Si bien la refrigeración de los alimentos es un método que ha mejorado, como pocos, la seguridad alimentaria por su capacidad de mantener el crecimiento bacteriano a raya, en ocasiones puede no ser suficiente. Un frigorífico sin un mantenimiento adecuado o con una distribución no homogénea de la temperatura puede albergar cantidades nocivas de bacterias. Una alternativa son los frigoríficos antibacterianos, que utilizan iones de plata para eliminar bacterias y otros agentes patógenos.
Frigoríficos antibacterianos
Los frigoríficos son, sin duda, unos de los mejores aliados de la seguridad alimentaria. No obstante, necesitan de nuestra atención para cumplir bien su función. Un mantenimiento inadecuado puede conducir a la proliferación de hongos, bacterias y otros organismos nocivos en el interior de la cámara fria. Por ejemplo, siempre, y especialmente en máquinas antiguas, es necesario evitar los derrames de líquidos, guardar los alimentos en recipientes cerrados, limpiar y desinfectar periódicamente todas las partes del aparato o no llenarlo en exceso.
Además, hay que controlar que la temperatura del interior es la adecuada para mantener bien los alimentos almacenados, teniendo en cuenta que la temperatura no se distribuye de forma homogenea en aparatos sin sistema de ventilación, por lo que las oscilaciones de temperatura entre el fondo de la nevera y la puerta pueden representar un riesgo.
Iones de plata en el refrigerador
La innovación en seguridad alimentaria nos trae ahora una nueva faceta en refrigeración comercial para la distribución alimentaria: cámaras frigoríficas con protección frente al crecimiento de patógenos, sin un mantenimiento especial, sin consumos añadidos y durante toda la vida útil de los equipos.
Se trata de un innovador sistema antibacteriano para cámaras frigoríficas, denominado Epta Food Defense, que utiliza iones de plata para mejorar la seguridad y calidad de los alimentos almacenados, dada su capacidad de prevenir, contrarrestar y eliminar un amplio número de especies de bacterias, virus y hongos.
Las propiedades antibacterianas se aplican realmente en el metal utilizado para fabricar la cámara frigorífica, mediante un recubrimiento que desprende iones de plata. Los iones de plata tienen poder desinfectante y, según los desarrolladores de la tecnología, son inocuos para el ser humano. Los iones liberados por el recubrimiento son capaces de penetrar las paredes celulares de las bacterias y combinarse con los grupos tiólicos, carboxilos e hidroxilos, asfixiando a las bacterias e impidiendo la reproducción celular.
El acero antibacteriano se produce combinando sus componentes con iones e integrando un recubrimiento rígido de cloruro de polivinilo (PVC), sin ftalatos, sobre la base de acero. Este recubrimiento es adecuado para el contacto con materiales alimentarios acuosos, ácidos, alcohólicos (hasta un 15%) y oleosos. Las propiedades antimicrobianas se mantienen activas durante toda la vida útil de las cámaras frigoríficas.
Fuente: revistaalimentaria.es
