
Los sistemas de nebulización son buenos aliados contra el calor, pero pueden convertirse en un riesgo sanitario si no se mantienen adecuadamente. Si los utilizas, recuerda que se consideran instalaciones de riesgo según el RD 487/2022 para la prevención y el control de la legionelosis.
Nebulizadores y prevención de la legionelosis
En los meses más calurosos del año, los sistemas de nebulización ambiental se han convertido en una solución popular para refrescar terrazas de hostelería, áreas recreativas, piscinas y espacios al aire libre. Estos equipos generan una fina bruma de agua que ayuda a reducir la temperatura ambiente, mejorando la experiencia de quienes disfrutan del exterior.
Sin embargo, lo que a simple vista parece solo una mejora del confort puede implicar ciertos riesgos si no se gestiona adecuadamente. En concreto, estos sistemas pueden actuar como vehículos de transmisión de Legionella pneumophila, la bacteria responsable de la legionelosis.
La nebulización ambiental bien gestionada es segura. El riesgo no está en el sistema en sí, sino en la falta de mantenimiento y control. Por eso, tanto propietarios/as de negocios como personal técnico deben estar al tanto de sus responsabilidades y aplicar medidas preventivas de forma sistemática.
¿Qué es un sistema de nebulización ambiental?
Un sistema de nebulización ambiental es un dispositivo que proyecta agua en forma de microgotas mediante boquillas de alta presión. Su función principal es refrescar el aire mediante enfriamiento por evaporación. Suelen utilizarse en terrazas de bares y restaurantes, instalaciones deportivas y de ocio, entornos de piscina o eventos temporales al aire libre.
Estos sistemas pueden estar conectados a la red de agua potable o contar con depósitos propios, y algunos incorporan ventiladores para mejorar la dispersión de la niebla.

Riesgo de legionelosis: ¿por qué es importante el control?
Los sistemas de nebulización generan aerosoles, es decir, partículas de agua en suspensión que pueden ser inhaladas. Si el agua no está correctamente tratada o el sistema presenta acumulaciones de biofilm, puede convertirse en un medio ideal para la proliferación de bacterias como Legionella spp. u otros patógenos oportunistas.
La legionelosis se contrae por inhalación de estos aerosoles contaminados, y puede afectar especialmente a personas mayores, fumadoras, inmunodeprimidas o con enfermedades respiratorias.
Dado que las microgotas se generan directamente en las zonas en las que se desea conseguir el efecto de refrigeración y que la distancia entre las personas y el punto de pulverización es corta, desde un punto de vista de transmisión de Legionella estos equipos se consideran un riesgo real que debe controlarse.
Entre los factores de riesgo destacan:
- Temperaturas entre 25 °C y 45 °C, óptimas para el desarrollo de Legionella.
- Estancamiento del agua en tramos del sistema.
- Presencia de biofilm en tuberías, boquillas o depósitos.
- Uso de agua no tratada o no controlada.
- Paradas prolongadas del sistema sin limpieza posterior.
La importancia del mantenimiento, de acuerdo a la normativa
Los sistemas de nebulización que generan aerosoles a partir de agua y están conectados a red o usan depósitos se consideran instalaciones de riesgo según el Real Decreto 487/2022, por el que se establecen los requisitos sanitarios para la prevención y el control de la legionelosis.
Esto implica que deben cumplir con:
- Disponer de un programa de mantenimiento higiénico-sanitario documentado, adaptado a las características específicas de cada instalación
- Llevar a cabo limpiezas y desinfecciones periódicas.
- Realizar controles analíticos si así lo requiere el tipo de instalación.
- Formar adecuadamente al personal responsable de su mantenimiento.
- Conservar registros actualizados de todas las actuaciones.
No cumplir con estas obligaciones puede conllevar riesgos sanitarios, además de sanciones legales y reputacionales para el establecimiento.
Un sistema de nebulización limpio, mantenido y controlado aporta bienestar sin comprometer la salud pública.








