Son omnívoros, prosperan en ambientes húmedos y se sienten atraidos por el moho. Son los psócidos, o piojos de los libros, considerados una plaga inofensiva habitual en los hogares, museos o bibliotecas pero que puede causar graves problemas en todo el mundo en las plantas de fabricación y exportación de alimentos.

Cómo prevenir infestaciones de psócidos

A diferencia de otras plagas de productos almacenados, los psócidos no perforan los envases ni los granos, pero debido a su diminuto tamaño pueden colarse por orificios que no llegan al medio milímetro y contaminar los alimentos. Especialmente las especies del género Liposcelis provocan infestaciones en la industria alimentaria, contaminando el producto y sus envases.

Su actividad se limita a la superficie del producto, donde se mueven rápidamente invadiendo los cereales, harinas o productos similares, en los que se pueda producir crecimiento de moho y hongos. Estos últimos son sus alimentos principales, aunque son omnivoros y también pueden alimentarse de levaduras, que mejoran su capacidad para poner huevos, productos ricos en almidón,  polen, algas, líquenes, plumas, pelo o insectos.

Es una plaga que se considera difícil de gestionar por su diminuto tamaño que dificulta su identificación y gran capacidad de reproducción en ambientes húmedos y con una atmósfera cálida. Afortunadamente, las medidas preventivas para los psócidos pueden llevarse a cabo en la empresa, una vez que se es consciente de su potencial presencia. La prevención pasa por realizar inspecciones para detectarlos y reducir o eliminar las condiciones ambientales propicias para su desarrollo, lo que incluye problemas de humedad alta y de deficiente saneamiento.

Liposcelis  bostrychophila / agriculture.okstate.edu

Control de la humedad

Los psócidos prosperan en ambientes húmedos, ya que una de sus fuentes de alimento preferidas son las esporas del moho, por lo que el producto almacenado en instalaciones donde se den condiciones ambientales de humedad debería inspeccionarse regularmente para detectar la posible presencia de estos insectos. Para evitar infestaciones se recomienda mantener las áreas de almacenamiento de alimentos frescas, secas y bien ventiladas.

Se recomienda, además, inspeccionar minuciosamente todos los materiales de embalaje almacenados en áreas húmedas y mal ventiladas, ya que son especialmente vulnerables a la actividad de estos insectos.

Para ayudar a reducir la humedad alta, las recomendaciones clásicas incluyen calentadores portátiles, ventiladores, deshumidificadores y otros medios para mover el aire y promover el secado de la humedad. 

Control del polvo

El polvo es otro refugio conocido para los psócidos, ya que en él pueden estar presentes mohos y otras fuentes de alimento.

La actividad de los  psócidos puede darse en las áreas detrás de los estantes de almacenamiento, ya que el movimiento del aire es limitado y se acumula más humedad, polvo y, potencialmente, moho. Por lo que se recomienda inspeccionar minuciosamente estos espacios.

Es recomendable un buen saneamiento de las instalaciones para evitar la acumulación de polvo, así como almacenar el producto más susceptible en estantes por encima del nivel del suelo, donde la circulación del aire será mejor.

Inspeccionar regularmente los envases que contienen productos con almidón también puede ayudar a prevenir el desarrollo de infestaciones. 

Atención a los palets

Los palets utilizados en la industria alimentaria para el transporte del producto, especialmente los de madera, no sólo sirven como escondite y refugio para los psócidos, sino que también les permiten desplazarse hasta otras instalaciones con alimentos. 

Las inspecciones y el tratamiento de los palets pueden evitar problemas de contaminación con psócidos.

Situaciones críticas pueden producirse, por ejemplo, en el transporte de los alimentos en contenedores a largas distancias. Si el producto está contaminado en origen o los palets utilizados esconden psócidos, y la carga viaja y realiza estancias por zonas de humedad alta y calor, la proliferación de estos insectos durante el trayecto puede ser extremadamente elevada. Cuando el contenedor llega a su destino final, el producto es rechazado, devuelto o destruido.

Fuente: FAOPMA

Imágenes: Liposcelis / Andreas Eichler