La gestión de residuos de plástico producidos en las excepcionales circunstancias de pandemia es un reto presente y futuro. Toneladas de máscaras y guantes de un solo uso, por una parte necesarios para afrontar la crisis sanitaria, han pasado a convertirse en basura que contamina ríos, playas, el mar y las calles. Una situación que contrasta con la reciente entrada en vigor de la Directiva 2019/904, que prohibe o restringe la comercialización de productos de plástico de un solo uso en la UE.
El pasado 3 de julio entró en vigor la prohibición de la UE sobre determinados plásticos de un solo uso. Desde entonces, productos de un solo uso como las pajitas para bebidas, bolsas, platos, botellas de plástico, tazas de café, envases de alimentos y bebidas de poliestireno expandido y todos los productos fabricados con plástico oxodegradable están prohibidos en la UE. Siempre que alternativas sostenibles estén disponibles y sean asequibles, los productos de plástico de un solo uso no pueden comercializarse en los mercados de los Estados miembros de la UE.
Además, los productores de productos plásticos específicos de un solo uso, incluidas las toallitas húmedas, deben pagar de acuerdo a un esquema de Responsabilidad Extendida del Productor (EPR). Estos fondos contribuiran a cubrir los costos de recolección, transporte y tratamiento de los residuos generados, y a financiar medidas de sensibilización sobre los plásticos de un solo uso y su impacto en el medio ambiente.
La UE aspira con las nuevas normas a convertirse en precursora de la lucha mundial contra la basura marina y la contaminación plástica. Sin embargo, un nuevo reto pone a prueba la capacidad de seguir el camino hacia la sostenibilidad y la defensa del medio ambiente: las toneladas de productos fabricados con plásticos de un solo uso de larga duración, producidos y consumidos durante la pandemia de Covid-19.
Impacto ambiental de la pandemia
Las importaciones de mascarillas y guantes en la Unión Europea (UE) aumentaron a más del doble durante el primer semestre de la pandemia, además de producirse también un incremento en la producción propia.
Un informe de la European Environment Agency’s (EEA) estima que durante ese período se importaron a la UE unas 170.000 toneladas adicionales de máscaras faciales, o aproximadamente 0,75 máscaras faciales por persona y día.
También el uso de envases de plástico cambió durante la pandemia. La producción de envases de plástico en la UE disminuyó rápidamente durante los primeros meses de la pandemia y se recuperó en octubre de 2020 con el levantamiento de las restricciones.
El sector de la restauración introdujo cambios en sus modelos de negocio, potenciandose la comida para llevar y el delivery, lo que incrementó el uso de recipientes de plástico de un solo uso para alimentos. No obstante, según la EEA no se puede hablar de una tendencia clara de crecimiento en el uso de este tipo de envases, ya que los mismos cierres redujeron las ventas generales en establecimientos de comidas.
En el caso de las máscaras y guantes de un solo uso, el impacto ambiental y climático producido por el incremento en el uso de estos productos es claro. Los impactos durante la etapa de producción surgen principalmente en países exportadores fuera de Europa, mientras que los relacionados con los residuos y la basura surgen en Europa.
Aunque los países europeos han elegido diferentes estrategias de gestión de residuos para manejar mascarillas y guantes de un solo uso, la mayoría de los países han aconsejado a sus ciudadanos que los eliminen en los residuos sólidos urbanos mixtos, que normalmente se incineran, aunque el vertido sigue siendo una práctica común en algunas regiones de Europa.
Las mascarillas y guantes de un solo uso han pasado a formar parte de los paisajes en forma de basura. Abandonados de forma voluntaria o involuntaria en calles, ríos, playas, costas y en el mar, estos objetos son un peligro para la fauna que los ingiere o se enreda en ellos, y una fuente de contaminación en forma de microplásticos.
Una oportunidad para mejorar
Una lección importante de la pandemia de COVID-19 es que debemos prepararnos ahora para posibles eventos futuros que afecten a los plásticos de un solo uso.
Los ciudadanos tienen un papel importante a desempeñar en la eliminación adecuada de los productos de un solo uso. Mientras que las autoridades y las empresas tienen la responsabilidad de proporcionar estas opciones de eliminación adecuadas.
El informe de la EEA apunta a la necesidad de diseñar materiales y productos alternativos a partir de materiales reciclados o de bajo impacto que puedan reciclarse fácilmente, asi como de desarrollar estrategias que fomenten un comportamiento deseable del consumidor en relación con el uso, el saneamiento, la recolección, la eliminación segura y la prevención de tirar basura (objetos de plástico de un solo uso).
Y, por parte de las empresas, se consideran necesarios incentivos para adoptar modelos circulares, tales como envases reutilizables para alimentos y otros bienes, sistemas de devolución y redistribución de envases reutilizables, procesos de desinfección para garantizar la higiene y seguridad, y esquemas eficientes de recolección y reciclaje.
Fuente: EEA