Detección de Legionella por PCR en contextos de alto riesgo

Detección de Legionella por PCR en contextos de alto riesgo

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El método oficial de referencia para la detección de Legionella en muestras de agua es el cultivo de la bacteria, pero tarda dias en dar resultados. Un estudio de la ASPB muestra que en situaciones de brotes o casos de legionelosis, en las que la rapidez de reacción es crítica, el análisis de Legionella por PCR es una técnica complementaria aplicable con resultados fiables.

 

Hace unas semanas, la Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB) organizó la sesión científica "La Legionella, un problema recurrente", en la que, entre otros temas, se habló de la aplicabilidad de la técnica de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en el análisis de Legionella pneumophila en situaciones de brote y su seguimiento.

Efrén Razquín Megías, técnico superior del Servicio de Microbiologia de la ASPB presentó los datos recogidos por la Agencia a partir del análisis de más de 2500 muestras de agua, analizadas en paralelo por cultivo y por PCR, entre 2017 y 2019. Las muestras proceden de situaciones de brotes o casos de legionelosis y su seguimiento, y fueron analizadas, además del cultivo, por el método rápido de PCR a demanda de los clientes, especialmente en casos de necesidad de una técnica más rápida que el cultivo.

De acuerdo a los resultados de este análisis de datos, el técnico de la ASPB defiende que aunque el cultivo es y seguirá siendo el método de referencia, la PCR es válida y aplicable como técnica complementaria al cultivo en contexto de urgencia, por su fiabilidad y mayor rápidez en la obtención de resultados.

Cerca de 700 de estas muestras fueron de agua de consumo, mientras que alrededor de 1900 se obtuvieron de agua de no consumo, principalmente de circuitos de refrigeración, sistemas de riego o aspersores y vehículos de limpieza viaria.

Ante la cuestión de establecer relaciones entre los resultados del cultivo, un método cuantitativo que mide unidades formadoras de colonias (UFC)  y la PCR, un método cualitativo que mide unidades de genoma (UG), Razquín explica que ningún método muestra la realidad tal y como es, y que todos los resultados son dependientes del método. La interpretación correcta de los resultados de la PCR implica comprender la calibración previa del método utilizado, conocer sus rangos de sensibilidad y también sus limitaciones.

Pero para el técnico de la ASPB está claro que la PCR correctamente aplicada, como ningún otro método complementario al cultivo, ofrece fiabilidad, sensibilidad  y rapidez en situación de emergencia.

Un aspecto cuestionable de la PCR es la presencia de positivos por PCR que no se acaban confirmando por cultivo. En los datos analizados de la ASPB, por ejemplo,  la calibración de variables de la PCR prevee un 99% de los casos negativos pero en cambio tiene un valor predictivo de los positivos sólo de un 33%. 

Sin embargo, Razquín destaca que la PCR puede detectar células de Legionella viables pero no cultivables, que actualmente se sabe que son igualmente infectivas, viables y cultivables, muertas con integridad celular o incluso el ADN disuelto. Mientras que el cultivo solamente detecta células viables y cultivables. Por lo tanto, tiene un sentido el mayor porcentaje de positivos, que hay que saber interpretar.

A grandes rasgos, al comparar los dos métodos podria decirse que la PCR sobreestima la presencia y los niveles de Legionella, mientras que el cultivo los infraestima. 

 

Al comparar los elementos que pueden distorsionar los resultados en ambos métodos, en la PCR se destaca la presencia de biocidas y de material particulado fino, que producen deficiencias en la extracción de los ácidos nucleicos e inhibiciones a nivel de los límites de detección.

En el cultivo en cambio interfieren más factores: los biocidas, la materia particulada fina y gruesa, el medio de cultivo, la flora acompañante y los tratamientos térmicos y/o con ácidos aplicados en el cultivo, que producen una baja recuperación de la bacteria.

Otro factor que destaca Razquín son dos riesgos añadidos comunes a dos métodos: la cualificación técnica del personal que realiza los análisis y la calidad de los medios de cultivo y reactivos. En este sentido, el método de cultivo estaría, para él,  mucho más influenciado por este aspecto, ya que el cultivo se alarga en el tiempo y no crece igual sobre un medio u otro, por lo que el personal debe estar bien entrenado para hacer un seguimiento correcto y ser capaz de detectar la presencia del patógeno. 

En todo caso, el técnico concluye que no se trata de buscar métodos alternativos al cultivo ISO, sino de mejorar la ISO y la competencia técnica de quien la aplica, y buscar métodos complementarios, como la PCR, que aporten información extra, descartando los que aporten los mismos resultados que el cultivo.

La sesión científica "La Legionella, un problema recurrente",  está disponible en el canal de YouTube de la ASPB

 

altimir

 

 

 

 

 

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