Calidad del agua: UNE-EN ISO 10705-3:2024 detección y recuento de bacteriófagos
Enviado por editora el Mié, 10/30/2024 - 01:01El uso de bacteriófagos como indicadores de la calidad del agua ha ido ganando progresivamente interés. Su uso como indicadores fecales o virales está recomendado por la OMS y se está incluyendo en las normativas europeas y nacionales. La nueva norma UNE-EN ISO 10705-3:2024 forma parte de una serie de normas que abordan la detección y el recuento de bacteriófagos para la gestión de la calidad del agua.








Microbiológos británicos estudian como luchar contra la bacteria Clostridium difficile utilizando virus bacteriófagos, para ayudar a resolver el creciente problema de las superbacterias resistentes a los antibióticos en los hospitales. El uso de bacteriófagos para combatir bacterias no es una idea nueva y se conoce desde principios del s.XX, pero su uso fué abandonado en Europa Occidental tras el descubrimiento de la penicilina y otros antibióticos.
Investigadores canadienses han utilizado virus bacteriófagos para desarrollar un material de envasado alimentario bioactivo, capaz de controlar el crecimiento de Listeria y E.coli O157:H7. Los bacteriófagos, virus inocuos para las personas pero letales para las bacterias, son inmovilizados de manera dirigida sobre una membrana de celulosa, base del nuevo material.
Una investigación con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descrito por primera vez la estructura cristalográfica de las fibras del bacteriófago T4. El hallazgo permite entender mejor el mecanismo de unión de este virus con su bacteria receptora, la Escherichia coli.
