El brote de legionella ocurrido en Pamplona el pasado mes de junio, que aceleró la aprobación del nuevo Decreto foral 54/2006 de prevención y control de legionella, parece que trae cola.
Según publicaba la semana pasada el Diario de Navarra, al menos 22 de los afectados por el brote tienen previsto denunciar al Gobierno foral y pedir una indemnización por daños y perjuicios. Según la propia noticia, algunos de ellos aseguran que han estado de baja hasta finales de agosto, y aún sienten debilidad e indisposición.
La tramitación de estas quejas se ha realizado desde la Asociación de Consumidores de Navarra Irache, desde donde se señala que las compensaciones a demandar variarán en función del caso y que todavía es pronto para pronunciarse sobre este aspecto. Los afectados que han acudido en busca de ayuda a Irache tienen una media de 71 años y han estado hospitalizados durante 8 días.