El desperdicio alimentario y la prevención de la pérdida de alimentos quedarán regulados en España con una ley, cuyo proyecto ya ha sido aprobado por el Consejo de Ministros. Con el objetivo de reducir drásticamente el desecho de alimentos, la ley pretende establecer un modelo de buenas prácticas para evitar el desperdicio de alimentos con actuaciones en toda la cadena alimentaria, desde el origen en el propio proceso de cosecha, hasta los hábitos de consumo en los hogares y en la restauración.
Reducir el desperdicio alimentario y la pérdida de alimentos es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (12.3), con los que la UE está comprometida. Prevenirlo aporta beneficios a nivel económico, ambiental y social, mejora la competitividad de las empresas y nos acerca a la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios.
A pesar de una creciente concienciación sobre este tema, el desperdicio alimentario continua estimándose en un 20% del total de alimentos producidos en la UE. En el caso de España, casi ocho millones de toneladas anuales. La necesidad de actuar para cambiar esta situación ha ido ganando relevancia en las políticas de la UE y en las iniciativas legislativas para regularlo.
Mientras la CE prepara una Directiva para garantizar que los Estados Miembros adoptan medidas concretas y ambiciosas para reducir el desperdicio de alimentos en sus respectivos territorios, en algunos de ellos ya existen algunas iniciativas legislativas adoptadas o en desarrollo.
Por ejemplo, en España. A nivel autonómico, en Catalunya, el año pasado se publicó la LEY 3/2020, de 11 de marzo, de prevención de las pérdidas y el despilfarro alimentarios, que impone una serie de obligaciones a todos los agentes de la cadena alimentaria y entidades de iniciativa social que se dediquen a la distribución de alimentos. Y ahora, a nivel estatal, el Consejo de Ministros acaba de aprobar el proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, cuyo objetivo es reducir de forma drástica el desecho de alimentos y fomentar un mejor aprovechamiento de los mismos.
El desperdicio de alimentos nos perjudica a todos
El desperdicio y la pérdida de alimentos nos perjudica a todos, ya que encarece el acceso a bienes de primera necesidad, malgasta recursos naturales limitados, aumenta los residuos y el impacto ambiental, a la vez que resta competitividad y eficiencia en el sector agoralimentario. El proyecto de ley del Gobierno trata de orientar hacia un sistema de producción más eficiente, con la vista puesta en el desarrollo de una economia circular, en el que la prevención de la pérdida y el despilfarro de alimentos sea una prioridad.
Para ello, se busca establecer un modelo de buenas prácticas en toda la cadena alimentaria, desde la producción primaria hasta el consumidor final, que contemple las que se consideran principales causas del despilfarro de alimentos: errores en la planificación y calendario de cosecha, empleo de prácticas de producción y manipulación inadecuadas, deficiencia en las condiciones de almacenamiento, malas técnicas de venta al por menor y prácticas de los proveedores de servicios, y comportamiento inapropiado de los consumidores.
Jerarquia para el destino de los excedentes
La nueva Ley establece una jerarquia de prioridades de obligado cumplimiento en cuanto al destino de los excedentes, cuya primera opción es destinarlos a la alimentación humana a través de donaciones a empresas sin ánimo de lucro o bancos de alimentos.
Las donaciones de alimentos quedaran reguladas mediante convenios entre las entidades donantes de alimentos y las entidades receptoras de los mismos, en los que se especificarán, entre otros aspectos, las condiciones de selección, recogida, almacenamiento y transporte de los alimentos. Los alimentos que se donen deberán tener suficiente vida útil de almacenamiento para hacer posible su distribución y uso seguro a sus destinatarios finales. Asimismo, tanto las empresas agroalimentarias donantes como las organizaciones receptoras están obligadas a garantizar la trazabilidad de los productos donados, mediante un sistema de registro de entrada y salida de los mismos.
En el segundo orden de jerarquía, los alimentos no vendidos pero que estén en condiciones óptimas de consumo deberán ser transformados (zumos, mermelada, etc.).
Finalmente, los alimentos que no sean aptos para el consumo humano, deberán ser utilizados como subproductos para la alimentación animal o fabricación de piensos, para la industria, para la obtención de compost de calidad para uso agrario, o para la obtención de biogás u otro tipo de combustible.
Medidas para prevenir el desperdicio de alimentos
La Ley establece que todos los agentes de la cadena alimentaria deben contar con un Plan de Prevención de Pérdidas y Desperdicio Alimentario, como herramienta para que cada empresa, de acuerdo a sus características, pueda definir, implementar, evaluar y corregir una serie de acciones dirigidas a prevenir la pérdida y el desperdicio alimentario generado en su actividad. Todos los agentes de la cadena alimentaria deberán informar anualmente de las pérdidas alimentarias, así como del cumplimiento de sus planes de prevención.
Además de cumplir con la jerarquía de usos de los excedentes, los agentes que operan en la cadena alimentaria tendrán que disponer de instalaciones adecuadas para todos sus procesos minimicen las pérdidas de alimentos y formar adecuadamente a su personal sobre este tema.
Se incentivará la venta de productos con fecha de consumo preferente o de caducidad próxima y los productos considerados imperfectos o poco estéticos pero que estén en condiciones óptimas de consumo, presentándolos de forma separada y con precios inferiores. La ley estipula que el Gobierno adoptará políticas públicas y medidas para fomentar la adecuación de las fechas de consumo preferente a la prevención y reducción de las pérdidas y el desperdicio alimentario, y, en su caso, la posibilidad de poner en el mercado los productos con fecha de consumo preferente sobrepasada, para lo que se tendrán en cuenta los criterios establecidos por la Unión Europea en las propuestas legislativas en la materia
La hosteleria y otros servicios alimentarios deberan informar claramente y ofrecer al cliente la posibilidad de llevarse sin coste adicional lo que no ha consumido, y disponer de envases aptos reutilizables para ello.
Todos los agentes de la cadena alimentaria incentivarán la venta de productos de temporada, de proximidad, ecológicos, ambientalmente sostenibles y a granel.
Plan estratégico general
El Gobierno elaborará un Plan Estratégico, con la participación de diversos ministerios, en el que se definirá la estrategia general contra el desperdicio alimentario y las orientaciones que deberán seguir las comunidades autónomas en sus actuaciones en este ámbito.
Además, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, elaborará un Plan Nacional de control de las pérdidas y el desperdicio alimentario, que contendrá los objetivos generales y prioridades a seguir, y deberá informar anualmente sobre los resultados del Plan Nacional.
La información tiene también un lugar en la nueva Ley. Las administraciones públicas estarán obligadas a llevar a cabo campañas divulgativas y a elaborar guías de buenas prácticas para fomentar el consumo responsable y prevenir las pérdidas y el desperdicio alimentario.
Más información sobre el proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario en https://www.lamoncloa.gob.es/