Hoy publicamos un interesante artículo que nos hace llegar la revista Plagas Urbanas sobre la capacidad de las hormigas y otros insectos sociales para reconocer olores y responder a ellos. La vida sensorial de la hormiga se compone casi exclusivamente de sensaciones olfativas, que percibe a través de sus antenas.
La ruta de los olores
El olfato es el arma más poderosa para la supervivencia de las hormigas. Las antenas de una hormiga están extraordinariamente bien sintonizadas para distinguir los sutiles olores producidos por los hidrocarburos. La cerúlea superficie externa del cuerpo de una hormiga contiene cerca de 25 hidrocarburos diferentes, que emiten olores levemente diversos, imperceptibles para las personas, pero que para una hormiga proporcionan información relevante sobre la vida en la colonia.
Sus antenas, especializadas en la percepción de diversos olores, le permiten seguir las huellas; los olores son como las balizas de su ruta. También mediante el olor identifica las hormigas amigas y descubre sus enemigos, olfatea los huevos y reconoce su nido.
Algunas investigaciones
El geólogo chileno Roberto Hugo Aguirre Maturana parte del supuesto de que las hormigas reaccionan ante su entorno secretando olores, que son depositados en el suelo (rastros de olor) y que tienen una duración limitada, desvaneciéndose con el transcurso del tiempo. Las hormigas en sus desplazamientos se valdrían de dos clases de marcas de olor. La primera, es secretada por la hormiga cuando encuentra el nido, o cuando encuentra un rastro de nido. La segunda es secretada por la hormiga cuando encuentra alimento o cuando encuentra una marca de alimento.
Según un trabajo de los doctores Krieger y Ross referente a las hormigas Solenopsis invicta, el tipo de colonia y la estructura social de poder, es determinado por un gen GP-9 que codifica una proteína detectora de olor. Cada insecto posee dos copias de la proteína que puede presentarse en la forma B y b. Por tanto, son posibles las combinaciones BB, Bb y bb. Las colonias BB son las que tienen una sola reina, las Bb son las multirreinas, mientras que las formas bb son letales. ¿Cómo conservar el tipo de colonia y evitar las reinas impostoras?.
La solución consiste en que las hormigas trabajadoras con genes Bb reconocen por el olor y matan a todas las reinas BB pero no a las Bb, por lo que sus colonias viven en armonía con varias reinas. En cuanto a las hormigas BB ejecutan a todas las posibles reinas excepto a una, del tipo Bb, que son de mayor tamaño que las BB. Este tipo de conocimiento podrá aplicarse en el futuro para controlar las plagas de estas colonias de hormigas y de otras que también se comportan de modo análogo.
Estrategias olfativas de supervivencia
Las hormigas tropicales Cardiocondyla obscurior tienen machos que pueden ser de dos clases, alados y sin alas. Estos últimos, muy guerreros, permanecen siempre en el nido y luchan entre sí hasta la muerte embadurnando a sus hermanos enemigos con un olor que incita a que sean atacados por el resto de las hormigas trabajadoras. La vida de los machos alados es más fácil. La primera semana de su vida permanecen en el nido, que abandonan después para aparearse en el exterior. Pueden disfrutar del sexo dentro y fuera del nido sin ser atacados. ¿Cómo lo consiguen? Normalmente, secretando un olor femenino, idéntico al de las reinas vírgenes, con lo que confunden a sus posibles enemigos, los machos sin alas. Su único problema es el de evitar los acosos de aproximación amorosa que sufren por parte de los otros machos. Cuando el olor femenino comienza a desaparecer es cuando abandonan el nido.
Organización social por olores
Las colonias de hormigas rojas recolectoras Pogonomyrmex barbatus, logran hacer su labor sin supervisión ni dirección alguna, intercambiando a veces sus tareas para satisfacer las necesidades del hormiguero y ello se consigue, en buena parte, por su extraordinario sentido del olfato.
Una colonia madura de estas hormigas rojas cosechadoras consiste en una única reina y entre 10.000 y 12.000 trabajadoras hembras. La vida de una trabajadora suele ser de un año, pero una reina puede vivir durante 20 y producir miles de nuevas trabajadoras: ésa es su única responsabilidad, ya que la reina no dirige la colonia ni señala a las demás hormigas lo que deben hacer. Estas se dividen en recolectoras de comida y en patrulleras vigilantes. Estas últimas recorren los alrededores del nido cada mañana y al regresar, el olor particular de su cuerpo, debido a determinadas moléculas de hidrocarburos cuticulares, sirve como señal olorosa para que las recolectoras sepan si deben salir a buscar comida o si lo prudente es permanecer en el hormiguero.
El interés de estas investigaciones no es anecdótico ya que muchos científicos están interesados en conocer las sutiles interacciones existentes entre los insectos sociales y, además de los biólogos, incluso algunos ingenieros piensan que se podrán aplicar las enseñanzas obtenidas para abordar problemas intrincados de redes de comunicación, informática y robótica
Fuente e imágenes: Plagas Urbanas