Desde su introducción comercial en 1995, los cebos para el control de termitas subterráneas han transformado profundamente el panorama de la lucha contra esta plaga estructural. Frente a los métodos tradicionales basados en barreras químicas en el suelo, los sistemas de cebado ofrecen una solución más específica, sostenible y eficaz a largo plazo.
Cebos para el control de termitas subterráneas
Tres décadas después de su introducción en el mercado, el uso de cebos para el control de termitas subterráneas no solo está consolidado en numerosos países sino que continúa evolucionando con nuevas formulaciones y estrategias de aplicación.
La revista Journal of Economic Entomology ha dedicado una colección especial de artículos a este método para controlar colonias de termitas subterráneas en estructuras de madera, una plaga que provoca graves pérdidas económicas en todo el mundo. Esta iniciativa parte del XXVII Congreso Internacional de Entomología celebrado en agosto de 2024 en Kioto, Japón, donde se celebró un simposio titulado "Desarrollo y aplicación de cebos para el control de termitas subterráneas en las ultimas tres décadas" en el que participaron destacados expertos en esta materia.
Esta colección especial incluye informes de los ponentes del simposio, que abordan diversas temáticas relacionadas. Entre ellos se encuentra un estudio liderado por David Mora (Anticimex España) y David Hernández-Teixidor (IPNA-CSIC, Grupo de Ecología e Evolución Insular) que analiza la efectividad de un tratamiento a gran escala con cebos a base de hexaflumurón en cinco localidades españolas, demostrando que la erradicación total de colonias de termitas subterráneas es factible incluso en áreas extensas.
Vamos a ver algunos aspectos destacados de esta recopilación de información sobre los cebos para termitas y su evolución a lo largo de estos 30 años.
¿Cómo funcionan los cebos para termitas?
La clave del éxito de los cebos radicaría en el uso de inhibidores de la síntesis de quitina (CSI) como ingrediente activo. Estas sustancias interfieren en el proceso de muda de las termitas obreras, que deben desprenderse de su exoesqueleto periódicamente para seguir desarrollándose. Se ha comprobado que muchas obreras, tras alimentarse del cebo, regresan a la zona central del nido para mudar cerca de las reproductoras, los huevos, las crías y otros individuos.
Al morir durante la muda, los cadáveres contaminan el entorno y provocan el desplazamiento de las castas reproductoras acompañadas por las obreras, que transportan también a los huevos y las crias. Este ciclo se repite hasta el colapso total de la colonia. Además, el principio activo se disemina entre individuos a través de trofalaxia (intercambio de alimentos) y canibalismo, asegurando que la sustancia alcance a todos los miembros de la colonia, incluidos aquellos que nunca salen del nido.
La colección incluye investigaciones recientes sobre cómo la muda asincrónica de las termitas, la centralización de la actividad de muda y la propagación del ingrediente activo a través de la trofalaxia y el canibalismo impulsan el colapso de la colonia en 90 días.
Compuestos activos y matrices de cebo
El primer producto comercial, Sentricon (con hexaflumurón), abrió la puerta al desarrollo de otras moléculas como noviflumurón, diflubenzurón, chlorfluazurón, bistriflurón o novalurón, que han sido incorporadas a sistemas como Requiem, Xterm, Advance o Exterra. Estas formulaciones han demostrado eficacia en condiciones diversas y frente a varias especies de termitas, especialmente Coptotermes y Reticulitermes, aunque su eficacia puede verse reducida frente a especies como Macrotermes gilvus, que cultivan hongos. Lo que destaca la necesidad de mejorar las formulaciones y estrategias de los cebos.
En cuanto a la matriz del cebo, se ha evolucionado desde el uso de serrín prensado o papel, a pastas celulósicas o tabletas compactas que mejoran la durabilidad y el consumo por parte de las termitas.
Innovaciones recientes
Los cebos para termitas han demostrado ser una solución altamente eficaz, respetuosa con el medio ambiente y adaptable a distintos contextos geográficos y estructurales. La comprensión del comportamiento biológico de las termitas ha sido fundamental para optimizar esta tecnología, y la evolución de los cebos continúa abriendo nuevas posibilidades en el ámbito del control de plagas.
Una de las limitaciones del sistema de cebado con CSI es el tiempo necesario para eliminar la colonia, que puede extenderse hasta tres meses. Para acortar este plazo, se está investigando el uso de hormonas de muda como la 20-hidroxiecdisona, que inducen mudas prematuras y aceleran asi la mortalidad, como aditivo en los cebos. Por otro lado, se han desarrollado cebos fluidos inyectables para tratamientos directos en focos activos, lo que representa una herramienta prometedora para aplicaciones en interiores o estructuras delicadas.
En resumen, esta colección especial destaca la evolución de la tecnología de cebos para termitas durante los últimos 30 años y su importante impacto en la industria del control de termitas. Os dejamos el enlace a continuación.
Referencia:
Special Collection: International Congress of Entomology - Termite Bait, Journal of Economic Entomology 2025
