Cianobacterias y la calidad del agua de consumo

Cianobacterias y la calidad del agua de consumo

calidad del agua

Las cianobacterias son microorganismos cuya proliferación en el agua dulce es cada vez más frecuente, llegando a afectar a la calidad y al suministro del agua potable. En condiciones ambientales propicias se desarrollan de forma masiva, dando lugar a floraciones que pueden ir acompañadas de la producción de cianotoxinas, entre las cuales destacan las microcistinas.


 

Cianobacterias y calidad del agua

Las cianobacterias son microorganismos muy antiguos y comunes en todo el planeta, que crecen, entre otros lugares, en lagos de agua dulce, arroyos, océanos, o el suelo húmedo y las rocas húmedas. 

A lo largo de su evolución, las cianobacterias se han ido adaptando a numerosos cambios climáticos y del medio ambiente. De modo que, actualmente, han aprendido a explotar las modificaciones humanas de los entornos acuáticos, particularmente las aguas dulces excesivamente enriquecidas con aportaciones antropogénicas de nutrientes, principalmente nitrógeno y fósforo, mediante el vertido constante de fertilizantes, pesticidas, detergentes y aguas residuales. 

El exceso de nitrógeno y de fósforo en el agua favorece una proliferación descontrolada de organismos (floración), como es el caso de las cianobacterias, un descenso del oxígeno disuelto en el agua, la pérdida de la calidad del agua y la aparición de toxinas producidas por algunos tipos de algas.

La actual aceleración de floraciones de cianobacterias en el agua dulce, favorecidas también por el incremento de temperaturas a causa del cambio climático, despierta preocupación ya que, además de su impacto negativo sobre el medio ambiente, puede comprometer gravemente la calidad del agua de consumo. 

En las zonas de clima templado, la proliferación de cianobacterias se produce más a menudo en verano y a principios de otoño, cuando hace mucho sol y la temperatura del agua es superior a los 20 °C.

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Cianotoxinas en el agua 

Cuando las condiciones de temperatura y nutrientes les son favorables, las cianobacterias aumentan rápidamente de forma masiva, provocando cambios en el color del agua, que puede presentar una capa roja o verde, mala olor y una acumulación de cianobacterias en la superficie.

Estos episodios de floración pueden ir acompañados de la producción de cianotoxinas, nocivas para los seres humanos y los animales, entre las cuales destaca la Microcistina LR  (leucina y arginina).

En el ser humano, la ingesta de agua contaminada con cianotoxinas puede provocar malestar estomacal, vómitos y diarrea, asi como daño hepático y renal. Los grupos poblacionales más vulnerables a estos contaminantes son los bebés y niños pequeños, mujeres embarazadas y en periodo de lactancia, personas ancianas y personas con enfermedad hepática o que reciben tratameinto de diálisis.

Gestión del riesgo de las cianotoxinas en el agua potable

En general, el tratamiento convencional del agua  (coagulación, sedimentación, filtración y cloración) permite eliminar la presencia de cianobacterias y nieveles bajos de sus toxinas. Sin embargo, cuando se producen episodios graves de floración, los tratamientos habituales pueden no ser suficientes y deben tratarse con otras medidas.

Para controlar el nivel de cianotoxinas presentes en el agua de consumo, cuando el origen de la misma sea totalmente o parcialmente de embalse o de lago o de laguna, se debe controlar el parámetro microbiológico Microcistina LR de acuerdo al Real Decreto 3/2023, de 10 de enero, que establece los criterios tecnicosanitarios de la calidad del agua de consumo. Esta normativa es de aplicación en el agua potable de red y en las aguas de consumo en el ámbito de la empresa alimentaria, incluyendo las utilizadas en la fabricación, tratamiento, conservación o comercialización de alimentos, así como las utilizadas en la limpieza de las superficies, los objetos y los materiales que puedan estar en contacto con los alimentos.

En el anexo I del RD 3/2023, dentro de los parámetros microbiológicos, se establece para la Microcistina LR un nivel igual o inferior a 1,0 µg/L.  Si el nivel de Microcistina LR es superior a 1 µg/L, se controlará, además, la clorofila, de manera que, si la clorofila es superior a 50 mg/m3, se realizará la identificación de cianobacterias y otras cianotoxinas.

En el caso de las aguas minerales naturales y las aguas de fuente envasadas para consumo humano, reguladas por el Real Decreto 2/2023, de 10 de enero, el parámetro Microcistina LR se medirá sólo en caso de que sea posible el aumento de la densidad de células cianobacterianas en las aguas de fuente. En cualquier caso, el valor paramétrico (1,0 μg/L) será aplicable a partir del 12 de enero de 2026.

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Cianobacteria Cylindrospermum spp. / Willem van Aken, CSIRO

Cianotoxinas y seguridad alimentaria

Según un estudio realizado por la Agencia Francesa de Seguridad Alimentaria (ANSES) sobre las cianotoxinas en los alimentos, la estimación de la exposición de los consumidores, así como una caracterización del riesgo a que podría estar sometida la población europea por el consumo de estas toxinas, la mayoría de los estudios disponibles se centran en una sola variante de microcistina.

La probabilidad de exponerse a la toxina es más evidente en consumidores habituales de pescado y marisco, así como de suplementos de algas verdes contaminadas con microcistinas. En el caso de otros productos alimentarios ─por ejemplo, cultivos, caza, carne, huevos o productos lácteos─, así como otras cianotoxinas aparte de las microcistinas, los datos han resultado insuficientes para llegar a alguna conclusión.

Todavía existen dudas sobre las tasas de contaminación y eliminación de cianotoxinas por parte de los peces o sobre el vínculo entre las floraciones de cianobacterias y el nivel de contaminación de los peces. En este sentido y con el fin de limitar la exposición del consumidor a las cianoxinas, la ANSES señala que, antes de comer o congelar los peces de agua dulce, hay que quitarles la cabeza y las vísceras; y que, por tanto, hay que evitar comer peces pequeños de agua dulce enteros.

 

Fuente: ACSA, MITECO

 

 

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