Además de intensas y molestas picaduras, las chinches de la cama son origen de importantes daños económicos en los sectores de hostelería y turismo. La resistencia a los insecticidas se contempla como un factor clave en la resurgencia y expansión de estos insectos, siendo varios los mecanismos que se sabe que contribuyen a este fenómeno, como ciertas mutaciones proteicas, la sobreexpresión de enzimas desintoxicantes o la reducida penetración de los biocidas químicos en el insecto.
Este último punto ha sido investigado en otros insectos resistentes a los insecticidas y se conoce desde hace décadas como mecanismo de resistencia a la piretrina, los organofosforados, carbamatos y organoclorados. La reducida penetración puede ocurrir a través de varios mecanismos, incluyendo una mayor expresión de los mecanismos de resistencia en el tegumento (tejido que forma la pared externa del cuerpo de los insectos), el aumento de la presencia de proteinas de unión, de lípidos y/o una mayor esclerotización, que atraparían a los insecticidas, y también una cutícula más gruesa.
Varios de estos mecanismos se han encontrado en las chinches de la cama, con excepción, hasta la fecha, del engrosamiento de la cutícula. Si hasta el momento no se habían realizado comparaciones medibles del grosor de la cutícula en Cimex lectularius, investigadores de la Universidad de Sydney (Australia) han realizado tan compleja tarea, con el objetivo de investigar la posible presencia de engrosamiento de la cutícula en una cepa, altamente resistente a los piretroides, y analizar la relación de dicho engrosamiento con el tiempo de exposición al insecticida necesario para noquear a la chinche.
En las pruebas realizadas con diferentes cepas de chinches (más o menos tolerantes al insecticida), la media de grosor de la cutícula se correlacionó positivamente con el tiempo de exterminio, con diferencias significativas observadas entre insectos muertos a las dos horas, a las cuatro horas y los que a las 24 horas todavía no estaban afectados.
Un análisis detallado mostró que los supervivientes a las 24 horas poseían una cutícula significativamente más gruesa en comparación con las cepa de Cimex lectularius más susceptibles a los piretroides. Las chinches de cepas más resistentes tenian un grosor de la cutícula 16% mayor que los insectos con una resistencia mínima (o intolerantes) y un 6,5% mayor que los de una resistencia intermedia. Incluso dentro de una misma cepa, el tiempo de acción letal del insecticida tras la exposición fué mayor en animales con la cutícula más gruesa.
Este estudio puede ayudar a entender las dificultades y fallos que se producen a menudo en los tratamientos de infestaciones de chinches, y enfatiza la necesidad de un enfoque integrado en el control de Cimex lectularius para prevenir la expansión de insectos con resistencia alta a los insecticidas. En combinación con los otros factores mencionados, el desarrollo de una cutíla más gruesa puede tener consecuencias negativas importantes en el uso de formulaciones insecticidas para controlar las chinches.
Fuente: Universidad de Sydney
Articulo original: Cuticle Thickening in a Pyrethroid-Resistant Strain of the Common Bed Bug, Cimex lectularius L. (Hemiptera: Cimicidae)