Calidad del agua en piscinas públicas, ¿son las amebas un peligro a controlar?

Calidad del agua en piscinas públicas, ¿son las amebas un peligro a controlar?

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El control de la calidad del agua en piscinas de uso público contempla la presencia de diversas bacterias como indicadores microbiológicos. Sin embargo, otros patógenos mucho menos frecuentes pero más resistentes a la desinfección, como las amebas de vida libre (AVL), pueden ser un peligro para los usuarios de las piscinas. Un nuevo estudio analiza la conveniencia de evaluar la ocurrencia de amebas patógenas en piscinas.


 

Calidad del agua en piscinas

El riesgo de infecciones en las piscinas se asocia principalmente con la contaminación fecal del agua, resultante de heces liberadas por los bañistas o del uso de agua de una fuente contaminada, aunque también otras excreciones humanas  (mucosidad, saliva, piel, etc.) pueden constituir una fuente relevante de organismos patógenos. La mayoría de los brotes relacionados con las piscinas se deben a la falta de aplicación de protocolos de desinfección adecuados. Son brotes moderadamente frecuentes y se han relacionado con infecciones producidas por virus, bacterias, protozoos u hongos. 

El control de la calidad microbiológica del agua de las piscinas generalmente se realiza mediante la evaluación de coliformes termotolerantes como, E. coli, y Pseudomonas aeruginosa. Sin embargo, otros patógenos menos frecuentes pero potencialmente más resistentes a la desinfección, como las amebas de vida libre (AVL), no se contemplan en el control rutinario de la calidad del agua, ni existen recomendaciones de control para prevenir infecciones. Las amebas de vida libre representan un riesgo relevante para la salud humana, no solo por su patogenicidad sino también por su capacidad para actuar como vehículos de otros patógenos, como las bacterias.

Un trabajo realizado por investigadores de la Universidad de La Laguna (Tenerife) y  el INEGI, Instituto de Ciencia e Innovación en Ingeniería Mecánica e Industrial (Porto, Portugal) estudia las características fisicoquímicas y la aparición de AVL y bacterias potencialmente patógenas en muestras de agua de 20 piscinas públicas cubiertas en el norte de Portugal.

Amebas de vida libre, bacterias y biofilm

Las amebas de vida libre son protozoos ampliamente distribuidos en la naturaleza; en la tierra, aire, aguas tratadas para consumo, agua de mar o lagos de aguas termales. Presentan dos estadios en su ciclo de vida: el trofozoíto o forma vegetativa, a través del cual se alimentan o multiplican, y el estadio de quiste, que las hace más resistente a condiciones adversas.

Las amebas de vida libre, como Naegleria fowleri,  Acanthamoeba spp. Balamuthia mandrillaria o Vermamoeba vermiformis  presentan una alta resistencia al cloro, especialmente en la fase de quiste, por lo que los autores del estudio consideran que no se debe descartar la posibilidad de su presencia en piscinas. Las infecciones en humanos son muy poco frecuentes pero graves y pueden provocar, entre otros, daños irreversibles en el cerebro, queratitis y trastornos epiteliales.

Por otra parte, las AVL contribuyen a la formación de biofilms, ya que establecen un contacto estrecho con las bacterias. A partir de la interacción entre las AVL y las bacterias pueden suceder dos cosas: que la ameba ingiera las bacterias como fuente de alimentación o que las bacterias resistentes a la ameba la infecten y colonicen.

En este último caso, las bacterias se refugian en estos huéspedes resistentes, donde pueden proliferar y protegerse de condiciones externas hostiles, como los procesos comunes de desinfección del agua. Por ejemplo, Mycobacterium puede resistir dentro de las AVL, Vibrio cholerae es capaz de multiplicarse internamente, y Legionella o Listeria producen una lisis de células de ameba después de multiplicarse en su interior.  

Otros estudios también han demostrado que el cultivo de bacterias como Campylobacter jejuni, Vibrio harveyi o Salmonella typhi en presencia de Acanthamoeba spp. aumenta la supervivencia bacteriana

Programas de vigilancia sanitaria de piscinas, ¿deberian contemplar las amebas de vida libre?

Aunque existe una creciente evidencia sobre la patogenicidad de las AVL, su resistencia a la desinfección y la detección de casos en piscinas, actualmente la evaluación de la presencia de AVL (y de bacterias en su interior) no está incluida en los programas de vigilancia sanitaria de las piscinas.

Para poder determinar la necesidad de incluir este factor en los programas de control faltan datos, que permitan comprender mejor la prevalencia de AVL en los entornos de las piscinas y su posible impacto en la salud de los usuarios.

Con el fin de recabar información sobre estos interrogantes, el estudio realizado en el norte de Portugal determinó la calidad fisicoquímica y la aparición y distribución de especies de AVL potencialmente patógenas, en agua recolectada de los vasos y duchas de 20 piscinas públicas cubiertas, desinfectadas por cloración. 

Ninguna de las muestras recolectadas en las 20 piscinas presentó resultados positivos para la presencia de AVL. Sin embargo, si se localizaron las amebas Vermamoeba vermiformis y Vannella planctonica en muestras de agua del grifo del lavabo de manos en las duchas de dos de las instalaciones. En estas últimas se realizó un segundo plan de muestreo, ampliando los puntos de toma de muestras, en el que se confirmó la presencia de V. vermiformis y A. griffini en el agua del grifo de lavabo de manos de los baños femeninos y Acanthamoeba griffini genotipo T3 y Naegleria canariensis, principalmente en muestras recolectadas de duchas y lavapiés.  Se detectó también la presencia de bacterias patógenas y AVL en nichos ambientales compartidos, lo que según los autores supone un riesgo notable para la salud.

calidad del agua en piscinas

En base a sus hallazgos, los autores recomiendan evaluar con mayor frecuencia las propiedades fisicoquímicas del agua de la piscina y asegurar el estricto cumplimiento de las condiciones adecuadas de su calidad. En particular recomiendan un control más estricto de la conductividad del agua, que hallaron elevada en el 25% de las piscinas, por ser un indicador reconocido del envejecimiento del agua y/o de una cantidad inadecuada de bañistas en la piscina.  

Aunque las AVL no se identificaron como un parámetro microbiológico prioritario para ser incluido en los planes de evaluación de la calidad del agua de piscinas desinfectadas con cloro, si que se deberian monitorear en otras fuentes de agua dentro de las instalaciones, como grifos de agua caliente y baños de pies.
Los pediluvios son reservorios particularmente importantes de patógenos, incluidos AVL y bacterias, y por lo tanto, los investigadores consideran recomendable el establecimiento de recomendaciones más estrictas para la desinfección de pediluvios como fundamental para mitigar los riesgos para la salud. 

Además, los autores ven necesario investigar más a fondo el control de la presencia de amebas en las instalaciones de piscinas y crear nuevas estrategias para mejorar la eliminación de estos protozoos patógenos, asi como acotar sus fuentes de contaminación y aquellos nichos que puedan favorecer su establecimiento.

 

Fuente: María Reyes-Batlle,Marta F. Gabriel,Rubén Rodríguez-Expósito,Fátima Felgueiras,Ines Sifaoui,Zenaida Mourão,Eduardo de Oliveira Fernandes,José E. Piñero,Jacob Lorenzo-Morales: Evaluation of the occurrence of pathogenic free-living amoeba and bacteria in 20 public indoor swimming pool facilities,  MicrobiologyOpen

 

 

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