La presencia de micotoxinas en cereales y granos destinados a la alimentación animal sigue siendo una amenaza para la seguridad alimentaria a nivel global. Durante 2019 se registró un riesgo alto de contaminación en Europa, con fuerte prevalencia del desoxinivalenol (DON), las fumonisinas (FUM) y la zearalenona (ZEA).
Las micotoxinas son compuestos químicos producidos de forma natural por algunos géneros de hongos. La presencia de estas sustancias en alimentos y piensos puede tener impacto sobre la salud humana y animal, dado que pueden causar efectos adversos, como la inducción de cáncer y mutagenicidad.
Existe una variedad muy amplia de micotoxinas que pueden afectar a la salud, las más importantes son las toxinas producidas por mohos de los géneros Aspergillus, Fusarium y Penicillium, y cuya presencia depende de muchos factores como el tipo de producto, la humedad y la temperatura.
El estudio Biomin Mycotoxin Survey, que la empresa especializada en nutrición animal Biomin realiza periódicamente, es el más completo que se realiza sobre la presencia de micotoxinas en componentes que se utilizan para piensos, a nivel mundial.
Los resultados del estudio de 2019 proporcionan información sobre la incidencia de las seis principales micotoxinas en los productos agrícolas utilizados para la alimentación del ganado, con el fin de identificar los riesgos potenciales futuros para la producción animal. Las seis micotoxinas monitorizadas son: aflatoxinas (Afla), zearalenona (ZEN), deoxinivalenol (DON), toxina T2, fumonisinas (FUM) y ocratoxina A (OTA).
Los resultados se basan en 93.543 análisis realizados en 21.287 muestras de piensos y materias primas, procedentes de 86 países, entre enero y diciembre de 2019. Y muestran que las micotoxinas más prevalentes a nivel mundial en 2019 fueron FUM (70%) y DON (68%).
Micotoxinas en Europa
El riesgo en Europa, en general, se considera de alto a severo. Las condiciones climáticas inestables y a menudo impredecibles en toda Europa durante todo el año cambiaron el comienzo de la cosecha en varias regiones. La micotoxina más prevalente fue el DON, que es la que plantea el mayor riesgo para el ganado, seguido de las fumonisinas.
Las tasas de contaminación en el norte de Europa fueron bastante bajas en comparación con el resto de la región. En la cebada se encontraron ZEN y DON en solo el 8% de las muestras, aunque los niveles promedio positivos (241 ppb) y de concentración máxima (474 ppb) fueron ligeramente elevados para DON en esta zona. La toxina T2 se detectó en más de la mitad de las muestras analizadas (54%) pero las concentraciones fueron bastante bajas (21 ppb). En cuanto al trigo, las muestras estuvieron contaminadas principalmente con ZEN (59%) y DON (44%) pero los niveles promedio de contaminación fueron moderados.
En la Europa central la principal amenaza para el trigo fue el DON, con el 66% de las muestras analizadas positivas para este B-tricoteceno y más de la mitad de las muestras conteniendo niveles por encima del umbral de riesgo. Además, el nivel de contaminación promedio y el nivel máximo fueron muy altos para esta micotoxina. La toxina T-2 se detectó en el 53% de las muestras analizadas, aunque el nivel de concentración promedio fue bastante bajo a 32 ppb. El 87% de las muestras de trigo analizadas estaban contaminadas con, al menos, una micotoxina.
Las muestras de cebada también se vieron afectadas principalmente por DON. Con niveles de concentración promedio y máximo altos. Del 58% de muestras positivas, casi todas (52%) estaban por encima del umbral de riesgo de DON. La toxina T-2 también se encontró en el 67% de las muestras de cebada, aunque el nivel promedio de contaminación fue relativamente bajo.
En las muestras de maíz de Europa Central, la contaminación conjunta de micotoxinas fue un problema importante, ya que casi todas las muestras (98%) estuvieron contaminadas con, al menos, una micotoxina. La aflatoxina no fue un gran problema en el maiz pero se detectó DON en el 92% de las muestras, con un 90% por encima del umbral de riesgo. La zearalenona mostró una fuerte co-ocurrencia con el DON; el 87% de las muestras de maiz estaban contaminadas con este metabolito estrogénico, además en niveles de concentración promedio y concentración máxima bastante altos. Los niveles de fumonisinas se incrementaron en el maíz de Europa Central. El 65% de las muestras dieron positivo para esta toxina de Fusarium a un nivel de contaminación promedio de 623 ppb y un nivel máximo de 3,410 ppb.
En el sur de Europa un aspecto preocupante fueron las fumonisinas en el maiz. La prevalencia de estas micotoxinas fue alta, con un 88% de muestras positivas y casi la mitad de las muestras por encima del umbral de riesgo. También se encontró deoxinivalenol en el 55% de las muestras de maíz analizadas y ZEN en el 48% de las muestras. Cabe destacar que el 93% de las muestras de maíz del sur de Europa estuvieron contaminadas con al menos una micotoxina, lo que puede aumentar la amenaza de efectos sinérgicos combinados de los diferentes metabolitos.
En el trigo la situación fue similar a la Europa central. Se detectó DON en el 65% de las muestras, con un 58% por encima del umbral de riesgo. Mientras que el 88% de las muestras en el sur de Europa dieron positivo para fumonisinas.
Por último, en el este de Europa destaca la prevalencia y los altos niveles de concentración de las fumonisinas en las muestras de maíz, con una prevalencia del 80% y un 51% de muestras positivas por encima del umbral de riesgo para la salud. Además, el 100% de las muestras de maíz analizadas estaban contaminadas con al menos una micotoxina, lo que representa una amenaza para el ganado en Europa del Este.
Fuente: Biomin
