El desperdicio alimentario tiene reconocidos efectos negativos sustanciales; desde el punto de vista medioambiental, social y económico. Lo que no está tan claro es la verdadera magnitud de este problema, por falta de información y de metodologias armonizadas entre países. Con el ODS 12.3 en vista, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha desarrollado una metodología para que los países puedan medir su desperdicio de alimentos a nivel doméstico, de los servicios de alimentos y de los minoristas, para poder hacer un seguimiento de su progreso hacia el objetivo de reducirlo a la mitad para 2030.
La reducción del desperdicio alimentario aporta enormes beneficios para las personas y el medio ambiente. No solo se desperdician alimentos sino también los recursos utilizados y el trabajo realizado para producirlos y mantenerlos en la cadena alimentaria.
Sin embargo, este potencial para mejorar la seguridad alimentaria y reducir la presión sobre ecosistemas y recursos naturales como la tierra y el agua, ha sido hasta ahora infrautilizado. Quizás sea porque la verdadera magnitud de este problema y sus impactos no se conocen realmente bien. Las estimaciones mundiales del desperdicio alimentario se han basado hasta ahora en una extrapolación de datos, a menudo no actualizados, de un número reducido de países. Existen pocos gobiernos que tengan datos sólidos, la mayoría de ellos pertenecen a la región europea, que justifiquen la necesidad de actuar y priorizar esfuerzos.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 12.3 (ODS 12.3), que aborda este tema, tiene dos componentes, las pérdidas y el desperdicio de alimentos, que a su vez están medidos por indicadores distintos: el "Indice de perdidas de alimentos" y el "Indice de desperdicio de alimentos". Para este último, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha desarrollado una metodología que permita, a nivel de los países y a nivel global, acercarse a unos datos más reales sobre el desperdicio alimentario. Este se considera un paso necesario para poder hacer un seguimiento del progreso hacia la meta de reducir a la mitad el desperdicio alimentario, a nivel doméstico, de los servicios de alimentos y de los minoristas, para 2030.
Con la publicación "Informe sobre el Índice de desperdicio alimentario" el PNUMA busca avanzar en el progreso del ODS 12.3 de dos maneras. Por una parte presenta la recopilación, el análisis y de modelado de datos sobre el despedicio alimentario más completo hasta la fecha, generando una nueva estimación del desperdicio de alimentos a nivel de paises y a nivel mundial, así como una nueva perspectiva de la magnitud del problema y del importante potencial de prevención en los países de ingresos bajos, medianos y altos.
Por otra, el informe presenta una metodología para que los países midan los alimentos y las partes no comestibles de estos que se desperdician, a nivel minorista y del consumidor, y puedan realizar un seguimiento de la generación de desperdicio de alimentos en kilogramos per cápita a nivel de país, generando datos fiables para orientar estrategias nacionales que potencien la prevención del desperdicio de alimentos. Y que permitan también cuantificar los avances a nivel de país en intervalos de dos o cuatro años, asi como las comparaciones entre países a nivel mundial..
El despedicio alimentario es cosa de todos
El informe de la PNUMA muestrao que el desperdicio de alimentos a nivel del consumidor es un problema global. En todos los países de los que se dispone de datos, el desperdicio de alimentos, especialmente en los hogares, es considerable.
Las narrativas anteriores sobre el desperdicio de alimentos a nivel mundial sugerían que el desperdicio de alimentos por parte de los consumidores se producía principalmente en los países desarrollados, mientras que las pérdidas de producción, almacenamiento y transporte se concentraban en los países en desarrollo. Sin embargo, este informe ha encontrado que el desperdicio de alimentos (el total de partes comestibles y no comestibles) per cápita en los hogares es similar en los países de ingresos altos, medianos altos y medianos bajos, con datos insuficientes para sacar conclusiones sobre los países de ingresos bajos.
Las estimaciones globales del Índice de Desperdicio de Alimentos sugieren que el desperdicio de alimentos de los consumidores podría ser aproximadamente el doble del tamaño de las estimaciones anteriores.
Europa es la región mejor documentada en este tema a nivel global. En 2019, la Comisión Europea adoptó una definición común de desperdicio alimentario y metodologías para que los países de la Unión Europea (UE) midan su desperdicio de alimentos a lo largo de la cadena de suministro. Estos avances entran en el contexto de la Directiva Marco de Residuos 2008/98/CE, modificada por la Directiva (UE) 2018/851, que insta a los países de la UE a reducir el desperdicio alimentario en cada etapa de la cadena de suministro, a monitorear los niveles de desperdicio de alimentos y a informar sobre los avances realizados.
Combinando estimaciones en base a los datos existentes y estimaciones basadas en extrapolaciones (para países sin datos), en el informe se presenta una estimación global de alrededor de 931 millones de toneladas de desperdicio de alimentos durante 2019 en los tres sectores incluidos en el Índice de desperdicio alimentario: el 61% en los hogares, el 26 % en servicios de alimentos y el 13% en el comercio minorista.
La medición precisa, rastreable y comparable es un punto de partida clave para las estrategias y políticas nacionales de desperdicio de alimentos para lograr su reducción. En la actualidad, tan sólo 17 países tienen datos de alta calidad, compatibles con la presentación de informes del ODS 12.3.1 para, al menos, un sector.
El Informe del índice de desperdicio de alimentos proporciona pruebas sólidas, que justifican la adopción de medidas a nivel mundial. La medición del desperdicio de alimentos a nivel minorista, de servicios de alimentos y del hogar mediante el marco y los métodos establecidos en el informe fortalecerá las estimaciones en la mayoría de los países, y se espera que impulse el desarrollo de estrategias nacionales de prevención del desperdicio de alimentos.
Fuente: FOOD WASTE INDEX REPORT 2021