La equinococosis humana en la UE, una zoonosis con tendencia descendiente

La equinococosis humana en la UE, una zoonosis con tendencia descendiente

zoonosis

La equinococosis es una zoonosis causada por las larvas de varias especies de gusanos parásitos gastrointestinales del género Echinococcus. La mala higiene de las manos, el contacto cercano con animales infectados y el consumo de alimentos mal cocidos y sin lavar, contaminados con huevos de Equinococcus, son factores de riesgo.


 

Equinococosis en la UE

La equinococosis humana es una enfermedad zoonótica parasitaria, causada por larvas de varias especies de gusano (tenia) gastrointestinal del género Echinococcus, que puede presentar dos formas: la equinococosis quística o hidatidosis, que es producto de la infestación por Echinococcus granulosus y equinococosis alveolar, causada por la infestación por E. multilocularis.

Es una enfermedad muy extendida a nivel mundial, que en Europa se distribuye con gran heterogeneidad entre países, existiendo áreas endémicas y otras libres de la enfermedad. Según el último informe epidemiológico del ECDC, correspondiente a 2020, en la UE/EEE se confirmaron 529 casos de equinococosis, de ellos 243 causados por E.granulosus, 114 por E.multilocularis y en otros 172 casos no se conoce la especie.

En España, donde la equinococosis es una enfermedad de declaración obligatoria, se notificaron 8 casos confirmados, aunque esta cifra no es representativa, ya que durante 2020, debido a la pandemia de Covid-19, España no recibió datos epidemiológicos de todas las CCAA. No obstante, los datos de los años anteriores muestran una tendencia descendiente del número de casos de equinococosis notificados en España, con 87 en el 2016, 83 en el 2017, 68 en el 2018 y 34 en el 2019.

También la tasa de casos notificados a nivel de la UE/EEE muestra una tendencia descendiente, con 0,15 casos por 100.000 habitantes en 2020, siendo los grupos poblacionales más afectados por la equinococosis los hombres con ≥65 años y las mujeres entre 25 y 44 años.

Echinococcus, modos de transmisión

La transmisión a humanos se produce principalmente por la ingesta accidental de los huevos, como consecuencia del contacto (contacto mano-boca) con superficies contaminadas y a través del contacto con perros o los cánidos silvestres (zorro y lobo), que son los hospedadores definitivos del parásito adulto. En el ciclo de transmisión también intervienen diversos hospedadores intermediarios, como el ganado (ovejas o cabras) o animales silvestres (roedores) y el hombre. 

Los huevos sobreviven durante largos periodos de tiempo en el suelo, superficies y vegetación, si la humedad es relativamente alta. Pueden soportar bajas temperaturas (pueden sobrevivir durante 8 meses a 18 ºC) pero dificilmente sobreviven en ambientes secos, a la luz solar y temperaturas altas.

Asimismo, puede producirse la transmisión por la ingesta de agua y alimentos, principalmente vegetales (frutas y verduras) contaminados. Las moscas y otros insectos favorecen la dispersión de los huevos de Echinococcus

Asi pues, la mala higiene de las manos, el contacto cercano con animales infectados y el consumo de alimentos contaminados con huevos de Echinococcus mal cocidos y sin lavar  (por ejemplo, verduras) son factores de riesgo.

 

equinococosis
Echinococcus granulosusGanímedes, W.Commons

 

Prevención y control

Las medidas de prevención de la equinococosis incluyen una correcta higiene de los animales (desparasitación de perros y gatos), de los alimentos  (lavado de verdura y fruta) y del agua.

Los huevos de las tenias pueden inactivarse mediante desinfección,  con hipoclorito de sodio al 1 % durante 30 minutos o al 3,75 % durante 10 minutos, por calor (temperaturas superiores a 70 ºC durante 5 minutos), por desecación, por inonización a 0,4 kilogray (kGy), y por congelación a –80 °C durante 48 horas o a –70 °C durante 4 días. La limpieza y desinfección periódica de los lugares de trabajo, instalaciones y equipos es una medida básica de prevención.

También se recomienda evitar el contacto con animales salvajes o su acceso a zonas de trabajo, y evitar que perros y gatos coman carne cruda o animales salvajes.

Tampoco puede faltar un correcto control de vectores, desinsectación y desratización, asi como unas adecuadas medidas de higiene: lavado de manos con agua y jabón al finalizar la jornada laboral, después de quitarse los guantes y tras el contacto con elementos contaminados. 

 

 

 

Fuente: ECDC, INSST

 

 

 

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