Las zoonosis son enfermedades que pueden transmitirse entre animales y humanos, por contacto directo o indirecto. Además de ser un problema de salud pública y de seguridad alimentaria, las zoonosis deben contemplarse también desde el punto de vista de la prevención de riesgos laborales, ya que los profesionales en contacto con animales o sus productos deben ser conscientes del riesgo al que están expuestos.
La Agència Catalana de Seguretat Alimentària (ACSA) ha publicado un díptico con recomendaciones para reducir el riesgo de Listeria monocytogenes en bares, restaurantes, tiendas de alimentación y comedores colectivos. Se pone especial atención a las buenas prácticas de higiene en los procesos de loncheado, troceado y triturado de alimentos, asi como a la limpieza y desinfección de los equipos y las instalaciones.
La alta presión hidroestática (APH) es una tecnología emergente en la industria alimentaria, que permite inactivar microorganismos en los productos acabados sin alterar significativamente las características nutricionales y organolépticas del alimento. El próximo 7 de febrero, en el CNTA de Navarra se expondrán en una jornada gratuita las bases generales de esta tecnología y las ventajas que aporta como tratamiento alternativo al procesado térmico o químico.
La limpieza es esencial para prevenir la acumulación microbiológica en los equipos de procesado de alimentos. Toda buena actividad de limpieza en la industria alimentaria, ya sean procesos CIP (clean in place) o COP (clean out of place), implica cuatro aspectos principales: tiempo, acción mecánica, acción química y temperatura.
Dentro del contexto de la industria de los lácteos, la pasteurización ha tenido un gran impacto en la reducción de casos de listeriosis, pero aún se producen contaminaciones en productos lácteos procesados. La seguridad, en relación a Listeria monocytogenes y lácteos, debe basarse en sistemas de gestión del riesgo, que incluyan las contaminaciones ambientales y cruzadas. La International Dairy Federation ha dedicado su último boletín a este tema.
La British Pest Control Association (BPCA) ha publicado un documento con consejos para controlar insectos que viven y crian en materias primas y productos alimentarios almacenados. Escarabajos y polillas son plagas comunes que dañan y contaminan la producción de alimentos.
El último informe anual de EFSA sobre zoonosis en la UE muestra que la Salmonella siguió siendo la causa más común de brotes de origen alimentario en 2018 y Campylobacter el principal causante de casos de toxiinfecciones alimentarias. Entre las zoonosis emergentes destacó el año pasado el elevado número de infecciones por el Virus del Nilo Occidental y del informe destaca también el incremento de infecciones por E. coli productora de toxina Shiga (STEC).
Desde el pasado 14 de diciembre son ya de aplicación las nuevas normas sobre los controles, y otras actividades oficiales, realizados por las autoridades competentes para comprobar que los operadores cumplen con los requisitos establecidos en la legislación relativa a la cadena agroalimentaria. El Reglamento 2017/625, el Reglamento Delegado (UE) n° 2019/624 y el Reglamento de Ejecución (UE) n° 2019/627 constituyen el nuevo marco legal armonizado para el control oficial.
La EFSA ha evaluado el enorme potencial de la Secuenciación de Nueva Generación (NGS), incluyendo la Secuenciación del Genoma Completo (WGS) y la metagenómica, al aplicarlas en áreas de la seguridad alimentaria como la caracterización y tipificación de patógenos, la detección e investigación de brotes alimentarios o la evaluación de riesgos.
Las toxinas fúngicas (micotoxinas) producidas por muchas especies de hongos que pueden crecer sobre los alimentos representan un riesgo serio para la salud humana y animal. En el caso de la producción avícola, las micotoxinas no solo pueden tener impacto sobre la salud de los animales y la productividad sino también incorporarse a la cadena alimentaria y afectar la salud humana.
