La industria agroalimentaria global, que utiliza el 70% del agua dulce del planeta, se encuentra ante dos retos extraordinarios: la escasez y la contaminación del agua. Sin embargo, aunque este problema es reconocido en el sector, son pocas las empresas que hasta el momento han implementado medidas para optimizar el uso del agua en sus cadenas de producción y distribución de alimentos. Ceres lo explica en su informe Feeding Ourselves Thirsty: How the Food Sector is Managing Global Water Risks.
La limitada disponibilidad de agua dulce no contaminada está considerada por el Foro Mundial Económico como un riesgo global de primera línea. ¿Cómo está gestionando la industria agroalimentaria, principal consumidora de este recurso a nivel mundial, este riesgo?
La organización sin ánimo de lucro CERES, dedicada a mobilizar inversores, empresas y público hacia una economía global sostenible, plasma en su informe Feeding Ourselves Thirsty: How the Food Sector is Managing Global Water Risks un análisis detallado sobre cómo las grandes empresas del sector agroalimentario gestionan el agua y cómo los riesgos relacionados con este recurso afectan a su rentabilidad y posicionamiento competitivo.
El informe evalúa el uso, la administración responsable y las políticas del agua en las 37 principales empresas del sector agroalimentario en cuatro industrias: envasado de alimentos, bebidas, carne y productos agrícolas.
Puntuaciones de las empresas analizadas
El informe puntúa las empresas en una escala de 0-100 puntos en relación a cuatro categorías de gestión de los riesgos asociados al agua: 1) el gobierno corporativo global y la gestión del riesgo del agua; las acciones para reducir los riesgos del agua y el impacto sobre: 2) sus operaciones directas 3) la cadena de suministro y 4) la cadena de suministro agrícola.
Aunque el riesgo del agua fué identificado como una prioridad de gobierno corporativo por muchas de las empresas, este hecho no se está traduciendo en un desempeño consistente para cambiar la situación. Los riesgos asociados al agua tan sólo se incluyen en un 30% de las empresas en su planificación de actividades e inversiones de negocio. Sólo Nestlé y Unilever informaron de que utilizan un coste real o "precio sombra" sobre el agua para analizar el RSI (retorno sobre la inversión) de las inversiones en eficiencia del agua.
La mayoría de las empresas (23) han empezado a analizar el riesgo del agua en sus operaciones directas, pero dos tercios de ellas (22) todavía no evaluan los problemas del agua en sus cadenas de suministro agrícola, dónde recaen la mayoría de los riesgos relacionados con el agua.
La calidad del agua no parece ser una prioridad para las empresas estudiadas, con sólo dos de ellas que informan que han establecido objetivos para reducir la descarga de aguas residuales y mejorar la calidad del agua, más allá de los requisitos de obligado cumplimiento.
Tan sólo cuatro empresas: Coca-cola, General Mills, Molson Coors y PepsiCo, han desarrollado planes colaborativos de protección de las cuencas hidrográficas en regiones con alto riesgo de agua.
Sólo el 16% de las empresas tienen políticas de agricultura sostenible que abordan el tema del agua, y solamente cuatro empresas; Coca-Cola, General Mills, Kellogg y Unilever tienen objetivos fijados con plazos para conseguir que la mayoría de sus suministros agrícolas provengan de agricultores que utilizan prácticas de agua responsables.
Un 43% de las empresas recogen datos de los productores agrícolas sobre el impacto de sus prácticas agrícolas sobre el agua, pero la mayoría lo hacen sólo de un subconjunto limitado de sus productores y no está claro cómo utilizan esta información para tomar decisiones de aprovisionamiento o de ayuda a los agricultores a mejorar sus prácticas.
Unas pocas empresas; General Mills, Keurig Green Mountain, Unilever y WhiteWave, ofrecen apoyo financiero para potenciar una producción agrícola más sostenible, por ejemplo con primas para productos cultivados de manera sostenible o con financiación o préstamos sin intereses para equipamiento.
Recomendaciones a empresas e inversores
Asimismo, el informe ofrece recomendaciones sobre cómo los analistas de inversiones pueden evaluar con mayor eficacia a las empresas del sector, en su exposición a los riesgos asociados al agua y sus prácticas de gestión ante éstos.
También ofrece recomendaciones sobre cómo las empresas agroalimentarias pueden mejorar la eficiencia y calidad del agua a través de sus procesos y cadenas de suministro para reducir los riesgos y proteger los recursos hídricos.
Recomendaciones a las empresas:
- Incrementar la vigilancia y la comprensión de los riesgos materiales del agua
- Realizar un análisis robusto de riesgos del agua, desde las plantas de producción hasta la granja.
- Invertir en proyectos que mejoren la salud de las cuencas hidrográficas y apoyar las políticas públicas que garanticen la gestión sostenible del agua.
- Trabajar conjuntamente con los agricultores para hacer frente a los riesgos del agua y su impacto sobre la cadena de suministro agrícola.
- Mejorar la divulgación a inversores y otras partes interesadas sobre los riesgos entorno al agua, su gestión y estrategias.
Recomendaciones a los inversores:
- Analizar el riesgo del agua en el sector agroalimentario en términos de dependencia del agua, seguridad y respuesta.
- Ir más allá de las operaciones directas y considerar los riesgos del agua en la cadena de suministros
- Involucrar a las empresas rezagadas en su desempeño de una buena gestión del agua.
- Integrar la información de análisis de riesgos del agua y del compromiso corporativo en las decisiones de compra/venta.
- Apoyar los esfuerzos para aumentar y estandarizar la presentación de informes sobre el agua en el sector de la alimentación
Feeding Ourselves Thirsty: How the Food Sector is Managing Global Water Risks. Ceres, mayo 2015
