La calidad del aire comprimido en la industria alimentaria es crucial para evitar la contaminación del producto por partículas, agua y aceite, así como el deterioro de los sistemas de producción. Entidades como IFS o BRC recomiendan incorporar el aire comprimido en el sistema APPCC, para preservar la seguridad y la integridad de los alimentos.
Calidad del aire comprimido en la industria alimentaria
El aire comprimido en la industria alimentaria se utiliza para una variedad de procesos y funciones en la fabricación de alimentos y bebidas, como la limpieza, la clasificación, el corte, inyectado o el moldeado del producto. La calidad del aire comprimido puede afectar los productos ya sea directa o indirectamente, ya que si está contaminado o no tiene la pureza adecuada tendrá un impacto negativo en el sistema y en la calidad y seguridad del producto final. Para el sector alimentario es imprescindible que el aire comprimido no contenga sustancias potencialmente peligrosas para los alimentos o los consumidores.
Los sistemas internacionales de certificación en seguridad alimentaria, como IFS, BRC e ISO 22000, recomiendan incorporarlo en el APPCC y , según necesidad, tratarlo como un Punto Crítico de Control.
Como referencia, la norma internacional ISO 8573-1 aporta valores orientativos en referencia a la calidad del aire comprimido. En ella se clasifican los tipos de calidad del aire y se establece el contenido máximo de impurezas y el tamaño de las partículas en las distintas calidades.
La norma ISO 8573-1
El estándar internacional ISO 8573-1permite clasificar la pureza del aire en tres categorías, según el tipo y la concentración de contaminantes: partículas sólidas, agua y aceite.
Partículas sólidas
Las partículas sólidas son minúsculas porciones de materia, como polvo, virutas de metal, plásticos u óxido, que pueden introducirse en el sistema desde el aire ambiente o desde el propio sistema y son riesgos potenciales para un sistema de aire comprimido.
Las fuentes más comunes de contaminación por partículas son las tuberías del sistema, las conexiones, los anillos de sellado, así como las operaciones de mantenimiento o ampliación/reducción de la línea de producción.
Agua
El agua como contaminante en los alimentos puede no parecer un gran peligro, sin embargo puede ser perjudicial para los sistemas de distribución causando problemas mayores, como el óxido y ambientes favorables para el crecimiento microbiano.
La principal fuente de contaminación por agua es el aire ambiente: a medida que el aire se comprime, aumenta el contenido de agua en el mismo. También puede acumularse, condensarse o recogerse en forma de gotas en puntos del sistema.
Es inevitable que esto suceda, pero es posible secar el aire comprimido (con secadores diseñados para ello) para minimizar los estragos del agua en las máquinas, tuberías y depósitos.
Aceites
En los compresores lubricados el aceite puede contaminar, en mayor o menor medida, el caudal de aire comprimido y producir desperfectos (grumos, burbujas, imperfecciones...).
Incluso si se utiliza un compresor libre de aceite, es crítico comprobar la contaminación por aceite, ya que, además del propio compresor, los aceites pueden entrar en el sistema desde el aire ambiente, por una filtración inadecuada o ineficaz, así como por los solventes de limpieza.
Peligros microbiológicos
La contaminación del aire comprimido en la industria alimentaria por microorganismos se trata en la norma ISO 8573-7. Especialmente para los fabricantes de alimentos, la contaminación microbiana es de gran preocupación. El exceso de agua y aceite crea condiciones óptimas de crecimiento para los microorganismos, como bacterias, levaduras y mohos, que pueden ser particularmente peligrosos para la seguridad alimentaria.
Es esencial monitorear regularmente la presencia de contaminación microbiana en las líneas de aire comprimido para mantener los productos seguros.
Categorías de pureza del aire
En la ISO 8573-1, la concentración de contaminantes en el aire se organiza en seis niveles, siendo la clase 0 la más pura de todas y la clase 6, la menos.
La pureza del aire comprimido se expresa de la siguiente manera: ISO 8573-1 [A:B:C].
"A" es la clase requerida de partículas sólidas
"B" de humedad y agua
"C" de aceite en cualquiera de sus formas (líquido, aerosol y vapor).
El aire comprimido tiene muchas utilidades y no en todas ellas va a ser necesaria la misma calidad o grado de pureza. Es fundamental identificar el grado de calidad del aire comprimido necesaria para cada aplicación dentro de las líneas de producción de alimentos, de modo que permita asegurar el proceso y el producto final.