La pérdida de múltiples patas, tras el contacto con insecticidas, no impide que mosquitos Anopheles gambiae sigan siendo capaces de picar, poner huevos y transmitir enfermedades como la malaria. Un estudio muestra que con sólo una o dos patas estos insectos no pueden considerarse "muertos" como vectores, al contrario de lo que hasta ahora indicaban las directrices de la OMS para el ensayo de redes insecticidas de larga duración.
Una pata basta para seguir actuando como vector
El dificil control de la malaria está asociado en gran parte al uso de herramientas de control de vectores basadas en insecticidas, como las redes de cama o la pulverización residual de los interiores.
Las redes de cama tratadas con insecticidas piretroides tienen un efecto neurotóxico agudo sobre los mosquitos, provocandoles síntomas como la pérdida de coordinación, parálisis y espasmos violentos. Además, otro resultado observado a menudo es la pérdida de patas, una condición que hasta ahora se ha considerado como equivalente a la mortalidad, ya que se considera que las hembras con pérdida importante de patas son incapaces de morder a los humanos.
Las directrices de la OMS para probar las redes insecticidas de larga duración, ampliamente utilizadas para comparar la eficacia de las redes antimosquitos para camas o para medir la susceptibilidad de diferentes poblaciones de mosquitos, dictaminan que los mosquitos que sobreviven a la exposición a insecticidas con menos de tres patas deben considerarse muertos, y por lo tanto, no contribuyen a la transmisión de la malaria.
Sin embargo, un estudio publicado en Scientific Reports revela que los mosquitos con sólo una o dos patas pueden morder una mano humana y posteriormente poner huevos, actuando de forma activa en la propagación de la especie y también de los patógenos, como el parásito causante de la malaria.
Para ello, comprobaron experimentalmente la capacidad para picar y poner huevos en mosquitos con una, dos y seis patas. Los resultados mostraron que la pérdida de patas provocada por los insecticidas no tiene un efecto significativo sobre su éxito en alimentarse de sangre y reproducirse.
La capacidad para alimentarse fué muy similar entre las hembras de 6 y 2 patas con 87% y 83% respectivamente. Las hembras de una sola pata mostraron un menor pero apreciable éxito, con un 40%.
En base a estos resultados, los autores del estudio concluyen que los estudios sobre la eficacia de los piretroides no deben descartar a aquellos mosquitos que sobreviven a los insecticidas con menos de tres patas.
Ahora es importante saber si estos resultados obtenidos en laboratorio se replican en trabajos de campo. Conocer la eficacia real de los insecticidas es clave para diseñar una estrategia correcta para el control de la malaria y las pruebas realizadas deben reflejar con precisión la interacción entre los mosquitos y los insecticidas en el campo.
Los autores esperan que estos hallazgos induzcan a una reevaluación de las directrices de la OMS, ya que en su forma actual podrían estar sobreestimando la eficacia de las redes de cama.
Fuente: LSTM