Aedes japonicus se establece en el norte de España

Aedes japonicus se establece en el norte de España

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Aedes japonicus se ha convertido en la tercera especie de mosquito invasor con capacidad vectorial registrada en Europa, después de Aedes albopictus y Aedes aegypti, y en la segunda de ellas que ha conseguido establecerse en España. Aunque no se considera un riesgo sanitario de gran relevancia, esta especie puede transmitir enfermedades víricas, especialmente el virus del Nilo Occidental, que circula en algunas zonas de Europa.

 

El proyecto de ciencia ciudadana Mosquito Alert permitió detectar por primera vez en España, durante el verano de 2018, la presencia en Asturias de una nueva especie exótica de mosquito, el Aedes japonicus. Es posible que llevase ya cierto tiempo en la zona pero dado que cría preferentemente en balsas de zonas rurales y a que no es especialmente agresivo con el ser humano, habría pasado desapercibido.

Lo que si parece evidente, según los expertos entomólogos, es que su expansión por la península es inevitable. En los últimos mapas (mayo 2020) elaborados por el Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC) Aedes japonicus se considera establecido en Asturias e introducido en Cantabria. Aunque los entomólogos del proyecto también contemplan que ya haya entrado en Galicia, asi como su probable expansión en los próximos años hacia Castilla y León, País Vasco y Navarra. Conjuntamente con la Universidad de Zaragoza, donde el experto entomólogo Javier Lucientes es responsable del proyecto de vigilancia entomológica del Ministerio de Sanidad, este verano está programado un nuevo estudio de campo para evaluar el nivel de expansión del mosquito en la cornisa cantábrica.



La actividad humana y el transporte de mercancías ha facilitado la expansión geográfica de Aedes japonicus, desde su origen en Asia hacia Europa, de forma similar a otras dos especies del género AedesAedes albopictus y Aedes aegypti, el mosquito de la fiebre amarilla. Mientras que el mosquito tigre está establecido en gran parte de la península, particularmente en el litoral mediterráneo, el mosquito de la fiebre amarilla Aedes aegypti, una especie asentada en las zonas costeras del mediterráneo a principios del siglo pasado y que podría vivir perfectamente en nuestro clima, se mantiene ausente gracias a una fuerte vigilancia. 

De este trio de especies, Aedes aegypti se considera el vector más eficaz de enfermedades víricas, como el dengue, el zika, el Chikungunya y la fiebre amarilla. Mientras que Aedes albopictus, aun siendo un vector menos eficaz, se ha asociado a casos autóctonos en Europa de dengue, zika y Chikungunya. En el caso de Aedes japonicus, se considera un transmisor de enfermedades vírica de menor relevancia que las otras dos especies. El virus que mejor transmite es el de la fiebre del Nilo Occidental, aunque potencialmente puede transmitir también el dengue y el Chikungunya.

Cualquier especie nueva de mosquito entraña cierto riesgo y un aumento de las molestias, aunque debido a las características de Aedes japonicus se considera que su actividad vectorial como transmisor de enfermedades víricas es de menor relevancia que la del mosquito tigre. 

A diferencia de este último, que tiene preferencia por entornos urbanizados y ambientes cálidos, Aedes japonicus prefiere las zonas boscosas y está cómodo en climas más frescos. Su resistencia al frio le ha permitido establecerse en gran parte del centro de Europa y encontrar en la cornisa cantábrica unas condiciones idóneas para expandirse.

También los lugares de cría difieren entre las dos especies. Mientras que el mosquito tigre pone sus huevos en recipientes pequeños en entornos urbanos, A. japonicus prefiere las zonas naturales, periurbanas, con abundante vegetación, donde tiene  la capacidad de explotar una mayor cantidad de hábitats acuáticos, y cria en charcos, espacios inundados, abrevaderos para el ganado o cualquier utensilio que contenga agua. A diferencia de otras especies,  sus huevos son resistentes a la congelación y la desecación, y no solo pone las larvas en el agua sino también en superficies secas que luego puedan acumular agua.

Las tres especies  se parecen en su aspecto, pero A.japonicus es algo más grande y tiene un color marrón más claro. La característica que mejor permite distinguirlo de las otras otras dos son las líneas doradas que recorren su tórax.


A diferencia del mosquito tigre, que es poco hábil para volar y se desplaza muy poco, A.japonicus puede volar largas distancias. Sus patrones de expansión también difieren; el mosquito tigre se disemina principalmente de forma abrupta y siguiendo las principales rutas de nuestras carreteras, ya que se traslada dentro de los vehículos. Mientras que A.japonicus se expande de forma continua a distancias más cortas.

El riesgo de transmisión autóctona de enfermedades asociadas a este vector se considera por el momento muy bajo en España, pero su vigilancia es vital para poder prevenir y controlar sus poblaciones. En este sentido, la app de Mosquito Alert permite enviar fotos de mosquitos sospechosos de ser ejemplares de Aedes japonicus, lo que permitirá a los expertos del proyecto validar la especie de que se trata y ampliar los conocimientos sobre las zonas de distribución tanto de especies autóctonas como de esta nueva especie exótica.

Fuentes:

El Pais, Mosquito Alert

 

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