Los recientes problemas relacionados con el síndrome del edificio enfermo (SEM), y más concretamente con la aparición de casos de lipoatrofia semicircular, afectan ya a alrededor de 400 personas. De ellos, sólo los afectados de una empresa han visto reconocida su dolencia como enfermedad de origen laboral: los de Gas Natural.
Pero pese a que los sindicatos realizan presión en ese sentido, las empresas afectadas y la Administración no tienen claro que el origen de la lipoatrofia provenga únicamente del entorno laboral. Las investigaciones, no obstante, sí que parecen ir en esa dirección; los edificios analizados presentan tres características similares relacionadas con el SEM:
- Bajo grado de humedad relativa
- Altos niveles de electricidad estática
- Electromagnetismo de los edificios
Ante esto, los expertos recomiendan una solución tan simple como efectiva: que corra el aire, pero con la calidad adecuada, un grado higrométrico entre 40 y 60 %, (óptimo en 55ºhr)y evitar en lo posible materiales sintéticos que por sus características Triboeléctricas auménten las cargas estáticas a los ocupantes.
Para el presente, pero sobre todo para el futuro, es necesario tener en cuenta estos problemas en el momento de la concepción de los edificios. No podemos llamarles inteligentes si resulta que nos hacen enfermar.
Fuente: Cinco días.