Insecticidas reguladores del crecimiento, una herramienta contra chinches y pulgas

Insecticidas reguladores del crecimiento, una herramienta contra chinches y pulgas

control plagas

Las crecientes restricciones legislativas sobre las sustancias activas biocidas y el fenómeno de resistencia que desarrollan los insectos frente a insecticidas ampliamente utilizados, nos lleva a que la industria del control de plagas revise bien las herramientas de que dispone y les saque el mayor partido posible. Los insecticidas reguladores del crecimiento pueden ser una buena ayuda.

 

Los insecticidas reguladores del crecimiento son quizás poco conocidos o utilizados, en comparación con los piretroides, pero ofrecen algunas ventajas frente a las crecientes restricciones legales sobre los biocidas y al aumento de la resistencia a los tratamientos entre los insectos.  

Afectan al sistema endocrino del insecto

Los insecticidas reguladores del crecimiento (IGRs) son específicos para los insectos y tienen una toxicidad muy baja para los mamíferos, no son persistentes en el medio ambiente y causan la muerte de los organismos diana lentamente.

Su modo de acción es sobre el sistema endocrino, ya que tienen una estructura muy similar a ciertas hormonas producidas por el cerebro del insecto, como la hormona juvenil, encargada de mantener los carácteres juveniles durante el estado inmaduro del insecto. En el proceso normal, cuando el grado de desarrollo del insecto es adecuado, la producción de la hormona juvenil en el cerebro se detiene y entonces se produce la muda hacia la pupa o el adulto.

Los insecticidas IGR químicos, como el S-metopreno y el piriproxifeno imitan la acción de la hormona juvenil y mantienen al insecto en su estadio inmaduro. Los insectos tratados con estos biocidas no son capaces de mudar con éxito hacia la fase adulta y no consiguen reproducirse con normalidad.

Por ser sustancias similares a las del propio artrópodo, se considera que los reguladores del crecimiento no pueden provocar fenómenos de resistencia.

¿Qué plagas pueden tratarse?

Los insecticidas reguladores del crecimiento, como el S-metopreno y el piriproxifeno, son especialmente efectivos contra las ninfas de las chinches de la cama (Cimex lectularius).

El en proceso normal de muda, las ninfas van desprendiendose de su exoesqueleto cada vez que mudan, hasta llegar al estadio adulto. El tratamiento  con IGRs interfiere en este proceso y puede provocar, por ejemplo, que las ninfas queden atrapadas dentro de la exuvia (exoesqueleto) parcialmente mudada.

Otro efecto posible es que la ninfa sufra un prolapso intestinal a través de su pared abdominal, con el mismo resultado: se impide el desarrollo del insecto, que no consigue alcanzar la forma adulta. 

En algunos casos, bajo los efectos de estas imitaciones de hormonas juveniles, en lugar de mudar a la fase de adulto el insecto se transforma en una ninfa de sexto estadio supernumeraria. En este caso, la ninfa de tamaño anormalmente grande puede hacer la ingesta de sangre pero no es sexualmente madura y, por lo tanto, no puede reproducirse.

No solo las ninfas pueden verse afectadas por los IGRs que imitan la acción de la hormona juvenil. Las chinches adultas no mueren bajo sus efectos, sin embargo las hembras adultas ven muy reducida su capacidad para poner huevos. Además, de los huevos que logran poner, la mayoría de ellos no se desarrollarán.

Por otra parte, ante la creciente resistencia de las chinches de la cama frente a los insecticidas piretroides y la retirada del mercado de algunos productos biocidas usados para tratar las infestaciones de chinches,  quizás potenciar los IGRs puede ser una buena alternativa

Control de pulgas 

También el control de pulgas puede mejorarse utilizando reguladores del crecimiento. El S-metopreno puede contribuir a conseguir una efectividad de 6 a 9 meses para el control de pulgas.

Los efectos de los IGRs se producen sobre las larvas de las pulgas, previniendo su desarrollo. También en las hembras adultas, obstaculizan la producción y el desarrollo de los huevos. No solo los huevos en la hembra pueden verse afectados por el S-metopreno sino también los huevos recién puestos si entran en contacto con el insecticida..

No recomendable para polillas

Los IGRs no se recomiendan para  tratar plagas de polillas en textiles o en productos alimentarios almacenados, ya que tienen el potencial de prolongar la etapa larval de estos insectos, que  es precisamente la que produce daños en estos tipos de productos.

Inhibidores de la cutícula

Otras sustancias de estructura similar a las hormonas y que asimiladas por el insecto alteran sus procesos internos de forma irreversible son los insecticidas que inhiben el crecimiento de la cutícula del insecto (CSIs).  Estos impiden la síntesis de algunos de los componentes básicos de la cutícula, o la estabilización de su estructura. De modo que, tras la muda, no puede restablecerse correctamente la estructura del exoesqueleto, lo que provoca malformaciones e impide  mudar con éxito a la siguiente etapa.

Por ejemplo, la ciromazina se aplica en el control de larvas de mosca en el estiércol, con el beneficio añadido de que se controlan las larvas de mosca doméstica pero no se impacta sobre otros insectos, como escarabajos depredadores de las larvas de mosca,  que ejercen un control biológico sobre la plaga.

A medida que la industria va viendo mermada la disponibilidad o efectividad de productos adulticidas clave, los insecticidas que actuan sobre el desarrollo de los insectos podrian empezar a verse como una opción quizás infrautilizada y subestimada.

 

Fuente: PCN

 

 

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