El estudio , publicado en la revista norteamericana Analytical Chemistry, fué realizado en las universidades de Jaén y Almería y en él se examinó la presencia de 100 pesticidas en un total de 102 latas y botellas adquiridas en diversos paises.
Mientras que existe una estricta regulación y exhaustivos controles en lo que a la existencia de pesticidas en frutas, vegetales y agua potable se refiere, se presta escasa atención a productos derivados que pueden contener estas sustancias como ingredientes.
Concretamente en el caso de la industria de zumos y refrescos no existen regulaciones claras al respecto, a pesar de su significativo consumo especialmente por parte de niños.
En las muestras analizadas se detectaron varios pesticidas (carbendazim, thiabendazole, imazalil, prochloraz, malathion y iprodione), que principalmente se aplican a la fruta después de cosecharla para evitar el desarrollo de hongos o la putrefacción y que quedan retenidos en la piel de la misma.
Los expertos indicaron que los niveles no superaban el máximo de residuos permitidos en frutas pero sin embargo eran hasta 300 veces mayores que los niveles permitidos en el agua del grifo o embotellada.
El equipo de investigación hizo un llamamiento a la necesidad urgente de cambios en los procesos de producción para eliminar estos productos químicos de las bebidas, asi como el establecimiento de estándares de calidad que regulen este tipo de bebidas para evitar la exposición de los consumidores a estos pesticidas particularmente en grupos de población vulnerables como los niños.
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Foto: Djenan, Wikimedia Commons
Fuente: Analytical Chemistry , Las Provincias