Micotoxinas, un riesgo también para la avicultura

Micotoxinas, un riesgo también para la avicultura

micotoxinas

Las micotoxinas, metabolitos tóxicos producidos por algunos hongos, constituyen uno de los peligros sanitarios que pueden afectar a los cereales y sus productos derivados, como piensos. Además de la pérdida de cosechas, las micotoxinas representan también un problema para industrias como la avícola, ya que la ingesta de piensos contaminados con estas sustancias puede causar anormalidades en las aves y afectar a su desarrollo.

 

Los hongos y sus micotoxinas son abundantes en todo el mundo, y las podemos encontrar en una gran variedad de cereales, tanto antes como después de la cosecha, asi como en productos derivados, como los destinados a la alimentación animal. En el caso de los piensos, las micotoxinas consiguen conservarse en niveles tóxicos para los animales incluso después del procesado, en el producto final.

En la industria avícola esto representa un riesgo importante, dados los muchos desajustes y lesiones que las micotoxinas pueden originar en la anatomía del tracto gastrointestinal de las aves, todos ellos de gran impacto en la fisiologia de los diferentes sistemas de las aves y en su desarrollo.

Efectos en el tracto gastrointestinal

No todas las micotoxinas son absorbidas en igual proporción a través de la barrera intestinal de las aves. Por ejemplo, las aflatoxinas (AF) son absorbidas en un 80% y las ocratoxinas (OTA) en un 40%, mientras que el deoxinivalenol (DON) alrededor del 5 al 20%  y las fumonisinas (FUM) en un 1%.

Las micotoxinas no son estáticas en el interior del tracto gastrointestinal, algunas de ellas sufren procesos de activación, por ejemplo, las aflatoxinas pasan de su forma AFB1 a su metabolito tóxico AFB1-exo-8, 9-epoxide, una micotoxina que es capaz de inhibir la síntesis proteica, como consecuencia de su efecto sobre el ADN y el ARN, y que afecta a tejidos con un comportamiento de alto recambio celular y alta inclusión proteica, como por ejemplo el epitelio intestinal. Asi, la contaminación con aflatoxinas en broilers es una de las razones de la depresión del crecimiento de los animales, que está causada por un detrimento en la capacidad de absorción de nutrientes.

La acción de las micotoxinas sobre el funcionamiento pancreático e intestinal de las aves se traduce en una reducida digestibilidad y absorción de las proteínas y otros nutrientes. Además, en aves expuestas a micotoxinas, la recuperación de una dolencia entérica concomitante toma, en promedio, un 25% más de tiempo. Asi pues, las micotoxinas pueden reducir significativamente el desarrollo corporal de los animales.

Efectos en el sistema inmune de las aves

La presencia de algunas micotoxinas en el pienso puede perjudicar la respuesta de las aves a antígenos vacunales suministrados por vía oral. La exposición del epitelio intestinal a niveles tóxicos de fumonisinas afecta a su integridad y reduce la migración de células de defensa, incrementando la susceptibilidad de las aves al padecimiento de algunas patologías. También los tricotecenos interfieren con la síntesis de proteínas, provocan un mal comportamiento de las células y comprometen la respuesta del sistema inmune.

Asimismo, se sabe que la exposición de las aves a micotoxinas incrementa la severidad de las patologias entéricas y sistémicas.  Por ejemplo, estudios han demostrado correlación entre la contaminación con aflatoxinas y brotes de la enfermedad de Newcastle, debido probablemente a su capacidad para reducir significativamente los anticuerpos.

Igualmente, broilers alimentados con pienso contaminado con DON, a razón de 3 a 12mg/kg de alimento, mostraron una reducción en la producción de anticuerpos contra antígenos vacunales para la enfermedad de Newcastle, y una reducción en el tamaño de la bolsa de Fabricio, órgano necesario para el desarrollo del sistema inmunológico en las aves. 

Disminuir el impacto de las micotoxinas

El método más ampliamente utilizado para proteger a los animales contra los efectos nocivos de las micotoxinas es la adición de adsorventes sintéticos y/o naturales en el pienso. Varios minerales se utilizan como adsorventes, que actúan reduciendo la disponibilidad de la toxina en el organismo del ave expuesta. Su principal mecanismo de acción, la adsorción de las micotoxinas, se basa en la diferencia de cargas eléctricas entre el adsorvente y la molécula de la micotoxina.

Sin embargo, debido a las diferencias en la estructura molecular entre las micotoxinas, la eficacia en la capacidad de adsorción de estos minerales no es igual para todas las micotoxinas. Mientras que los minerales adsorventes se han utilizado extensivamente para controlar el daño ocasionado por las aflatoxinas en las aves, su efecto no es muy significativo en el control de FUM, DON y otros tricotecenos. 

Otro inconveniente de los adsorventes minerales es que, debido a la compatibilidad de cargas eléctricas, eventualmente pueden adsorver otros componentes de la dieta, como los promotores del crecimiento o los medicamentos, disminuyendo su efectividad.

Un método alternativo utilizado es la biotransformación enzimática específica, una tecnología que permite degradar algunas micotoxinas mediante enzimas específicas, convirtiéndolas en metabolitos no tóxicos. Las grandes ventajas de la biotransformación son su alta eficacia, su especificidad y la irreversibilidad de sus reacciones. Por lo que este método se perfila como la tecnología de elección para la prevención y el control de los efectos tóxicos causados por muchas micotoxinas, entre ellas las ocratoxinas, las fumonisinas, el deoxinivalenol y  la zearalenona.

 

Fuente: Biomin

 

 

 

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