Siguiendo los principios de la gestión integrada de plagas, en el control de roedores el diagnóstico de la situación inicial es el primer paso sobre el que construir una estrategia efectiva y eficiente para eliminar las infestaciones. La inspección del área afectada es uno de los pilares para poder comunicar con el cliente y formular un diagnóstico acertado.
La inspección en el control de roedores
La marcada evolución de las empresas del sector de servicios biocidas en los últimos años ha reforzado la implementación del concepto de control integrado de plagas en su sistema de trabajo, priorizando la implantación de medidas preventivas y limitando el uso de biocidas a aquellos casos en los que las medidas anteriores sean insuficientes.
En esta estrategia de trabajo resulta fundamental que las empresas de servicios biocidas efectúen un diagnóstico de la situación antes de elegir la forma de proceder para eliminar las poblaciones de plagas que están causando el problema.
Para poder realizar un análisis de la situación y formular un diagnóstico correcto, los profesionales del control de plagas necesitaran recopilar información previa sobre los antecedentes de infestaciones en los espacios afectados y también realizar una inspección del lugar.
De la mano del Ingeniero Andres Pizarro, gerente de negocio en Bell Labs y colaborador en la revista Latamplagas, vamos a ver la importancia de realizar una inspección exhaustiva del área afectada por una infestación de roedores sinantrópicos, que permita diseñar correctamente los siguientes pasos del programa de control integrado de plagas a aplicar.
El éxito del servicio dependerá en gran medida de este paso, previo a cualquier tratamiento físico o quimico de las instalaciones.
La comunicación con el cliente
Un aspecto importante sobre el que pone énfasis el Ing. Pizarro es la oportunidad de establecer una relación de confianza con el cliente durante la inspección. Es el momento de transmitir el conocimiento técnico, de forma que el cliente pueda comprenderla y se sienta cómodo, pueda realizar preguntas y también contestar las cuestiones que le plantee el técnico.
Una buena comunicación con el cliente nos permitirá conocer sus expectativas y establecer con él metas realistas, identificar claramente las necesidades y comentar aquellos aspectos que pueden ser críticos o que pueden dar lugar a modificaciones del programa de control establecido inicialmente.
Es clave también aclarar al cliente que el trabajo de la empresa de control de plagas es eliminar el problema que el cliente tiene con una plaga. Sin embargo, el cliente debe tener claro que no es posible acabar con la plaga y que los roedores van a seguir reproduciendo fuera del perímetro controlado. Por tanto, la plaga puede volver a generar problemas en el futuro si no se mantienen las medidas de control, ya sean estructurales, físicas o químicas.
Por esto, la inspección es también un momento para educar al cliente, explicándole el porqué y la importancia de las recomendaciones que le damos, para que el programa de control de plagas tenga éxito.
Identificar indicios clave
Una buena inspección suele requerir tiempo y libertad de movimiento por las instalaciones para poder explorar: a nivel de suelo, de techos, etc. asi como las zonas exteriores colindantes con el perímetro de control. Sólo así la inspección nos permitirá recabar, especialmente si se trata de la primera vez, la información necesaria para dar forma a un programa integrado de control de plagas que sea efectivo.
Vamos a ver algunos indicios clave que destaca el Ing. Pizarro cuando se realiza una inspección en busca de roedores.
La presencia de sebo
En las rutas de paso de los roedores pueden verse marcas de sebo, una mezcla de grasa y suciedad presente en su piel, que dejan al rozar las superficies repetidamente en sus desplazamientos. Normalmente estas marcas pueden encontrarse en esquinas, entradas de agujeros, tuberías, etc.
Las roeduras
Los incisivos de los roedores crecen constantemente, hasta un promedio de 2,27cm al mes en el caso de las ratas, así que deben desgastarlos continuamente. Identificar daños de roeduras en la inspección es bastante probable, ya que roen prácticamente todo lo que se encuentran, incluidos los cables eléctricos lo que genera riesgo de incendios. En el caso de las ratas, pueden roer a través de plástico, madera, cemento, cobre, plomo, aluminio e incluso acero.
Los excrementos
Otro indicio de infestación que destaca el Ing. Pizarro son los excrementos. Los excrementos de los roedores nos pueden aportar iformación sobre varias cuestiones importantes: la dirección del desplazamiento de los roedores, el tamaño de la colonia o colonias y las especies presentes.
En términos generales, podemos identificar las heces de los roedores sinantrópicos con algunas características básicas:
- la rata marrón (Rattus norwegicus) son de mayor tamaño y redondeadas
- la rata negra (Rattus rattus) son más alargadas y puntiagudas
- el ratón doméstico (Mus musculus) son las más pequeñas y alargadas
Es posible que en un mismo punto de infestación esten presentes dos o más especies y hallemos excrementos de diferentes tipos. Esta información es importante ya que el comportamiento de cada especie es distinto y puede ser necesario implementar medidas de control específicas.
La orina
Por último, la presencia de muestras de orina es claramente identificable por un fuerte olor a amoníaco, que puede ser un indicador de rutas de paso de los roedores o concentrarse en determinados puntos.
En la orina de los roedores hay proteínas especificamente excretadas, que pueden ser percibidas por el agudisimo sentido del olfato de sus congéneres e interpretadas como mensajes de identidad, alerta o estrés. Esta capacidad se ha relacionado con el hábito que tienen los roedores de orinar de forma frecuente sobre superficies de su entorno. No orinan a libre albedrio, sino en espacios comunes a su grupo social y con el objetivo de señalizar algo.
La abundante orina distribuida en distintos puntos y los excrementos de los roedores son focos de contaminación, ya que son transmisores de agentes infecciosos.
Fuente: latamplagas edición nº 15