Las garrapatas son abundantes en toda Europa y se muestran especialmente activas desde la primavera hasta el otoño. En su distribución geográfica se aprecian cambios, probablemente relacionados con el clima, que indican su propagación hacia latitudes más septentrionales y áreas de mayor altitud. Dado que son vectores de diversas enfermedades, en esta época del año es importante tomar precauciones para evitar sus picaduras.
Las garrapatas merecen nuestra atención. La tasa de infecciones de enfermedades transmitidas por estos ectoparásitos hematófagos ha ido en aumento en Europa desde la década de 1980, debido a cambios en factores como el incremento de temperaturas o la intervención humana en los espacios naturales.
Todas las especies de garrapatas son parásitos temporales obligados y necesitan ingerir sangre de vertebrados, incluidos los humanos, para completar su ciclo vital. Este hecho las convierte en un problema de salud pública, ya que pueden ser portadoras de una amplia variedad de agentes patógenos que pueden transmitir con sus picaduras. Por este motivo, son importantes los programas de vigilancia y control de garrapatas, en particular las que pueden transmitir enfermedades, asi como la aplicación de medidas individuales de prevención de picaduras.
Aunque la mayoría de las picaduras de garrapatas son indoloras y causan síntomas menores, como enrojecimiento o hinchazón, en determinadas zonas pueden transmitir enfermedades graves.
Por ejemplo, la especie Hyalomma marginatum, presente en gran parte de la Península Ibérica, es especialmente susceptible a la infección con el virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (CCHF por sus siglas en inglés), considerada como una de las zoonosis emergentes más importantes en Europa, debido a su alta capacidad de contagio y a la severidad de sus sintomas. En relación a este tema, recomendamos leer un interesante artículo de Miguel Ángel Jiménez Clavero, virólogo y profesor de investigación en el INIA, en el que nos habla de la emergencia de la CCHF en España, el único país de Europa occidental que ha declarado casos de esta enfermedad por ahora.
La encefalitis transmitida por las garrapatas (TBE) es otra de las enfermedades con relevancia para la salud pública en Europa, especialmente en Europa Central, del Norte y del Oeste, donde la TBE es endémica en algunas zonas. En este caso el principal vector es la especie Ixodes ricinus, otra garrapata autóctona en España y distribuida por la mayor parte de la geografia europea. El último informe epidemiológico anual de la TBE publicado por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) muestra una tendencia creciente en el número de casos confirmados de TBE en la UE/EEE.
Mapas actualizados de distribución de garrapatas
El ECDC ha publicado los mapas actualizados (marzo 2021) de la distribución conocida actual de diversas especies de garrapatas en Europa. Estos mapas se basan en datos históricos publicados y en datos confirmados proporcionados por expertos de los respectivos países, como parte del proyecto VectorNet.
Los mapas disponibles actualmente muestran la distribución de cada una de las siguientes especies: Dermacentor reticulatus, Hyalomma marginatum, Ixodes persulcatus, Ixodes ricinus, Rhipicephalus bursa, Rhipicephalus sanguineus, Ornithodoros spp.
Desde la actualización anterior (octubre de 2020), se han registrado algunos cambios, siendo uno de los hallazgos más significativos el número de registros introducidos de Hyalomma marginatum fuera del rango endémico conocido, probablemente como resultado de eventos climáticos inusualmente cálidos experimentados en el norte y oeste de Europa en los últimos años.
Para Dermacentor reticulatus se registra una posible expansión en la distribución en Alemania, Hungría y Luxemburgo, así como nuevos registros de presencia en Turquía
En el caso de Hyalomma lusitanicum no se registraron cambios en la distribución.
Para Ixodes ricinus se incluyen nuevos registros de presencia en Argelia, Finlandia, Alemania, Irlanda, Noruega, Suecia, Turquía y Ucrania.
Los datos registrados para Rhipicephalus sanguineus incluyen nuevos registros de presencia en Argelia, Grecia, Hungría (posiblemente expansión local), Italia, Túnez y Turquía.
Fuente: ECDC