meteorológicamente hablando para las Islas Baleares. Fuertes tormentas e incluso un par de tornados han provocado numerosos daños materiales y una víctima mortal. Como siempre en estos casos, el paisaje después de la tempestad es deprimente.
El viento violento suele llevarse por delante cristales, árboles y tejados. En este último caso conlleva un problema asociado a la salud pública, ya que entre los tejados los que suelen ser más vulnerables son los que están hechos de uralita y que contienen amianto.
En Palma de Mallorca el amianto esparcido por la tormenta asciende a 40 toneladas, 25 de las cuales corresponden a zonas industriales y las 15 restantes a la zona urbana. El ayuntamiento de la ciudad estableció las medidas de seguridad necesarias y puso en marcha un dispositivo para retirar las uralitas, y los restos de amianto recuperados han sido trasladados a una empresa especializada en gestión de residuos ubicada en Cartagena (Murcia).
El coste asociado a esta intervención, incluyendo el traslado a la planta de gestión, ha sido de 6.000 euros (150 euros por tonelada).
Fuente: Última hora.
Foto Palma: Javier Leiva Aguilera