El aire que nos rodea y respiramos constantemente, al que no prestamos prácticamente atención, puede tanto aportarnos energía como provocarnos molestias o enfermedades. Especialmente en los interiores, donde permanecemos tantas horas, la calidad de nuestro entorno invisible debería ser un factor prioritario. Pero, por el momento, los expertos señalan importantes carencias y un alto grado de ignorancia entorno a este tema.
La calidad del aire interior, un ámbito marcado por la ignorancia
Teniendo en cuenta que podemos pasar muy poco tiempo sin respirar, sería lógico poner atención a aquellos aspectos del aire que nos envuelve que pueden resultar perjudiciales para nuestra salud, igual que lo hacemos con los alimentos que comemos o el agua que bebemos.
Sin embargo, a la calidad del aire en el interior de los edificios, donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo, no se le está dando la importancia que merece. Esta es una de las conclusiones del Workshop de Calidad de Aire Interior,organizado el pasado mes de noviembre por asociaciones del sector, en el que participaron cerca de 50 expertos.
Aqui recogemos algunos de los aspectos tratados en el Workshop, en el que participaron: A3e, Aedici, Afec, Ashrae Spain Chapter, Atecyr, CNI, Fedecai e Ifma España
Un problema de base
La desatención a la CAI se arraiga en una falta de sensibilización y de formación, tanto a nivel de arquitectura, como de mantenimiento de los edificios y también de los usuarios finales.
La normativa, sin duda, está empezando a mejorar lentamente algunos aspectos pero, según los expertos, se debería hablar más del alcance de la CAI y realizar acciones para concienciar a la sociedad de la importancia de este tema.
Aunque conseguir una buena calidad ambiental interior depende en gran parte de un buen proyecto de climatización, de estructuras adecuadas y del uso de materiales adecuados, hay costes que no siempre se quieren asumir. Todo y con esto, empieza a haber una cierta evolución positiva en este tema, especialmente por las certificaciones.
El tema CAI es además muy etéreo, en el sentido de que es dificilmente cuantificable; se sabe que afecta a la salud, al bienestar y a la productividad de las personas pero es difícil cuantificarlo, y lo que se conoce transciende poco a la sociedad. Parte de este problema son los instrumentos de medida, que son precisos pero caros y, por ello, insuficientes en cantidad, y que además no tienen un adecuado mantenimiento ni recalibración.
¿Es suficiente el grado de sensibilización y de formación de los responsables de edificios en las diferentes fases de la vida útil del mismo? Para los expertos, a nivel de titulares y usuarios es insuficiente, y los profesionales tienen que mejorar. Solo se actúa cuando se identifican problemas, y falta claramente concienciación y formación.
¿Qué pasa con la CAI en viviendas y garages?
Los ciudadanos no somos lo suficientemente conscientes de la importancia de la CAI en nuestras viviendas, excepto cuando se nos presenta un problema, como, por ejemplo, los malos olores.
La normativa tampoco está claro que imponga exigencias adecuadas de ventilación en viviendas, un factor clave para una buena CAI. No así en los garages, donde se considera que las exigencias si son las adecuadas.
La correcta humedad relativa del aire interior, otro factor de gran importancia, suele ser también una desconocida para el usuario, hasta que empieza a tener problemas de salud.
Y no hablemos ya de la acumulación del gas radón en las viviendas, de gran relevancia ya que puede provocar enfermedades como el cáncer de pulmón, y sobre el que existe un gran desconocimiento. Afortunadamente, si hasta ahora el radón sólo se contemplaba en la legislación en relación a la prevención de riesgos laborales, a partir del 2018 la normativa europea va a exigir que se contemple también en los edificios.
¿Y en los hospitales?
En un espacio sensible como el hospital, la calidad del aire interior toma una especial importancia. El paciente sabe que puede contraer infecciones en el hospital pero no siempre es consciente de su relación con la CAI del centro.
Sin embargo, aunque los profesionales de los hospitales (higienistas, preventistas, …) y el personal sanitario si son conscientes de este factor, según los expertos, sería necesario fomentar una mayor concienciación en estos temas a través de la formación. Debería aumentar, en este sentido, la comunicación entre el personal técnico y el sanitario.
¿Qué parámetros deben especialmente considerarse en la fase de diseño del hospital? Caudales, presiones, distribución del aire, filtración…todos son importantes dependiendo del uso del espacio, además de la verificación de estanqueidad de los filtros HEPA, y hay que tenerlos en cuenta en el diseño, así como tener en cuenta su mantenimiento. El proyectista debería conocer la influencia de estos parámetros y de otros, como por ejemplo las condiciones psicrométricas del aire.
En cuanto a la normativa de aplicación en España, los expertos señalan que existe, pero no se cumple en muchos casos. La normativa existente generalmente está obsoleta.
El aire que respiramos en los entornos laborales
En este ámbito, los propietarios en general no tienen conciencia de la importancia de la CAI, excepto cuando se trata de grandes propiedades, mientras que los usuarios son conscientes cuando tienen problemas.
En el mantenimiento de los edificios, los profesionales son conscientes pero suele haber un problema presupuestario que limita su actividad, que para ser correcta debería considerar parámetros como los caudales de ventilación, la distribución del aire, la filtración o la humedad, siempre teniendo en cuenta la normativa (UNE 171330) y dependiendo del uso del espacio. Además, debería considerar también otros parámetros, como, por ejemplo, aquellos otros materiales que puedan emitir sustancias contaminantes.
¿Se realiza correctamente el mantenimiento en las oficinas? Según los expertos, no. Falta conciencia de que el mantenimiento no es un gasto, sino una inversión. No todas las propiedades están dispuestas a asumir el coste de un buen mantenimiento.
Respecto a la normativa existente en este sector, parece que se cumple aceptablemente en la fase de diseño, sobre todo en grandes edificios, pero no así en la fase de explotación y mantenimiento.
Fuente: AVEMCAI