Los envases alimentarios funcionales pueden desprender sustancias no autorizadas
Enviado por editora el Jue, 11/15/2018 - 01:00Los envases alimentarios funcionales, que liberan sustancias con diferentes características como antioxidantes o antimicrobianos, consiguen alargar la vida útil de los alimentos. Sin embargo, el control de la migración química de los nuevos materiales de contacto con los alimentos es todo un reto para conseguir cumplir con los requisitos de seguridad alimentaria. Un estudio demuestra que estos envases pueden transferir sustancias añadidas no intencionalmente.


Investigadores del alemán
Según científicos de la Universidad de Viena, los filtros elaborados con nanotubos de carbono tienen una gran capacidad de absorver y retener una amplia gama de contaminantes del agua, por ejemplo drogas solubles o hidrocarburos aromáticos policíclicos, y también de reducir los problemas de saturabilidad de los filtros, debido a que poseen una gran superficie.
La aplicación de copolímeros de bloque para desarrollar nanomembranas abre nuevas soluciones al problema de captar y separar las bacterias del agua de consumo. Los nuevos nanomateriales permiten desarrollar membranas de filtración con poros entre 50 y 100 nanómetros, que permiten pasar a las moléculas del agua pero retienen a las bacterias.
Investigadores alemanes estudian el potencial riesgo de que determinados nanotubos de carbono, ampliamente utilizados en la industria, tengan un comportamiento similar a las fibras de asbesto al ser inhalados, produciendo disfunciones pulmonares y tumores. La influencia del diámetro, longitud y forma de los nanotubos en la salud será el objetivo del proyecto Carbo Tox, que tendrá tres años de duración.
Biosensores desarrollados en la Universidad de Michigan (EEUU) a base de tiras de papel impregnadas con nanotubos de carbono pueden detectar de manera rápida y económica la presencia de toxinas o productos químicos tóxicos en el agua potable.
