Durante 2012, la CE detectó un total de 8797 alertas alimentarias de distinta índole, relacionadas principalmente con la contaminación por microorganismos, seguido de presencia de pesticidas y metales pesados, entre otros peligros. Nuria Barniol, tutora del Máster en Calidad y Seguridad Alimentaria: Sistema APPCC de la Universitat de Vic i BTC Centro de Estudios Superiores aclara en este artículo algunos aspectos de la gestión de las crisis alimentarias.
La gestión de la crisis alimentaria
En el día a día del sector agroalimentario existen múltiples situaciones que pueden desencadenar una crisis. Desde el punto de vista alimentario, una crisis, es la consecuencia de poner en el mercado un producto que pueda suponer un riesgo para la salud de los consumidores.
En las situaciones de crisis, hay que poner en marcha los recursos adecuados para poder controlar, gestionar y comunicar adecuadamente la situación. Las diferentes entidades implicadas, es decir, empresas alimentarias, así como entidades públicas y privadas relacionadas con la seguridad alimentaria trabajan en este aspecto con un objetivo común, minimizar los posibles efectos derivados del riesgo, así como minimizar el impacto que este pueda causar a todos los niveles. 
Así, durante el 2012, la Comisión Europea mediante el sistema de gestión de alertas alimentarias (RASFF "The rapid Alert System for Food and Feed") detectó un total de 8797 alertas de distinta índole (239 provenían de España) repartidas según productos tal y como se observa en la gráfica. Las alertas estaban relacionadas principalmente con la contaminación por microorganismos, seguido de presencia de pesticidas y metales pesados entre otros peligros.
Así, la empresa, es responsable de la detección precoz de estas situaciones de alerta y hay que comunicarlo adecuadamente. Cuando ocurre una situación de crisis, la rapidez en la detección y gestión es esencial. Sea cual sea la causa, la empresa debe tener preestablecidos sus procedimientos para identificarla y, en especial, gestionarla y declararla. La comunicación debe realizarse a todos los niveles, desde autoridades sanitarias, consumidores, e incluso otros países si es necesario.
Así las agencias de seguridad alimentaria, tanto española, como autonómica o incluso europea son claves en la tarea de comunicación adecuada del riesgo y las crisis.
Fuentes:
- Communicating in a Crisis: Risk Communication Guidelines for Public Officials 2002 – U.S. Department of Health and Human Services Substance Abuse and Mental Health Services Administration – Rockville, MD
- Risk Comunication Guidelines – When Food is cooking up a storm – EFSA 2012
- Anual Report from RASFF (Rapid Alert System for Food and Feed) 2012
Núria Barniol
Tutora del Máster en Calidad y Seguridad Alimentaria: Sistema APPCC
Universitat de Vic i BTC Centro de Estudios Superiores
