Las garrapatas: admirables escaladoras y vectores de primera línea

Las garrapatas: admirables escaladoras y vectores de primera línea

garrapata

Las garrapatas se pasan el 90% de sus hasta tres años de vida hambrientas y trepando, buscando la oportunidad de parásitar a un hospedador donde alimentarse de sangre. Para ello, están dotadas de garras tarsales curvadas y afiladas y, entre ellas, un cojín adhesivo que les permiten sujetarse incluso en superficies lisas, como el vidrio. Vectores de diversas enfermedades, las garrapatas están ganado terreno en su distribución geográfica.

 

Las garrapatas: admirables escaladoras y vectores de primera línea

garrapataEstos pacientes ácaros caminan distancias notables, explorando las partes distales de las plantas y esperando la oportunidad de adherirse a una víctima desprevenida, en la que alimentarse de sangre. 

Todas las especies de garrapatas son parásitos temporales obligados y necesitan esta ingesta de sangre de vertebrados para completar su ciclo vital. Este hecho las convierte en un problema relevante de salud pública, ya que pueden ser portadoras de una amplia variedad de agentes patógenos de los que pueden actuar como vectores al morder para alimentarse.

Pero, dejando aparte este importante aspecto negativo, es posible admirarlas por su increible capacidad de trepar por una gran variedad de sustratos y aferrarse a superficies lisas. 

Investigadores de la universidades de Dresden y Kiel en Alemania han estudiado en profundidad cómo consiguen hacerlo, 160 años después de que el naturalista alemán Hermann Burmeister describiera por primera vez la composición de los "pies" de las garrapatas; dotados de garras tarsales apareadas, curvadas y afiladas y, entre ellas, una almohadilla.

Los detalles morfológicos conocidos ahora y los experimentos de adhesión realizados en Alemania por el equipo de Dagmar Voigt (Universidad de Dresden) han conducido a nuevas deducciones sobre la función de los pies de las garrapatas.

Voigt destaca la sorprendente presencia de una proteína altamente elástica, la  resilina, no sólo en la almohadilla del pie de la garrapata sino también en las garras.  La resilina es capaz de almacenar una gran cantidad de energía, muy superior a la de cualquier tejido muscular, y es responsable, por ejemplo, de los potentes saltos de las pulgas. 

Gracias a sus almohadillas pegajosas, las garrapatas son capaces de fijarse fácilmente en superficies lisas, como el vidrio o la piel humana. Dependiendo de la situación y la potencia requerida, las almohadillas pueden plegarse o desplegarse, de forma similar a un acordeón. Además, un fluido añade capacidad de adhesión a la almohadilla.

A diferencia de cuando están trepando, al caminar por la basura o sobre superficies contaminadas, las garrapatas frecuentemente doblan los pies y caminan sobre sus articulaciones tarsales-tibiales.

Los machos son más bien pequeños y acceden al cuerpo del hospedador sólo obtener energía para poder aparearse. Por ello, sus pies son más pequeños y se adhieren menos que los de las hembras.

En cambio, en superficies lisas como el vidrio, las hembras generan fuerzas que corresponden a más de 500 veces su propio peso corporal para estar seguras, ya que, durante la succión de sangre, el peso corporal femenino puede aumentar hasta 135 veces.

En los experimentos realizados, los autores del estudio comprobaron que la combinación de las suaves almohadillas adhesivas con las garras afiladas permiten a las garrapatas agarrarse a prácticamente todo tipo de superficies. Pero esta capacidad se ve menguada en réplicas de la piel humana realizadas con silicio y en superficies de resina micro-rugosa, un tipo de posibles superficies técnicas futuras con propiedades antiadhesivas para las garrapatas.

El siguiente video, realizado en el estudio, muestra la asombrosa hazaña de una garrapata hembra caminando por un techo de cristal. 

video

 

Uno de los principales vectores de enfermedades infecciosas

Las garrapatas se alimentan de sangre de diferentes animales, incluyendo ocasionalmente al ser humano, a lo largo de su complejo ciclo de vida, y, al hacerlo, pueden transmitir patógenos causantes de enfermedades. De hecho, son uno de los principales vectores de enfermedades infecciosas a nivel mundial y han causado, por ejemplo, más de 360.000 casos de la enfermedad de Lyme en Europa en las últimas dos décadas.

Aunque no todas ellas están infectadas con virus, parásitos o bacterias nocivas para el ser humano, las que si lo están transportan una gran variedad de patógenos. Desde infecciones bacterianas, como las borreliosis o las fiebres producidas por rickettsias e infecciones virales como la Fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC), hasta enfermedades parasitarias, como la babesiosis.

A esta característica se añade el problema de que, cada vez, estos pequeños arácnidos se están volviendo más globales y van expandiendo su presencia en la geografia.

Factores como el cambio climático les ayudan a conseguirlo. La subida de temperaturas les permite estar activas en más lugares y durante períodos más largos de tiempo, más allá de la primavera y el verano, que son sus períodos de máxima actividad.  También las aves migratorias parasitadas con garrapatas infectadas, que también se ven afectadas por el cambio climático modificando sus rutas de vuelo, pueden introducirlas en lugares donde antes no existían. O la importación de ganado puede potenciar igualmente la introducción de garrapatas infectadas.

Por otra parte, los cambios de hábitos y actividades humanas, como la recuperación de terrenos para la agricultura, el ecoturismo, y los viajes de aventura aumentan las posibilidades de contacto entre humanos y garrapatas, por lo que es importante tomar conciencia de la necesidad de protegerse y evitar sus picaduras.

En España, las tres especies con mayor impacto sobre la salud pública son Ixodes ricinus, Rhipicephalus sanguineus Hyalomma marginatum. La primera está implicada en la transmisión de los agentes etiológicos de la borreliosis de Lyme y de la Anaplasmosis humana; la segunda es el principal vector de las Rickettsiosis mediterráneas y la tercera, entre otros patógenos, es un vector confirmado del virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. 

Aunque la posibilidad de contraer una enfermedad grave por garrapata en España es muy baja, es importante estar alerta y seguir las medidas preventivas, como salir al campo con ropa clara que nos cubra lo máximo posible y usar DEET, un repelente que en concentraciones superiores al 30% se ha demostrado eficaz contra las garrapatas. Debemos evitar zonas frondosas o de hierbas altas y, una vez que regresemos del exterior, revisar todo nuestro cuerpo para comprobar que estamos libres de estas expertas escaladoras.

 

Fuentes.:  TU Dresden , https://www.isglobal.org/es

 

 

 

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