En el 2003, la Unión Europea redujo el umbral máximo de concentración de trihalometanos (THM) en el agua de los 150 microgramos por litro hasta los 100. España obtuvo una moratoria que venció el pasado 31 de diciembre. La Generalitat de Catalunya invierte en depuradoras y desalinizadoras y la empresa Agbar ultima una planta de ósmosis inversa para cumplir con los standares europeos.
Mejorar la calidad del agua de consumo y asegurar el suministro es una prioridad de la Generalitat de Catalunya.
Esto contribuiría a mejorar la calidad y el sabor del agua en la comarca y la zona del Barcelonès sur.
Estas mejoras vienen en parte fijadas por la nueva norma europea de concentración de trihalometanos (THM), unos compuestos químicos volátiles presentes en casi todas las aguas y que pueden ser cancerígenos.
Los THM se forman en el proceso de potabilización del agua, cuando el cloro reacciona con la materia orgánica que lleva el agua. Ello da lugar a estos compuestos dañinos a largo plazo para el ser humano. La sal y el calor favorecen la creación de THM.
Para que la reducción de THM sea efectiva, con todo, falta que se ponga en marcha la planta de ósmosis inversa que Agbar está ultimando en Sant Joan Despí y sobre todo, la desalinizadora de El Prat. La mezcla del agua de mar desalinizada con la del río, también tratada (en Abrera y Sant Joan Despí) permitirá cumplir con los estándares europeos .
La puesta en servicio en el 2011 de la conexión entre Sant Joan Despí y Trinitat, o lo que es lo mismo, entre los depósitos de agua del Llobregat y el Ter, permitirán mejorar, aun más, la calidad del agua del sur metropolitano.
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Fuente: El Periódico
Foto:Wikimedia Commons


