Los insectos, especialmente los alados, contribuyen a la dispersión de los biofilms, colonias de microorganismos asociadas en una matriz que les proporciona mayor supervivencia frente a desinfectantes y limpiadores. Controlar el crecimiento y proliferación de los insectos dispersores de biofilms contribuye a combatir la propagación de los mismos, aspecto de gran relevancia en sectores como la industria alimentaria.
Los biofilms
Los biofilms, ecosistemas compuestos por colonias de microorganismos asociadas entre si, constituyen un problema sanitario que afecta a gran diversidad de actividades, entre las que se encuentra, por ejemplo, la industria alimentaria, sobre la que pueden tener un gran impacto sobre la seguridad y calidad de los productos generados.
Un interesante articulo publicado en la revista Pest Control News explica de que manera los insectos pueden ayudar en la dispersión de los biofilms, estructuras muy dificiles de eliminar ya que suelen ser resistentes a los procedimientos de saneamiento habituales y que pueden contener bacterias de descomposición, como Pseudomonas spp y Enterococcus, y agentes patógenos como Listeria monocytogenes, Staphylococcus aureus, Escherichia coli O157: H7 o Salmonella, causantes de infecciones alimentarias, algunas de ellas bastante virulentas.
Incluso cuando una superficie parece estar limpia, la presencia de biofilms es un peligro potencial que debe ser evitado.
La formación del biofilm, que puede realizarse en prácticamente cualquier tipo de superficie o material, se inicia con la adhesión de bacterias y otros microorganismos a restos de materia orgánica, aumentando de manera lenta pero constante con una sucesiva acumulación de material orgánico e inorgánico que incrementa la adhesividad de las bacterias al mismo.
La secreción de polisacaridos extracelulares, y la capacidad de intercambiar genes de resistencia entre las bacterias del biofilm, protege a la capa bacteriana frente a los agentes limpiadores y desinfectantes, aumentando hasta cien veces la resistencia de las bacterias a estos agentes.
Insectos y biofilm
El proceso de dispersión es crítico para la supervivencia del biofilm, ya que es inevitable que el nivel de nutrientes disminuya, o bien que la densidad de células aumente conduciendo a la saturación del ecosistema. Es por ello que la colonización de nuevos ambientes se hace indispensable y puede provocar que las bacterias del biofilm lleguen a contaminar los alimentos y a hacerse potencialmente peligrosas para la salud.
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Los insectos, especialmente los alados, juegan un papel fundamental como vehículos de dispersión de los biofilms, y constituyen por lo tanto un importante punto de control en la erradicación de los mismos.
Las moscas, por ejemplo, frecuentan la materia orgánica en descomposición sobre la que se desarrollan los biofilms. Al igual que otros insectos, las moscas poseen en el extremo de las patas estructuras específicas que les permiten desplazarse por distintos tipos de superficies. Las uñas, por ejemplo, les facilitan el desplazamiento por paredes verticales rugosas. En cambio, si se trata de superficies lisas o deslizantes utilizan unas almohadillas adhesivas con pelos denominadas pulvilli que se localizan justo debajo de las uñas. Son precisamente estas estructuras los principales vehículos responsables de la dispersión del biofilm.
Dada la dificultad para erradicar los biofilms, el control de su dispersión es una herramienta de gran utilidad, ya que limita la supervivencia de las colonias a la materia orgánica disponible y además impide que las bacterias del biofilm lleguen a contaminar los alimentos.
Controlar el crecimiento y proliferación de los insectos dispersores de biofilms contribuye a combatir la propagación de los mismos en la industria alimentaria.
Asi, es necesario implementar un protocolo de prevención que incluya aspectos como la instalación de mosquiteras, el uso de aparatos de captura con luz ultravioleta, preferentemente con tablas adhesivas, y la eliminación mecánica de biofilms, además de la desinfección, aspriración sistemática y recogida diaria de desechos orgánicos.
El artículo completo, elaborado por la Dra. Cristina Manjón (CSIC-UPF) y Octavi Garcia (Biosecurity Managenent SLU) está disponible en Pest Control News
Fuente: Pestcontrolnews