Los sistemas ferroviarios subterráneos de las ciudades son indispensables para reducir la congestión del tráfico en la superficie y ofrecen a millones de pasajeros una forma rápida de transporte urbano. Sin duda, estas infraestructuras ayudan a mejorar la calidad del aire exterior que respiramos en la ciudad, pero ¿que pasa con la CAI del aire que se respira en el interior del recinto del metro?
Viajar en metro para desplazarse por la ciudad es una buena opción para conseguir reducir las emisiones de CO2 y mejorar la calidad del aire exterior que respiramos. Pero una asignatura pendiente en las infraestructuras ferroviarias subterráneas urbanas es mejorar la calidad del aire que se respira en su interior.
Investigaciones realizadas muestran que la calidad del aire en las estaciones de metro, túneles de acceso y trenes tiende a ser pobre, con una mayor concentración de materia particulada (PM) en el aire que en el exterior y con unas características físico-químicas muy específicas.
Por ejemplo, la Agencia Francesa para la Alimentación, Medio Ambiente y Salud y Seguridad Ocupacional (ANSES) ha publicado un estudio sobre la polución del aire en el metro y los riesgos asociados a largo plazo para la salud de los trabajadores de este medio de transporte.
En el estudio se confirma la presencia de una concentración mucho mayor de partículas finas en el aire de las zonas ferroviarias subterráneas que en el exterior o en el interior de los edificios. La principal fuente de estas partículas, con una alta concentración de componentes metálicos, principalmente hierro y carbono, es el desgaste de los equipos a través de la fricción de la rueda del freno de los trenes, seguido del contacto rueda-rail, y del contacto entre los vehículos y el sistema de alimentación.
Por analogía con los riesgos para la salud que representan estas partículas en el aire ambiente exterior, se espera que tengan efectos nocivos sobre los sistemas cardiovascular y respiratorio de trabajadores que desarrollan su actividad profesional en estas infraestructuras subterráneas, especialmente aquellos encargados al mantenimiento de las mismas.
Proyecto Improve LIFE en el metro de Barcelona
También el proyecto de la UE Improve LIFE, investiga actualmente la CAI en el metro, con el objetivo de proporcionar un estudio de referencia que dé lugar a una mejora real de la calidad del aire del metro. El proyecto reunirá toda la información publicada sobre el tema en diferentes ciudades de todo el mundo durante los últimos 20 años, identificará las principales fuentes de contaminación, y determinará exactamente el conocimiento actual sobre este tema. Las conclusiones de esta primera visión general serán luego aplicadas al sistema de metro en Barcelona.
Barcelona tiene un sistema de metro con notables diferencias entre las distintas líneas. Las líneas nuevas son tecnológicamente avanzadas, con un sistema de puerta de pantalla que separa el aire del andén del de los túneles y con sofisticados sistemas de ventilación que controlan el flujo de aire en las estaciones. Este sistema de puertas de andén se está introduciendo cada vez más en los metros de todo el mundo y puede tener un enorme impacto en la carga de PM en los andenes.
Las posibles estrategias de mitigación de los niveles de material particulado (PM) detectadas en el marco del proyecto, previamente probadas, serán proporcionadas a las autoridades de transporte locales y nacionales de los países europeos para que puedan reducir las concentraciones de PM, incluyendo un enfoque especial en algunos compuestos químicos específicos del aire del metro.
Fuente: ANSES y Improve LIFE