Los desechos agroalimentarios nos aportan bioplásticos aptos para uso alimentario y sostenibles

Los desechos agroalimentarios nos aportan bioplásticos aptos para uso alimentario y sostenibles

bioplasticosLa industria agroalimentaria produce gran cantidad de residuos, a partir de los cuales es posible desarrollar bioplásticos, con las mismas características que los plásticos convencionales pero mucho más sostenibles medioambientalmente. Estos nuevos materiales se reutilizan, en muchos casos, en la propia industria alimentaria, lo que cierra su ciclo de vida útil con una huella de carbono mucho menor.

 

 

El mercado global de los bioplásticos está experimentando un continuo crecimiento. Se estima que la capacidad de producción global actual de estos materiales ronda los 1,5 millones de toneladas y se espera que en los próximos años alcance valores cercanos a los 6 millones de toneladas.

Una de las estrategias medioambientales y líneas de investigación por la que están apostando centros de innovación como el Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas), ubicado en Valencia, es dar una segunda vida útil a los desechos agroalimentarios que, convertidos en bioplásticos, en muchos casos, se reutilizan en la propia industria que los generó.

Por ejemplo, utilizar las aguas residuales de las industrias de los zumos para elaborar los envases que contengan estas bebidas o las de la industria láctea para obtener tarrinas para los quesos o botellitas para los productos lácteos bebibles.

bioplasticosMalla biodegradable, Aimplas

Los residuos que tienen un alto nivel de azúcar, almidón o sorbitol, como los provenientes de cereales, remolacha o caña de azúcar, son, por el momento, los que están aportando mayores posibilidades. Pero incluso aquellos residuos agroalimentarios que puedan parecer menos idóneos o eficientes para convertirse en bioplásticos podrían, con nuevas investigaciones, ser también buenos candidatos.

Es un tema de conciencia medioambiental buscar soluciones a los desechos, pero también de mercado, ya que responde a la demanda de productos con mejores comportamientos medioambientales y con una menor huella de carbono.

El bioplástico puede obtenerse gracias a un proceso de fermentación microbiana de los residuos, con la ayuda de microorganismos que son capaces de sintetizar el biopolímero, es decir, convertir las materias residuales en biopolímero.

Por ejemplo, de los desechos de la industria panadera y pastelera (restos de masa, bizcochos, cortezas de pan,etc.), con ayuda de microorganismos,se obtiene un ácido láctico, que se polimeriza, para obtener una cadena polimérica con la que se logra un ácido poliláctico (PLA). A partir de aqui, es posible obtener una bolsa biodegradable que puede estar en contacto con los alimentos y que los preserva con todas sus características.

Los bioplásticos tienen las mismas características de los plásticos convencionales, a los que pueden sustituir, pero pueden ser biodegradables y compostables, como es el caso también de las mallas para productos hortofrutícolas o moluscos, conseguidas en el marco de la investigación Ecobionet, que en menos de seis meses se convierten en compost. Este innovador envase mantiene las mismas propiedades y el mismo aspecto que las mallas extruidas fabricadas con materiales convencionales, y su precio es tan solo unos céntimos superior por kilo de producto contenido.

 

Fuente: efeagro.com

 

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