Tratamiento de la madera: tipos de patógenos a controlar según el uso de la madera

Tratamiento de la madera: tipos de patógenos a controlar según el uso de la madera

tratamiento de la madera

El tratamiento de la madera es necesario para protegerla frente a diversos agentes biológicos que pueden comprometer su integridad estructural y estética. La protección adecuada de la madera contra agentes biológicos requiere comprender la relación entre los patógenos, las condiciones ambientales y los tratamientos más apropiados. 

 

Tratamiento de la madera según su uso previsto

La norma europea UNE-EN 335 establece un sistema de clasificación de la madera en cinco clases de uso, que ayuda a los profesionales a identificar los riesgos biológicos según las condiciones de uso y exposición ambiental del material. Este sistema resulta fundamental para determinar los tratamientos preventivos y curativos más adecuados. 

Esta clasificación se basa principalmente en las condiciones ambientales a las que está expuesta la madera, con especial atención al factor humedad, que resulta determinante en el desarrollo de patógenos, ya sean hongos o insectos xilófagos. El sistema evalúa el riesgo de ataque en función de las condiciones del lugar de instalación, considerando factores como la exposición a la intemperie, el contacto con el suelo o el agua, y la humedad ambiental.

Vamos a ver los diferentes patógenos que pueden afectar a la madera en cada clase de uso (1-5), así como los indicios que permiten detectar infestaciones en sus etapas iniciales.

Ambientes interiores secos

La madera en Clase de uso 1 se encuentra en ambientes interiores secos (humedad inferior al 18-20%). Ejemplos típicos incluyen suelos de parquet y muebles de interior. 

En estas condiciones, los principales patógenos son insectos xilófagos de ciclo larvario, principalmente la carcoma pequeña (Anobium punctatum), la carcoma grande (Hylotrupes bajulus) y la carcoma del parquet (Lyctus brunneus).

Los indicios de infestación incluyen pequeños orificios circulares en la superficie de la madera, serrín fino acumulado bajo los elementos afectados, y en casos avanzados, un sonido hueco al golpear la pieza. El daño estructural en la madera generalmente se produce después de años de infestación no tratada.

Las maderas en esta clase de uso suelen protegerse aplicando tratamientos superficiales con productos insecticidas.

carcoma
Anobium punctatum adulto / Francisco Welter-Schultes

Bajo cubierta con humedad ocasional

En la clase de uso 2, la madera está bajo cubierta y protegida de la intemperie pero ocasionalmente puede experimentar una humedad ambiental elevada, que conduce a una humectación superficial no persistente  (contenido de humedad inferior al 20%). 

En este caso, aumenta el riesgo de hongos cromógenos que, aunque raramente afectan a las propiedades físico-mecánicas de la madera, pueden causar manchas que deprecian estéticamente su superficie. Los signos de ataque fúngico incluyen cambios de coloración, especialmente en tonos azulados o negruzcos.

En las maderas con esta clase de uso también aumenta la probabilidad de presencia de insectos xilófagos debido a la humedad más elevada, que favorece su desarrollo.

Para esta clase, el elemento de madera debe recibir un tratamiento superficial con productos tanto insecticidas como fungicidas.

Exposición a la intemperie sin contacto con el suelo

La madera en la clase 3 se encuentra al descubierto pero no en contacto con el suelo. La exposición a la intemperie provoca humidificación frecuente, alcanzando contenidos de humedad superiores al 20%. Ejemplos incluyen aleros de tejado y carpintería exterior. 

Esta clase se divide en dos:  las maderas expuestas a la intemperie que no permanecen húmedas durante períodos largos, y las maderas con exposición prolongada a la humedad.

En las primeras podemos encontrar hongos cromógenos y hongos de pudrición superficial. Los signos característicos de su presencia son manchas superficiales, ablandamiento de la capa externa de la madera y posible presencia de micelio blanco o grisáceo en condiciones de alta humedad.

En el segundo grupo son frecuentes los hongos de pudrición parda y blanca, que causan la descomposición progresiva del material. Los indicios incluyen cambios de coloración (marrones o blanquecinos según el tipo de hongo), pérdida de densidad de la madera, agrietamiento perpendicular a la fibra, y en casos avanzados, deformación estructural evidente.

tratamiento de la madera

La madera expuesta a la intemperie sin contacto con el suelo requiere una protección más intensa que las clases anteriores. Se utilizan productos combinados insecticidas-fungicidas específicos, que se aplican con un mayor nivel de penetración en la madera.

Contacto con el suelo o agua dulce

La madera en clase 4 está en contacto directo con el suelo o con agua dulce, con humedad permanentemente superior al 20% durante largos periodos de tiempo. Por ejemplo vallas, postes clavados en tierra o cimentaciones de madera.

Los hongos de pudrición son extremadamente agresivos en este caso, particularmente los basidiomicetos. Los indicios incluyen ablandamiento significativo, pérdida de masa, coloración anómala y olor a humedad.

Además del riesgo de insectos xilófagos comunes, existe alta probabilidad de ataque por termitas subterráneas (Reticulitermes spp.), cuyos signos incluyen galerías terrosas en la superficie, estructuras internas huecas sin evidencia externa, y presencia de alas descartadas durante los periodos de enjambrazón.

tratamiento de la madera

Para esta clase de uso se exige un nivel de penetración total del producto protector en la albura de la madera, que solo puede conseguirse mediante tratamientos de autoclave, productos orgánicos naturales especialmente formulados para este uso o concentraciones elevadas de fungicidas e insecticidas

Contacto permanente con agua salada

La madera en clase 5 se encuentra permanentemente en contacto con agua salada, como en pilotes sumergidos, pasarelas y elementos de barcos. En este entorno, además de los hongos, aparecen xilófagos marinos como los moluscos teredinidos (Teredo navalis) y crustáceos limnorios.

Los signos de infestación incluyen perforaciones circulares en la superficie de la madera sumergida, cavidades internas extensas que resultan poco visibles desde el exterior, y una reducción significativa del diámetro efectivo en elementos estructurales.

En estos casos la capacidad portante de la madera puede verse severamente comprometida, incluso cuando la apariencia externa parece intacta.

xilofagos marinos
El molusco Teredo navalis y su modo de acción sobre la madera / Tone4751 via Wikimedia Commons

Para esta clase de uso se requiere un nivel de penetración total del producto protector en la albura y, al menos, 6 mm en el duramen expuesto. Los tratamientos aplicables son la impregnación profunda en autoclave con alta presión, protectores orgánicos naturales específicos para ambiente marino o sistemas combinados que incluyen protección contra organismos marinos. Estos tratamientos son altamente especializados y solo aplicables a especies de madera muy impregnables, con características mecánicas adecuadas para estas condiciones extremas.

 

 

 

 

 

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