El virus del Nilo Occidental, endémico en España y transmitido principalmente por mosquitos del género Culex, muestra una circulación continua y creciente en el pais. Un nuevo estudio sugiere que el cambio climático, especialmente el aumento de temperaturas, podría intensificar la transmisión del virus y resalta la importancia de la vigilancia y el control de vectores bajo el paradigma One Health.
Virus del Nilo Occidental, un patógeno reemergente
El Virus del Nilo Occidental (VNO) se considera un patógeno reemergente en Europa debido a su incidencia creciente, aunque altamente variable. El VNO es endémico en España, donde se han reportado casos humanos esporádicos desde el 2004 hasta el 2020, cuando un brote sin precedentes en el sur del país causó 77 casos clínicos y ocho fallecimientos.
Este grave brote fue precedido por un período prolongado de creciente circulación local del virus. Las aves son los principales hospedadores competentes, mientras que diferentes mosquitos del género Culex actuan como vectores clave del patógeno, que puede circular silenciosamente durante años.
Dadas las tendencias climáticas globales y locales actuales, se espera que la circulación del VNO aumente en las próximas décadas. Lo que subraya la necesidad de implementar enfoques de One Health para reducir el riesgo de futuros brotes de VNO en humanos.
Aunque existen investigaciones sobre cómo pueden afectar las condiciones climáticas a la dinámica de la infección por el virus del Nilo Occidental, muy pocas utilizan conjuntos de datos a largo plazo.
Un estudio elaborado por investigadores/as del Instituto de Salud Carlos III y de diversos centros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), publicado recientemente en Emerging Microbes & Infections, analiza la prevalencia del VNO en aves del suroeste de España durante 18 años y su relación con los parámetros climáticos locales.
Culex pipiens / Jedesto
Mosquitos, clima y circulación del VNO
Este estudio, que tiene como autor de referencia a Sergio Magallanes, investigador de la Estación Biológica de Doñana (EBD), CSIC y CIBERESP, se centra en una población de aves de la especie Fulica atra, (focha comun), de la que se sabe que presenta una alta seroprevalencia de VNO, con el objetivo de investigar el impacto de las condiciones climáticas en la exposición al VNO dentro de esta población.
Para ello se evaluó en un total de 2,724 muestras de suero de 1,707 fochas comunes la seroprevalencia de VNO anualmente, entre 2003 y 2020, y se analizó la relación entre la prevalencia del virus y los parámetros climáticos locales.
El estudio confirma que el virus del Nilo Occidental puede circular silenciosamente durante años y que en el sur de España lo ha hecho de forma continua durante las últimas dos décadas. En el trabajo se constata una prevalencia media muy alta de anticuerpos contra el VNO en las fochas comunes (32.74%), que varía a lo largo del período de estudio.
La evolución de la seroprevalencia de VNO en la población de estudio revela tres períodos: de 2003 a 2006, con seroprevalencia alta o muy alta (2003), seguido por un período (2007–2013) en el que la seroprevalencia disminuyó a valores más bajos que el valor medio del período total, y, por último, un tercer período que comienza en 2013, en el que la seroprevalencia aumentó significativamente por encima de la media, con varios años de alta prevalencia que precedieron al brote humano de 2020.
Cuando se analizó estacionalmente, las seroprevalencias más altas se observaron en invierno y otoño, lo que sugiere que surgen como resultado de seroconversiones que ocurren durante los meses de verano a otoño, cuando la actividad de los mosquitos es mayor.
El clima tiene el potencial de impactar de forma relevante en la transmisión vectorial de patógenos, principalmente debido a sus efectos sobre el desarrollo de las poblaciones de mosquitos, que se ve influenciado por factores como la lluvia y la temperatura. Además, la temperatura también puede influir significativamente en el desarrollo del virus, favoreciendo la replicación del VNO y aumentando la carga viral en los vectores.
Los resultados del estudio sugieren que el registro de temperaturas más altas en invierno y en primavera pueden usarse como una señal de alerta temprana de una circulación más intensa de VNO entre la fauna en España, y por consiguiente resaltan la necesidad de un control de vectores y vigilancia más intensos en áreas habitadas por humanos.
Documento de referencia:
Magallanes, S., Llorente, F., Ruiz-López, M. J., Puente, J. M. de la, Ferraguti, M., Gutiérrez-López, R., … Figuerola, J. (2024). Warm winters are associated to more intense West Nile virus circulation in southern Spain. Emerging Microbes & Infections, 13(1). https://doi.org/10.1080/22221751.2024.2348510
Imagen cabecera: Culex pipiens por Urmas Tartes