Cuando se trata de termitas, las hormigas argentinas invasoras siempre son las primeras en encontrarlas. Necesitan sus proteinas para alimentar a las larvas y, posteriormente, ellas mismas reciben el alimento pre-digerido por trofalaxia. Su agresividad y competitividad les permite provocar estragos sobre especies autóctonas. Pero esto puede jugar en su contra en el caso de un nuevo cebo para controlarlas: termitas rociadas con el insecticida fipronil.
Termita al fipronil, un nuevo cebo para controlar a las hormigas invasoras
Los cebos insecticidas están diseñados para oler y saber igual que los alimentos preferidos de los insectos plaga, con mayor o menor éxito. Pero en la Universidad de Purdue, en EEUU, han encontrado una manera mejor: dar a los insectos exactamente lo que quieren en lugar de una imitación.
Las pruebas del entomólogo Grzegorz Buczkowski se centraron en el control de la hormiga argentina invasora (Linepithema humile), una especie que, desde Sudamérica, se ha expandido por todo el mundo, incluida España, provocando graves daños en las especies autóctonas, amenazando la biodiversidad, los ecosistemas y los sistemas agrícolas.
Su propuesta fué recubrir termitas con el insecticida fipronil y dejarlas ir cerca de colonias de hormigas invasoras en Sudáfrica. En las pruebas se consiguieron eliminar prácticamente todas las hormigas, utilizando mucho menos insecticida que con los métodos de control tradicionales.
Hormigas invasoras
Existen hormigas invasoras prácticamente en todas partes, transportadas desde sus países nativos, normalmente, en las bodegas de los barcos. La hormiga argentina , por ejemplo, llegó desde Argentina a EEUU hace más de un siglo en la tierra utilizada como lastre en los buques. Cuando tiraron la tierra para colocar la carga, las hormigas comenzaron a extenderse por la parte sur del país.
Las hormigas argentinas dominan a muchas otras especies, alterando las interacciones ecológicas allá donde van. También consumen secreciones de plagas de los cultivos, como los pulgones, y, a cambio, protegen a esas plagas de los depredadores naturales, permitiendo que sus poblaciones crezcan.
Es la habilidad de las hormigas argentinas para supera a otras especies lo que hace que el método de control de Buczkowski sea tan efectivo.
Todas las hormigas ingieren proteinas para desarrollarse y, generalmente, las obtienen depredando a otros insectos. En el caso de las argentinas, su elevada agresividad y competitividad juega en esta ocasión en su contra. Si ofreces termitas con fipronil, serán las primeras en encontrarlas, llevárselas al nido y envenenar a toda la colonia.
Baño ligero de fipronil
En las pruebas realizadas, individuos de termitas Amitermes hastatus fueron expuestos tópicamente al fipronil y ofrecidos a las hormigas argentinas Linepithema humile. El fipronil es un insecticida de amplio espectro,
En los ensayos de laboratorio, las termitas fueron consumidas de buena gana y los resultados mostraron que una sola termita tratada con 590 ng. de fipronil es capaz de matar, al menos, 500 ejemplares de Linepithema humile en 4 días.
En las pruebas de campo realizadas en espacios naturales invadidos por L. humile, las termitas tratadas fueron dispersadas en 6 parcelas experimentales de 100m2 y proporcionaron un control rápido de las hormigas, con un descenso de la densidad en las zonas tratadas del 98% en 21 días.
El fipronil es un insecticida de amplio espectro, utilizado normalmente de otras formas, pero que requieren mucha más cantidad del veneno para controlar la misma área. Por ejemplo, se necesitarian 2.644 veces más en el caso de aplicarlo por pulverización líquida y 16.158 veces en el caso de la aplicación por gránulos, para tratar 100m2.
Además, estas otras aplicaciones se extiende por el suelo, y pueden ser consumidos por insectos a los que no está destinado el veneno.
Otra ventaja añadida
Utilizar las termitas como cebo tiene además otra ventaja añadida; muchos granulados, gels y esprays afectan sólo a las obrearas que entran en contacto con ellos o los consumen. Sin embargo, las hormigas obreras no pueden digerir a las termitas por si mismas. En cambio, realizan el proceso de trofalaxia: llevan las termitas a su nido y alimentan las larvas con ellas, que pre-digieren el insecto y lo retornan a las obreras para que lo ingieran. De este modo, las larvas, las obreras y las reinas, que reciben las termitas pre-digeridas de las obreras, quedan todas envenenadas.
Dado que las termitas mueren alrededor de una hora después de haber sido pintadas con fipronil, Buczkowski no recomienda colocar termitas sueltas cerca de casas o edficios para controlar poblaciones de hormigas, sino que lo ve como un método efectivo de control de hormigas invasoras en áreas grandes, que contengan colonias con millones de hormigas.
Sus próximas investigaciones incluirán probar otros insecticidas, asi como usar dferentes insectos de cebo y otras especies de hormigas invasoras. Además, dado que las hormigas tienden a preferir presas "frescas", el entomólogo está experimentando con termitas liofilizadas, que parecen frescas pero que podrian tratarse previamente, y colocarlas en las zonas a tratar.
Fuente: https://www.pctonline.com/