La formación de biofilms en las piscinas reduce la efectividad de los tratamientos químicos del agua y contribuye a deteriorar su calidad. Curiosamente, la zona de la piscina donde las bacterias disponen de más superficie para adherirse y formar biofims es en el medio filtrante dentro del filtro, principalmente arena, potenciando su apelmazamiento y la formación de canales, lo que disminuyen la efectividad del filtro.
Biofilms en las piscinas
El tratamiento químico del agua permite prevenir el desarrollo de microorganismos nocivos para la salud en los sistemas y vasos de las piscinas. Sin embargo es posible la formación de biofilms bacterianos en las superficies en contacto con el agua, capaces de resistir a la acción del cloro.
Las bacterias pueden llegar a adherirse a cualquier superficie de la piscina y generar a su alrededor un gel o biofilm que las protege frente a la acción del desinfectante. De este modo, pueden reproducirse de forma exponencial y llegar a producir una capa verdoso-amarillenta y viscosa visible a simple vista.
Sorprendentemente, la mayor superficie de la piscinas con la que las bacterias pueden hacer contacto no es, como podría parecer, las paredes o el fondo del vaso de la piscina sino el medio filtrante que se encuentra dentro del filtro y que, en la mayoría de las piscinas en España es la arena de sílice.
Cómo afecta el biofilm a los filtros
La calidad del agua de la piscina depende en gran medida del proceso de filtración. De hecho, la filtración del agua de recirculación es uno de los requisitos normativos que deben cumplir las piscinas de uso público dentro de su programa de tratamiento del agua, para mantenerla con un buen nivel de higiene.
El filtro es básicamente un depósito en cuyo interior se aloja un lecho filtrante, generalmente de arena de sílice, que permite retener las partículas que el agua lleva en suspensión y devolverla limpia al vaso de la piscina.
Para mantener el lecho filtrante limpio de las partículas retenidas, debe someterse con cierta regularidad a un lavado haciendo circular el agua con presión en el sentido opuesto al habitual, agitando el material filtrante. De este modo se desprenden las impurezas y se arrastran hacia el canal de evacuación.
¿Qué sucede cuando el filtro se ve afectado por biofilm bacteriano? La superficie de la totalidad de los granos de arena contenidos en el filtro es la mayor superficie en contacto con el agua de toda la piscina: 1 m3 de arena de sílice tiene una superficie de 3000m2 y es el sustrato perfecto para el crecimiento bacteriano.
Cuando las bacterias se unen a la superficie de los granos de arena y se alimentan de la materia orgánica retenida en el filtro, se reproducen a gran velocidad y desarrollan un biofilm, que posteriormente es colonizado también por otras especies de bacterias, virus, protozoos, etc. De modo que el filtro se convierte en un caldo de cultivo para patógenos, como Legionella, Pseudomonas aeruginosa o Mycobacterium.
Con el tiempo el biofilm se desarrolla aún más rápido y se vuelve más estable, actuando como un aglutinante, pegando los granos de arena entre sí y provocando la formación de canales preferentes y apelmazamientos de la arena.
La formación de canales preferentes, que son atravesados por el agua con gran rapidez y facilidad, impide que las partículas de suciedad queden retenidas en el filtro, reduciendo asi el rendimiento de la filtración.
Cuando el filtro está colonizado por el biofilm, puede permitir el paso de agua no filtrada y con contaminación microbiológica hasta los bañistas. El paso de agua no filtrada provoca también turbidez y presencia de partículas en suspensión en el vaso.
Por otra parte, los bañistas añaden al agua de la piscina sudor y orina, que están compuestos en un 80% de urea. Las bacterias en el biofilm convierten esta urea en amonio, que reacciona con el cloro formando cloraminas, que son sustancias nocivas para la salud y responsables del desagradable olor a cloro en algunas piscinas.
Una vez bajo la protección del biofilm, incluso ni altas concentraciones de cloro ni un buen contralavado del filtro pueden detener completamente el crecimiento de los microorganismos.
Por lo que se recomienda cambiar la arena del filtro con una determinada frecuencia.
Fuente: Guía Técnica ASOFAP PISCINAS DE USO PÚBLICO Y PARQUES ACUÁTICOS