La fumigación es un método de control de plagas utilizando pesticidas o biocidas gaseosos, que actúan por envenenamiento o por asfixia reemplazando el oxigeno presente en el área fumigada. Es, por tanto, una actividad potencialmente peligrosa para los profesionales que la realizan. La autoridad británica en seguridad y salud en el trabajo (HSE), ha publicado una guía que trata relevantes aspectos relacionados con la fumigación.
Fumigar con seguridad
La guía publicada por la intitución británica Health and Safety Executive (HSE) tiene por objetivo ayudar a responsables y técnicos fumigadores a cumplir con la legislación al realizar actividades de fumigación, ya sea en la tradicional fumigación de invertebrados como en los sectores de laboratorio y de bioseguridad.
La fumigación es un método de control de plagas en el que se utilizan fumigantes (biocidas o pesticidas) para asfixiar o envenenar los organismos no deseados. Actúan como venenos al ser inhalados, por asfixia al eliminar o sustituir el oxígeno en el aire, o por el efecto biocida letal del fumigante en la superficie del organismo objetivo.
En consecuencia, la fumigación es un proceso peligroso, con consecuencias potencialmente graves, incluso mortales, para las personas que aplican los fumigantes o aquellas que se hallen cerca de la zona tratada, si no se realiza correctamente y con seguridad.
Las operaciones de fumigación se realizan en una gran variedad de situaciones, que incluyen las cámaras de fumigación, en el exterior, en zonas contenidas temporalmente, en barcos u otras estructuras.
La elección del fumigante dependerá de las circunstancias individuales, como las características del área a tratar, la temperatura, la plaga a controlar o el tiempo disponible para la operación. La guía es relevante para las diversas formas de fumigantes en el aire: gases, vapores, humos, etc. Los fumigantes y su uso están regulados por varias piezas de legislación y la lista de productos autorizados se actualiza continuamente, por lo debe revisarse periódicamente esta lista. Asimismo, es necesario verificar las condiciones de autorización o aprobación del producto para asegurarse que dicha aprobación se alinea con la aplicación que quiere darse al producto.
Como punto de partida, se debe considerar si existen alternativas más seguras que la fumigación, que sean igual de eficaces, pero menos peligrosas. Cuando la conclusión es que la fumigación es necesaria, debe realizarse una evaluación del riesgo antes de iniciar cualquier operación de fumigación.
La guía trata todos los aspectos relacionados con esta actividad antes, durante y después de fumigar: medidas de control de tipo general (valores límite de los insecticidas utilizados, detectores y mecanismos de control de la exposición, protección de la piel y vigilancia de la salud), medidas de primeros auxilios en caso de exposiciones agudas, procedimientos a considerar a lo largo del proceso de fumigación, medidas de control asociadas y actuación en caso de rotura de envases o vertidos importantes.
También incluye apéndices sobre:
- Precauciones especiales en diferentes tipos de fumigación: en laboratorios, hospitales, edificios, barcos, contenedores, etc
- Tecnologías alternativas de fumigación: vapor de peróxido de hidrógeno, peróxido de hidrógeno como aerosol, gas ozono, gas dióxido de cloro, etc
- Efectos sobre la salud asociados con determinados fumigantes
- Legislación europea que se aplica a los fumigantes