Ratas y ratones no difieren sólo en su tamaño, también sus comportamientos son distintos y su control requiere de estrategias diferentes. Hoy vamos a ver algunos consejos de expertos para el control de ratones, esos pequeños invasores que, a diferencia de las ratas, suelen instalarse en el interior de viviendas y establecimientos.

Control de ratones en interiores

El ratón común (Mus musculus) da quehacer a los profesionales del control de plagas prácticamente en todo el mundo. Desde Maryland (EEUU) nos llegan algunos consejos de Larry Pinto y Sandy Kraft, expertos en entomologia y control de plagas urbanas de la consultora Pinto & Associates Inc, para controlar las infestaciones de ratones en interiores.

A diferencia de las ratas, que son invasoras casuales en los interiores, los ratones tienden a instalarse en el interior de viviendas, establecimientos y almacenes, disfrutando de la comida y el refugio que alli encuentran. En estas condiciones favorables, se reproducen y convierten en plaga, especialmente relevante en el caso de la industria alimentaria, donde pueden contaminar los alimentos con su abundante orina, que les sirve para señalizar mensajes a sus congeneres, y sus excrementos, así como dañar materiales con su constante mordisqueo.

Suelen hacer sus nidos en lugares oscuros y protegidos, por ejemplo dentro de paredes y huecos, debajo de refrigeradores o dentro de equipos, muebles y cajones, dónde pueden llegar a ser extraordinariamente prolificos. A partir de los 2 meses de edad ya pueden reproducirse y las hembras pueden volver a quedar embarazadas dos días después de dar a luz. Dado que pueden reproducirse durante todo el año, cada hembra puede llegar a tener hasta 50 crías en ese período de tiempo. Cuando una hembra llega al final de su vida, un año si tiene suerte, todos sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos pueden haber tenido crías en el mismo año y, en teoría podrian llegar a ser 5.000 ratones.

Mus musculus / Donald Hobern

Consejo 1: Perturbar el entorno de los ratones

Los ratones se activan principalmente al llegar el crepúsculo o durante la noche, ya que evitan las luces intensas, e inician sus movimientos y su rutina de alimentación. Son animales territoriales y se mueven en circuitos repetidos dentro de un determinado radio de acción en busca de alimento. Dado que son miopes, perciben posibles peligros y se guian por su olfato, su oído y su sentido kinestésico, basado en un registro subconsciente de una serie de movimientos musculares. Normalmente, durante su fase de actividad los ratones recorren caminos idénticos, con movimientos similares aprendidos, y se alimentan muchas veces durante la noche pero en pequeñas cantidades de comida que hallan en muchas fuentes diferentes. 

A diferencia de las ratas, que tienen un marcado comportamiento neofóbico, los ratones reaccionan con curiosidad ante los cambios. Un cambio en la disposición de los objetos dentro de su territorio genera una crisis de seguridad para el ratón, que detiene su actividad normal y explora lentamente la zona, investigando cada objeto, nuevo o antiguo, hasta restablecer de nuevo sus rutas de movimiento seguras y reprogramar sus memorias musculares.

Pinto y Kraft aconsejan perturbar el entorno de los ratones, moviendo palets, cajas, estantes, etc., ya que esto mejora la eficacia de las trampas, las placas adhesivas y los cebos, mientras los ratones investigan su hábitat modificado. Según estos expertos, la rotación periódica de existencias puede ser de gran ayuda en el control de ratones en almacenes de alimentos y en despensas de cocinas industriales y establecimientos de restauración.

Consejo 2: Imaginar el territorio de la colonia

Los ratones viven en colonias, en las que generalmente un macho dominante dirige un grupo con varias hembras e individuos jóvenes, y todos los miembros defienden agresivamente su territorio frente a ratones que no pertenecen a la familia.

El territorio en el que anida y se mueve el grupo familiar es generalmente pequeño. Los ratones raramente establecen territorios que se extiendan más allá de los 9 metros, pero hay que tener en cuenta que pueden escalar paredes verticales, correr por los cables (incluso boca abajo), pasar por repisas estrechas, saltar 30 centimetros hacia arriba o dos metros hacia abajo sin lesionarse.

Por lo que el segundo consejo consiste en imaginar una esfera tridimensional allí donde se encuentre evidencia de ratones, que se extienda unos 3 metros en cada dirección. Es probable que este espacio abarque el territorio de una sola colonia de ratones, que será un objetivo a tratar, y hay que inspeccionarlo en busca de puntos de entrada, áreas de alimentación y sitios de anidación.

Mus musculus / George Shuklin

Consejo 3: Tratar cada colonia individualmente

En la familia de ratones, los machos jóvenes son expulsados por el macho dominante cuando maduran y empiezan a competir por el derecho a aparearse. Esta dispersión natural de machos hacia nuevos lugares para anidar y alimentarse, combinado con el rápido crecimiento de la población de la colonia, que supera los recursos disponibles, son motivos por los que los ratones se propagan tan rápidamente por un edificio.

Cuando se encuentran evidencias de la presencia de ratones en varios pisos o secciones de un edificio, no se tratará de una sola colonia cuyos miembros viajan por todo el edificio para encontrar comida, sino de muchas colonias pequeñas separadas y una gran cantidad de ratones.

El consejo en este caso es poner cebos o trampas cada colonia de forma individual. Las ratas, por el contrario, se desplazan a distancias mucho mayores y una sola colonia puede buscar alimento en todo un edificio. Por lo que, a veces la colonia pueden controlarse con sólo algunas ubicaciones para cebos o trampas  bien elegidas.

Consejo 4: Atención a las marcas

Los ratones y las ratas, al igual que los humanos, producen aceites naturales en su piel y su pelaje. Mientras transitan sus rutas familiares, depositan aceites y suciedad de su pelaje (sebo) en las paredes, zócalos o en agujeros de entrada o salida. Las marcas de sebo, que cuando es fresco mancha al tocarlo, indican una pista muy transitada por los roedores.

El último consejo de estos dos expertos es estar atentos a las marcas. Un fuerte olor a "ratón" y montones de excrementos alrededor de la comida indican los principales lugares de alimentación, que suelen ser los mejores para poner cebo. Y las marcas de sebo nos indican las pistas que conducen a ellos, y que suelen ser los mejores sitios para poner trampas.

Fuente: techletter.com