¿Conocen el paintball? Efectivamente, estamos hablando de ese deporte donde los participantes se enfrentan en una guerra en la que las pistolas son de aire comprimido y las balas de pintura. ¿Qué les parecería una partida de paintball para derrotar a la guerrilla plaga?
A estas alturas quizá el lector cree que en Higiene Ambiental nos hemos vuelto locos y hemos cambiado totalmente la línea editorial: nada más lejos de la realidad... esta historia viene a cuento de que el cántabro Amadeo Rodríguez propone el uso de las herramientas de este juego de guerra para la lucha contra la oruga procesionaria.
Amadeo Rodríguez trabaja en el mantenimiento de los parques de la ciudad de Santander y se enfrenta a diario a la grave problemática que ocasiona la presencia en los pinares de colonias de esta oruga. Por otro lado, es aficionado al Paintball y lo practica regularmente, así que sólo era necesario atar cabos y ponerse manos a la obra. El invento no es más que la bola que se usa en el juego pero rellena de insecticida.
Ahora Amadeo posee la patente del invento (número P200603051) y se encuentra en la fase del estudio de la rentabilización. Con este sistema, es posible llegar a las zonas más inaccesibles de los árboles al tiempo que se evitan los problemas de otros métodos más peligrosos o ineficientes (avionetas fumigadoras o fumigación usando mochilas) en la lucha contra esta plaga concreta. Por otro lado, la patente protege a Amadeo para poder hacer uso exclusivo del sistema en otros tipos de plagas.
Aficionados al paintball