Por su interés informativo, a continuación ofrecemos la traducción de una entrevista realizada a Patrice Blondeau, organizadora de las segundas jornadas RSEIN/OQAI (Observatoir de la qualité de l'air intérieur), celebradas a principios del mes pasado en la Universidad de La Rochelle (Francia).
Pregunta: ¿Cúales son las conclusiones principales de estas jornadas?
Respuesta: La principal conclusión de estas jornadas es que las cosas progresan, y que a veces lo hacen más rápidamente de lo que uno cree. Los resultados de los estudios vistos en estas jornadas demuestran que, si bien un 10% de los inmuebles están altamente contaminados, el 45% de entre ellos presentan concentraciones muy bajas del conjunto de elementos nocivos medidos. Estas cifras tienden a demostrar que no existen datos excesivamente preocupantes respecto a la polución del aire interior.
El análisis estadístico en curso permitirá precisar las tipologías de edificio que conducen a esta buena calidad del aire.
Viviendas, oficinas, aulas... ¿cúal es el tipo más afectado por la contaminación?
Por ahora, la respuesta es difícil. La mala calidad de aire interior es un problema multicriterio puesto que se cuentan unas 800 sustancias químicas y agentes biológicos que pueden considerarse como contaminantes. Sin abordar el aspecto cuantitativo, no es descabellado pensar que la naturaleza de la contaminación es distinta en un caso u otro en función del uso que se da al edificio, a su localización y a su ventilación.
Las viviendas son un lugar de emisión de numerosos agentes contaminantes por la multiplicidad de actividades que se desarrollan en su interior. Los estudios realizados en escuelas tienden a demostrar una ventilación insuficiente así como problemas relacionados con las emisiones de los componentes presentes en productos que se usan en artes plásticas.
¿Nuestros interiores están más o menos contaminados que hace unos años?
Es difícil responder a esta pregunta porque no disponemos de suficientes datos sobre el pasado. El OQAI, que ha empezado a funcionar en torno al año 2000, es el primer programa a gran escala que intenta calificar la polución interior. Las experiencias inglesas y alemanas del mismo tipo que lo han precedido son también demasiado recientes para ofrecer un elemento comparativo.
¿Qué perspectivas de mejora tenemos respecto a la calidad de nuestro aire interior?
Los investigadores parecen estar en consenso en lo que respecta al establecimiento de unos valores reglamentarios para las concentraciones de contaminantes en locales no industriales. El monóxido de carbono, el benzeno y el metanal son los primeros compuestos para los cuales estos valores serán propuestos, pero existen otros que deberán seguirlos hasta configurar la legislación sobre la calidad del aire interior.
Hasta ahora, las investigaciones han puesto en evidencia que existen bastantes desconocidos todavía, pero existen técnicas de alta tecnología (fotocatálisis, plasmas fríos...) o naturales (plantas) que anuncian una mejor calidad del aire interior en un futuro próximo.
Fuente original de la entrevista: CyberBTP